¿Cómo dormir para proteger las cervicales?

Si quieres evitar una contracción de los músculos del cuello, la mejor forma de acostarte es la postura fetal. En esta posición estarás de costado con brazos y piernas ligeramente flexionados y la columna recta. De este modo, los músculos de la zona vertebral están relajados y se evita sobrecargar la zona cervical.

Para conciliar el sueño y adoptar una buena postura que ayude a aliviar las molestias lo más recomendable es dormir boca arriba fijándonos en que la columna vertebral no sufra tensión para no padecer dolor en la zona lumbar.

Coloca una almohada entre las rodillas: Colocar la almohada entre las rodillas resulta de gran ayuda para adoptar la postura correcta, lo que te prevendrá de sufrir dolores en el cuello, pero también a descansar mejor cuando duermas de costado.

Las almohadas recomendadas son las almohadas cervicales en forma de “C” o herradura pueden ser útiles para evitar la tensión del cuello. Son interesantes para los viajes en avión o automóvil o si se realiza una pequeña siesta sentado en un sillón.

1-En primer lugar, inspira profundamente por la nariz y mantén la respiración mientras cuentas hasta 5. Al exhalar lentamente por la boca, deja que tus hombros se relajen y se alejen de tus orejas. Repítelo 5 veces. 2-A continuación, encoge los hombros hacia las orejas y luego suéltalos al exhalar.

Por tanto, la conclusión está clara: no es bueno dormir sin almohada en ningún supuesto, ni existen potenciales beneficios en prescindir de ella por las noches. Tanto para evitar lesiones cervicales como vertebrales y discales, la almohada es una gran aliada que proporciona al cuerpo un descanso de calidad.

En posición sentada o de pie, levanta los hombros hacia las orejas. Luego gira lentamente los hombros hacia atrás y hacia abajo. A continuación, gíralos hacia delante, hacia el frente del cuerpo y hacia arriba, hacia las orejas, haciendo círculos lentos y continuos. Repite cinco veces.

Suele deberse a sobrecargas musculares provocadas por hábitos desaconsejables y posturas cotidianas". El dolor cervical puede ser el resultado de anomalías en las partes blandas, músculos, ligamentos, discos y nervios, así como en las vértebras y sus articulaciones.

Para las personas que dormimos de lado la altura ideal de la almohada es de 15 centímetros. Son las almohadas de altura media-alta, que permiten mantener en línea recta las cervicales con la columna. En lo referente al relleno, las almohadas cervicales para dormir de lado deben ser de látex o espuma.

Para aquellas personas que sufren dolores de cuello ocasional o frecuentemente es recomendable el uso de una almohada cervical. Las almohadas cervicales además de dar soporte, sujetan la espina dorsal y se ajustan perfectamente al cuello, esto evita que se produzcan tensiones musculares a la hora de dormir.

Una almohada cervical es un tipo de almohada que tiene como objetivo, abrazar el cuello, aportándole el soporte y la sujeción necesaria, para proporcionar una máxima relajación a los músculos de esta zona, al mismo tiempo que proporciona un correcto alineamiento de la columna.

Alternar calor y frío.

Reduce la inflamación aplicando frío, como una compresa de hielo o hielo envuelto en una toalla, durante hasta 15 minutos varias veces al día durante las primeras 48 horas. Después de eso, aplica calor. Prueba tomar una ducha tibia o usar una compresa caliente a temperatura baja.

En el caso concreto de las cervicales, los ejercicios de peso que más peligro pueden acarrear son los de barra, pues cuando el peso sobrepasa tus posibilidades al elevarlo por encima de los hombros, la zona de tu cuerpo donde se focaliza el esfuerzo extra es la zona cervical.

Alivio del dolor

Use analgésicos de venta libre como ácido acetilsalicílico (aspirin), ibuprofeno (Motrin o Advil), naproxeno (Aleve) o acetaminofén (Tylenol). Aplique calor o frío sobre la zona con dolor. Use hielo durante las primeras 48 a 72 horas, después use calor.

Dormir de costado ayuda a evitar el colapso de las vías respiratorias y disminuye los ronquidos. «Una buena manera de dormir es hacerlo de costado y, si resulta cómodo, quizás con la cabeza ligeramente elevada», asegura la Dra.

Descansar del lado izquierdo sería la mejor opción para nuestro corazón pues hace que este bombee más fácilmente la sangre. Desde la medicina ayurveda indican que se trata de una cuestión de gravedad, pues la aorta sale del corazón arqueándose hacia el lado izquierdo para llegar hasta el abdomen.

Elimina la presión y rigidez muscular

Se trata de una situación que tiene fácil arreglo: sitúa una almohada entre tus piernas y elimina esta presión. Además, evitarás que los músculos se tensen, sobre todo, los de la espalda, por lo que dormirás muchísimo mejor.

Estos son algunos ejemplos de dolencias y el fármaco apropiado: - Dolor de cabeza leve: paracetamol. - Dolor de cabeza intenso: ibuprofeno/naproxeno. - Dolor de cuello y espalda por sobrecarga muscular: ibuprofeno para tratar la inflamación.

Aplicar un suave masaje en los músculos de su cabeza y cuello pueden proporcionar alivio. Si los dolores de cabeza se deben al estrés o la ansiedad, tal vez necesite aprender formas de relajarse. Los analgésicos de venta libre, como ácido acetilsalicílico (aspirin), ibuprofeno o paracetamol pueden aliviar el dolor.

Masajes. Los masajes pueden ayudar a reducir el estrés y aliviar la tensión. Son particularmente eficaces para aliviar los músculos tensos y adoloridos en la parte posterior de la cabeza, el cuello y los hombros. También puede aliviar el dolor de cabeza en algunas personas.

Síntomas de la artrosis cervical

Existen diversos especialistas que pueden tratar los problemas de dolor cervical. En primer lugar, de cara al diagnóstico y primer tratamiento del problema, el Reumatólogo o el Traumatólogo serán los encargados de diagnosticar el problema.

La cefalea cervicogénica es el dolor intenso de cabeza que se produce por un problema cervical, proveniente del cuello. Puede estar causado por alguna anomalía en varias zonas distintas del cuello debido a lesiones óseas o musculares, así como traumatismos o incluso el deterioro progresivo de las estructuras.

Si te pasas toda la noche bocabajo (postura que se desaconseja), entonces lo mejor es escoger una de fibras que sea suave y blanda. Si duermes de lado, tu mejor opción es el látex, ya que favorece una buena sujeción del cuello. Y si descansas casi siempre boca arriba, entonces tu almohada perfecta es de viscoelástica.

Por lo general las almohadas deben tener una altura media, ni muy alta para que te deje el cuello curvado, ni muy baja para que no sientas que estás apoyando la cabeza sobre el colchón. La almohada debe dejar las vértebras alineadas correctamente y de forma natural al resto del cuerpo, sin forzar.

Nuestra cabeza debe apoyar en la almohada por completo, es decir, no tiene que apoyar solo la parte superior de la cabeza. Además, los hombros deben reposar sobre el colchón y no sobre la almohada. Lo más importante, es que tengamos una sensación de relajación en la zona de la cabeza y el cuello.

Los especialistas en la materia suelen indicar que, aunque no existe una fecha estándar, lo mejor es cambiar de almohada cada dos años por dos motivos: porque pasado este tiempo se deterioran y deforman los materiales y por una cuestión de higiene.