¿Cómo aparece la costocondritis?

Todas las costillas excepto las últimas 2 están conectadas al esternón por un cartílago. Este cartílago puede inflamarse y causar dolor. Esta afección se conoce como costocondritis. Esta es una causa común de dolor torácico.

Los médicos no suelen poder identificar la causa exacta de la costocondritis. Pero a veces esta afección se asocia a: una lesión en las costillas o el esternón. tensión o sobrecarga provocada por haber levantado objetos pesados o hacer un ejercicio agotador.

Es agudo, intenso o da una sensación de presión. Afecta a más de una costilla. Puede extenderse a los brazos y hombros. Empeora cuando respiras profundo, toses, estornudas o con cualquier movimiento de la pared torácica.

Los antidepresivos tricíclicos, como la amitriptilina, a menudo se utilizan para controlar el dolor crónico, en especial si este te impide dormir. Medicamentos anticonvulsivos. El medicamento para la epilepsia gabapentina (Gralise, Neurontin) también ha sido exitoso para controlar el dolor crónico.

Generalmente, la costocondritis desaparece por sí sola, aunque es posible que dure varias semanas o más. El tratamiento se centra en el alivio del dolor.

Si tienes costocondritis, el dolor te puede empeorar al hacer respiraciones profundas, toser, mover la parte superior del cuerpo o presionarte el área afectada.

La costocondritis afecta con mayor frecuencia las costillas superiores del lado izquierdo del cuerpo . El dolor suele ser peor donde el cartílago de la costilla se une al esternón (esternón), pero también puede ocurrir donde el cartílago se une a la costilla.

La inflamación puede haber sido provocada por un golpe en el pecho, levantar objetos pesados, ejercicio intenso o una enfermedad que le hizo toser y estornudar mucho. A menudo ocurre durante momentos de estrés emocional . Puede ser doloroso, pero no es peligroso. Generalmente desaparece en 1 a 2 semanas.

La costocondritis se presenta con dolor y sensibilidad en el tórax que puede ser punzante que puede trasladarse a la espalda o al estómago y que se puede intensificar al respirar hondo, rápido o al toser, al presionar la zona en que la costilla se une al esternón o ante episodios de ansiedad y estrés.

El tratamiento tiene como objetivo aliviar el dolor mientras sana la lesión, lo que puede tardar hasta seis semanas (en caso de fractura), y 12 semanas o más si la costilla se ha desprendido del cartílago . El tratamiento para las costillas magulladas es el mismo que para las costillas fracturadas, pero con un tiempo de recuperación más corto. Las opciones incluyen: Descanso.

La costocondritis suele desaparecer por sí sola en unos días o semanas. También puede tardar hasta unos meses. El tratamiento se centra en aliviar el dolor. Aplicar compresas frías o calientes .

Infecciones virales, como infecciones respiratorias. Esfuerzo por toser. Infecciones tras cirugías o a causa del uso de fármacos por vía intravenosa. Algunos tipos de artritis.

Esto les ayuda a comprender las causas y factores específicos que contribuyen a la costocondritis. Técnicas manuales: los osteópatas suelen utilizar técnicas manuales como manipulación suave, estiramientos y masajes de tejidos blandos para aliviar el dolor, reducir la inflamación y mejorar el rango de movimiento en el área afectada .

El dolor de pecho causado por la costocondritis puede variar de leve a intenso . Los casos leves pueden hacer que solo sienta un poco de sensibilidad en el pecho o algo de dolor al presionar el área. Los casos más graves pueden empeorar con ciertos movimientos y con respiraciones profundas.

La costocondritis puede agravarse con cualquier actividad que ejerza presión sobre el área del pecho, como el ejercicio extenuante o incluso movimientos simples como alcanzar un armario alto. Se debe evitar cualquier actividad que empeore el dolor en la zona del pecho hasta que la inflamación de las costillas y los cartílagos haya mejorado.

La costocondritis puede empeorar cuando se acuesta a dormir porque el peso del cuerpo provoca una mayor tensión en las articulaciones de las costillas que ya están estiradas alrededor de la espalda . Dormir en una posición elevada puede ayudar a reducir el grado de dolor.

Dolor que se extiende a otras partes del cuerpo. Un sarpullido. Sensación de tener un "corazón palpitante" (palpitaciones) . Mareo.

Si comienza a sentir que los síntomas de costocondritis vuelven a aparecer, realizar su programa de ejercicios en casa para estiramientos, respiración y ejercicios posturales puede ayudar a mantener los síntomas bajo control .

Intente colocar compresas calientes o una almohadilla térmica en el área dolorida varias veces al día . Mantenga el fuego a temperatura baja. El hielo también podría resultar útil. Descansar.

A menudo se recomienda el ibuprofeno u otros AINE. En algunos casos, es posible que le receten medicamentos recetados, como relajantes musculares . No realice actividades que ejerzan presión sobre el pecho o la columna. Aplique una almohadilla térmica (a temperatura tibia, no alta) en el esternón varias veces al día.

Calor: La aplicación de calor facilita la reducción del dolor en algunos pacientes. Aplíquese calor en el área lesionada durante 20 a 30 minutos cada 2 horas durante la cantidad de días que le indiquen. Hielo: El hielo ayuda a disminuir la inflamación y el dolor.

Alimentos que ayudan a recuperarse de costocondritis por Covid-19

La presión en el pecho por ansiedad aparece en un lado del pecho, que suele ser el izquierdo. Hay personas que lo describen como si una flecha les atravesara o como una fuerte sensación de opresión en el pecho por pequeños pinchazos al intentar respirar.

Los dolores o lesiones en la zona de las costillas son muy complicadas, por lo que si has recibido un golpe y tienes dolor, lo mejor es que acudas a un traumatólogo para poder conocer el grado de la lesión y obtener así el tratamiento adecuado.

El dolor suele disminuir después de unas semanas o meses, pero la hinchazón puede persistir. El dolor de la costocondritis puede ser más notorio cuando una persona está acostada en la cama por la noche.

La prueba es que si se ejerce presión sobre el tórax o el esternón y se experimenta un dolor más intenso, no se está sufriendo un infarto.

El estrés contribuye al dolor porque tensa los músculos. Otras cosas que duelen son levantar objetos, empujar, tirar, estornudar, toser, conducir durante largas horas o usar la computadora, movimientos repetitivos y cafeína. El clima frío, lluvioso y húmedo también empeoran las molestias .