¿Cómo afecta la ansiedad en la mandíbula?

Por lo general, las personas que sufren estrés y ansiedad, tienden a apretar la mandíbula y, en consecuencia, generan dolor en diferentes partes de su cara. Otros posibles factores que pueden derivar en estrés mandibular son: Mala alineación de los dientes. Inflamación de las articulaciones.

Un ejercicio sencillo para relajar esta región es mantener la presión con los dedos en el musculo masetero a la vez que abrimos un poco la boca. Posteriormente quitamos la presión para cerrar la boca y repetimos sin generar dolor.

Sonidos dolorosos como chasquidos, ruptura o chirridos cuando mueve la mandíbula. Problemas en el oído, como dolor o sensibilidad al ruido o al viento. Disminución de la calidad de vida.

Parece existir una relación entre los síntomas de depresión y ansiedad y el dolor del trastorno de la articulación temporomandibular (TAT), según un estudio realizado por investigadores alemanes. Dicho trastorno afecta a los músculos y articulaciones que conectan la mandíbula baja con el cráneo.

Nos puede parecer que el estrés y la mandíbula no están relacionados, pero la realidad es que una de las principales “vías de escape” por las que sale el estrés es por la boca, y en especial la mandíbula, lo que puede crear un rechinar de dientes y un hábito involuntario de apretarlos dientes llegando incluso a ...

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para presionar la línea media en la parte superior de la cabeza. para apretar suavemente 1 dedo de ancho por debajo de la cintura entre los dedos gordo y segundo. para trazar el lado opuesto del dedo meñique hasta el pliegue exterior de la palma de la mano.

¿Cuándo debo consultar a un médico o dentista por el dolor de mandíbula? Si experimentas dolor intenso y persistente en la mandíbula, incapacidad para abrir la boca, cambios en la mordida u otros síntomas preocupantes, es importante buscar atención médica o dental de inmediato.

Además del dolor, otros síntomas pueden incluir rigidez, movimiento limitado de la mandíbula, chasquidos dolorosos en la articulación o cambios en la forma en que encajan los dientes. Si tiene alguno de estos síntomas, hable con su proveedor de atención médica.

Rigidez de la mandíbula. Inflamación en la zona de la articulación. Adormecimiento de la piel facial. Sequedad de boca.

Para combatir el bruxismo, puedes destensar los músculos de la mandíbula apretándola con mucha fuerza durante unos 8-10 segundos y, seguidamente, relaja los músculos moviéndola muy suavemente de derecha a izquierda. Repite este ejercicios varias veces hasta que notes un descenso en de la tensión.

Los médicos llaman a esta afección trastorno temporomandibular. Con mayor frecuencia la llaman trastorno de la articulación temporomandibular (ATM).

El dolor en la mandíbula puede deberse a muchas causas: una fractura o dislocación ósea, un absceso en una muela infectada, problemas estructurales de nacimiento, artritis, enfermedad periodontal… Sin embargo, una de las causas más comunes es el bruxismo.

Específicamente, el nervio mandibular se encarga de transmitir la información sensitiva del tercio inferior de la cara, el cual incluye el labio inferior, la mandíbula, el área preauricular, el área temporal y las meninges de las fosas craneales anterior y media.

La causa del problema son los problemas temporomandibulares; a veces debidos a una inflamación del nervio trigémino o asociado a chasqueos o ruidos de la articulación durante la masticación. Entre otros, podrían deberse a la artritis, artrosis, bruxismo, pero también otitis, sinusitis y parodontitis.

El estrés aumenta la presión en los músculos de la mandíbula, de manera que los dientes se aprietan y rechinan. Debido a ello el esmalte de los dientes puede dañarse y desembocar en caries y dolor dental. Además es posible que la capacidad de masticar adecuadamente se vea afectada.

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Acudir a un Ortodoncista o a un especialista en Rehabilitación Oral es lo más adecuado. Muchas veces este profesional hará una petición de resonancia electromagnética de ambas ATM en boca cerrada y máxima apertura para ver las estructuras y daños de la articulación, además de otras pruebas diagnósticas.

Los fármacos más eficaces con que se cuenta para el control de la espasticidad incluyen el baclofeno, el diazepam y el dantroleno.

Hacer ejercicio.

El ejercicio regular, aunque sean 15 minutos diarios, puede aliviar el estrés liberando endorfinas, además de otros efectos como mejorar la calidad del sueño o mejorar la autoestima. Evitar o reducir la cafeína, si notamos que nos afecta.

Con el tiempo, los efectos del estrés pueden acumularse en el cerebro y en el cuerpo. Esta clase de estrés a largo plazo, o crónico, puede debilitar el sistema inmunológico¹ y ponerte en riesgo de sufrir distintas enfermedades, desde simples resfriados hasta enfermedades más graves.

El médico o dentista también le preguntará si tiene otras afecciones dolorosas, como dolor de cabeza o de espalda. También le examinará la cabeza, el cuello, la cara y la mandíbula en busca de dolor, chasquidos o tronidos de la mandíbula, o dificultad con el movimiento.

Aplíquese calor húmedo (no más caliente que el agua del baño) en los músculos de la mandíbula de 3 a 4 veces al día durante 15 minutos cada vez. Si el calor húmedo por sí solo no le proporciona alivio, alterne el calor húmedo y una compresa de hielo. Aplíquese cada uno de ellos por entre 5 y 8 minutos.

Hay otras causas que pueden explicar la aparición de cefaleas, dolores cervicales y orofaciales (boca y mandíbula). Desde antecedentes genéticos, cambios hormonales, estrés, ansiedad, hasta problemas digestivos como gastritis, colon irritable, intolerancias alimentarias, etc.

La tensión en la mandíbula se produce cuando los músculos que rodean la mandíbula se tensan y no se relajan adecuadamente. Esto puede ser causado por varios factores, como el estrés, la ansiedad, la mala postura, el bruxismo (apretar o rechinar los dientes) y lesiones en la mandíbula.

Síntomas

1. Dificultad o molestia al morder o masticar.
2. Chasquido o chirrido al abrir o cerrar la boca.
3. Dolor facial sordo en la cara.
4. Dolor de oído.
5. Dolor de cabeza.
6. Dolor o sensibilidad en la mandíbula.
7. Bloqueo de la mandíbula.
8. Dificultad para abrir o cerrar la boca.