¿Cómo afectan las ondas al ser humano?

Se calcula que entre un 5 y un 10% de la población es electrosensible y entre los síntomas más frecuentes aparecen dolores de cabeza, insomnio, irritabilidad, depresión o mayor riesgo de cáncer, según reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las ultravioletas de pequeña longitud de onda ionizan los átomos, alteran las moléculas y pueden producir cáncer de piel. Los rayos X y los rayos gamma penetran mucho en el cuerpo humano y producen ionización. Modifican moléculas y, como consecuencia, pueden producir mutaciones y cánceres de diferentes tipos.

Los cánceres de encéfalo y del sistema nervioso central son de mayor preocupación porque los teléfonos se sostienen cerca de la cabeza. También se ha descubierto que la radiación ionizante (una forma de radiación de mayor energía que la emitida por los teléfonos celulares) causa algunos cánceres de encéfalo.

Una onda electromagnética es producida por la existencia de un campo eléctrico y otro magnético perpendiculares entre si y variables en el tiempo. Las ondas electromagnéticas se desplazan a la velocidad de las luz (3.108 m/s), en la dirección perpendicular al plano formado por ambos campos.

Muchos equipos de casa generan en realidad radiaciones electromagnéticas: Lámparas de bajo consumo, pantallas de televisión u ordenadores, radiadores eléctricos e incluso las mantas eléctricas. Todos estos objetos de la vida cotidiana generan campos eléctricos o magnéticos y/o funcionan gracias a ellos.

Basándose en una revisión profunda de las publicaciones científicas, la OMS concluyó que los resultados existentes no confirman que la exposición a campos electromagnéticos de baja intensidad produzca ninguna consecuencia para la salud.

Materiales de protección y blindaje contra la radiación electromagnética de alta frecuencia

“Hay ondas muy peligrosas: los rayos X y los gamma.

Si la radiación tiene energía suficiente para alterar la materia (energía ionizante) es peligrosa, porque puede producir quemaduras o cáncer”, afirma el profesor Mulet.

Los electrodomésticos que mayor radiación emiten en nuestro hogar son el taladro, el aspirador, el microondas, fluorescente y radio. Por su parte, los que menor nivel emitirían encontramos el ordenador, la nevera, la lavadora, la cocina y televisor.

La radiación de alta energía, como los rayos X, los rayos gamma, las partículas alfa, partículas beta y los neutrones pueden dañar el ADN y causar cáncer. Estas formas de radiación pueden emitirse en accidentes de plantas nucleares de electricidad y cuando se fabrican, prueban o usan armas atómicas.

Los campos magnéticos de frecuencia baja inducen corrientes circulantes en el organismo. La intensidad de estas corrientes depende de la intensidad del campo magnético exterior. Si es suficientemente intenso, las corrientes podrían estimular los nervios y músculos o afectar a otros procesos biológicos.

La ciencia hoy sabe por ejemplo que cuando se producen perturbaciones importantes del campo magnético, las personas sufren más ataques de epilepsia, trastornos mentales, problemas circulatorios y cardiacos, dolores de cabeza, alteración del sueño, aumento de la presión ocular y anomalías en el equilibrio entre otras.

Otros ejemplos de ondas electromagnéticas (que son invisibles, por cierto) son las ondas de radio y televisión, telefonía móvil, radiación infrarroja, radar, rayos ultravioleta, microondas, rayos X y rayos gamma, entre otros.

Ejemplos de ondas: Olas, que son perturbaciones que se propagan por el agua. Ondas de radio, microondas, ondas infrarrojas, luz visible, luz ultravioleta, rayos X, y rayos gamma conforman la radiación electromagnética.

Existen muchos tipos de ondas, pero las más comunes son:

Las personas que se dicen electrosensibles —que en su mayoría se han diagnosticado a ellas mismas— afirman que los campos magnéticos generados por los teléfonos móviles, el wifi y otras tecnologías modernas las están enfermando gravemente.

Los cables de alto voltaje a frecuencias muy bajas y no emiten radiación electromagnética en el sentido tradicional y no representan un riesgo para la salud humana.

Las plantas suculentas como los cactus son útiles para absorber algunas de estas ondas electromagnéticas. Además, los cactus también son perfectos para aquellos que no son expertos jardineros porque no requieren muchos cuidados y pueden pasar mucho tiempo sin regar.

Distancia: del mismo modo que el calor del fuego pierde intensidad cuando nos alejamos, la dosis de radiación disminuye drásticamente si se aumenta la distancia respecto de la fuente. Cobertura: barreras de plomo, hormigón o agua protegen contra la penetración de los rayos gamma y los rayos X.

En la casa

Nuestras ondas cerebrales son cambiantes y van a variar según lo que estamos haciendo y sintiendo. Cuando predominan las ondas cerebrales más lentas, nos sentiremos más cansados, lentos o perezosos. Cuando son las ondas con frecuencias más altas las que dominen, nos sentiremos más alertas o incluso ansiosos.

Algunas investigaciones han arrojado que esa exposición puede causar trastornos de sueño, así como ser origen de estados depresivos o desórdenes afectivos. También puede generar la modificación de los niveles hormonales de melatonina, lo cual pude causar enfermedades como el cáncer, indicó Oramas.

Los microondas, neveras, hornos y demás aparatos cotidianos, además de funcionar por electricidad, emiten radiación electromagnética. En concreto, radiación no ionizante.

Televisión, internet o hablar por el móvil

Las señales de los teléfonos móviles, el Bluetooth, el Wifi y las televisiones inteligentes son fuentes de radiación no ionizante (radiofrecuencia) y no presentan riesgos para la salud.

14 de mayo 2021, 02:19 P. M. Fukushima, Chernóbil y Mailuu-Suu son los tres lugares más radioactivos del mundo. Dos accidentes en plantas nucleares, y residuos de uranio son las causas de que estos territorios encabecen hoy la lista de los sitios más tóxicos del planeta.

– La única manera de saber si hay niveles elevados de radón en su hogar es examinándolo. Los niveles de radón son comunmente medidos en picocunes por litro de aire (pCi/L). La Agencia de Protección Ambiental recomienda tomar acción para corregir si el nivel de radón en su hogar es 4pCi/L ó más alto.