¿Cómo aprovechar mejor los nutrientes del tomate?

Al cocinar el tomate perdemos otros nutrientes, como la vitamina C. Por eso, se recomienda cocinar el tomate para aprovechar mejor el licopeno e introducir alimentos crudos en la dieta ricos en vitamina C (naranjas, kiwis, fresas, lechuga, pimientos…), para asegurarnos un correcto aporte de vitaminas.

También hay que tener en cuenta que, a diferencia de la mayoría de los antioxidantes, el licopeno se absorbe mejor tras procesarse mediante cocción o exprimido, por ejemplo. Así, el zumo de tomate o el tomate cocido permite una mayor asimilación del licopeno que el tomate crudo.

El tomate está compuesto principalmente por agua y su macronutriente mayoritario son los hidratos de carbono. Entre las vitaminas cabe destacar el contenido en vitamina A, básicamente en forma de β-carotenos (494 μg/100 gramos) y vitamina C y entre los minerales el potasio.

Consumir tomate crudo todos los días nos ayudará a prevenir enfermedades pulmonares, a disminuir los niveles de colesterol y a reducir la hipertensión. Por lo que, tomar esta fruta en sopas, untada en pan o en ensaladas nos permitirá aprovechar mejor las vitaminas A y C.

La piel del tomate es un elemento nutricionalmente muy valioso. Por tanto, si no existe ninguna contraindicación lo mejor es consumir tanto la piel del tomate como la de otras frutas y vegetales, ya que nos estaremos beneficiando de todos sus nutrientes.

El tomate es un alimento saludable que se puede comer todos los días de la semana. Si bien por sí mismo no es una cura contra enfermedades o dolencias, incluido en una dieta saludable, sí contribuye a la salud.

El consumo de suficiente agua ayuda a digerir y disolver las grasas y la fibra soluble que consume, lo que mejora la absorción de nutrientes. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo a los músculos (incluidos los del tracto gastrointestinal), pero también mejora el flujo sanguíneo a los órganos.

Existe evidencia de que el consumo de licopeno disminuye el riesgo de cáncer de próstata, Magbanua et al.

El licopeno es lo que les da el color rojo a los tomates y el color a las frutas y verduras anaranjadas. Los tomates procesados tienen las cantidades más altas de licopeno, pero la sandía, la toronja o pomelo rosa y los tomates frescos también son buenas fuentes de licopeno.

Previene las enfermedades cardiovasculares y reduce los niveles de colesterol y triglicéridos. Mejora la circulación. Alivia las enfermedades respiratorias. Elimina el exceso de líquidos del organismo que causan hinchazón.

¿Cuántos tomates se pueden comer al día? Pues de pende de cada persona y como le sienta, si nos dicen que podemos tomar de 3 a 5 piezas de fruta la día, lo mismo te podemos aconsejar para el tomate. Si decides no pelarlo y lavarlo bien, tendrás más fibra y seguramente tendrá efecto limpiador para tu intestino.

Mejora de las funciones antitrombóticas y antiinflamatorias. Menor riesgo de ciertos tipos de cáncer, enfermedad cardiovascular y osteoporosis. Protección contra los daños en la piel por luz ultravioleta. Defensa ante la disfunción o deterioro cognitivo.

Al cocinar el tomate perdemos otros nutrientes, como la vitamina C. Por eso, se recomienda cocinar el tomate para aprovechar mejor el licopeno e introducir alimentos crudos en la dieta ricos en vitamina C (naranjas, kiwis, fresas, lechuga, pimientos…), para asegurarnos un correcto aporte de vitaminas.

Sin embargo, hay ciertas situaciones en las que no es recomendable consumir tomates. Por ejemplo, si tienes problemas de acidez estomacal o gastritis, lo mejor es evitar el consumo de tomate crudo, ya que su ácido puede irritar aún más el estómago.

Aporta vitaminas antixidantes

Destaca el contenido en vitaminas del grupo B, más alto que el de otras hortalizas, en especial de vitaminas B1, B6 y sobre todo de ácido fólico (200 g cubren el 25% de las necesidades). Estos nutrientes favorecen la obtención de energía de los alimentos y benefician al sistema nervioso.

Esto se debe a que al retirar la piel, el tomate queda más carnoso y dotará de un sabor más refinado a tus platos. Sin embargo, es bueno retirar la piel del tomate porque estarás eliminando los plaguicidas y las sustancias agroquímicas que se acumulan en la piel del fruto.

En la cáscara se concentra el licopeno, sustancia que proporciona el color rojo y que es "antioxidante, anticancerígeno, fortalece el sistema inmunológico, reduce el colesterol, protege el corazón y previene enfermedades cardiovasculares" explicó Sánchez.

Según un estudio francés, tomar los tomates con piel puede asegurarte un un 58% más de licopeno y un 99% más de betacaroteno en tus comidas que si los consumes pelados. Y además te ahorras el esfuerzo de pelarlos, potr lo que todo son ventajas.

Las personas que padecen alteraciones en el aparato digestivo también deben evitar el consumo de tomate. Si se sufre reflujo esofágico, acidez de estómago, úlceras estomacales, o se ha pasado por una cirugía digestiva, es preferible que se evite consumir este alimento.

No se puede comer tomate si tienes ácido úrico

Existe la falsa creencia de que el tomate aumenta el ácido úrico. El tomate no contiene purinas, por tanto, su consumo no hace que estas aumenten en el organismo.

La malabsorción causa diarrea, pérdida de peso y heces voluminosas y con mal olor. El diagnóstico se basa en los síntomas característicos, junto con análisis de muestras de heces y en ocasiones una biopsia del revestimiento del intestino delgado.

Según los especialistas, hay algunos suplementos que se debe evitar mezclar:

Hay alimentos que también nos ayudan a asimilar mejor las proteínas como son:

Los tomates resultan un gran aliado para desinflamar la próstata esto se debe a su contenido en licopenos, uno de los más poderosos antioxidantes que actúan fijándose en los tejidos de la próstata y evitan la presencia de células malignas, de tal manera que se evita a largo plazo padecer cáncer de próstata.

Las investigaciones confirman que la absorción intestinal del Licopeno es mucho mejor (hasta 2,5 veces más) si se consume en una salsa que como fruto natural o jugo, debido por un lado a que se absorbe mejor a través de las grasas y aceites por su liposolubilidad y por el otro las temperaturas altas, rompen las paredes ...