¿Cómo eliminar el pulgón blanco?

El medio más conocido para combatir el pulgón blanco es el jabón potásico, también conocido como potasa. No contiene fragancias, colorantes ni espesantes artificiales. Este jabón es capaz de desenganchar los pulgones pegajosos de las hojas y los tallos de la planta.

Si quieres prevenir los pulgones, plantar ortigas u otras plantas como la madreselva o el lupino a su alrededor va a ayudar a liberarte de estos molestos bichos. La madreselva, por ejemplo, segrega nepetalactona, una sustancia que sirve como insecticida natural.

Los jabones insecticidas, aceites hortícolas y el aceite de neem aplicados de manera directa sobre los piojos harinosos pueden reducir su población. Otros insecticidas etiquetados para eliminar los piojos harinosos pueden ser dañinos para los insectos benéficos y deben evitarse en el jardín.

Los insecticidas químicos como la permetrina, el malatión o el aceite de neem son ampliamente utilizados para combatir los pulgones. Estos productos suelen estar disponibles en forma líquida o en polvo y se pueden aplicar directamente sobre las plantas afectadas.

Se trata de un jabón natural y ecológico, cuyo principal ingrediente es el hidróxido potásico, responsable de su gran capacidad limpiadora y de su poder como eficaz fungicida e insecticida.

Para evitar lastimar tu planta debes diluir el vinagre en agua. La proporción es la siguiente: 10 ml de vinagre por cada litro de agua. Cuando tengas la solución mágica, pulveriza la planta afectada con ella, poniendo mucho énfasis en las áreas más problemáticas. Adiós pulgón.

El piojo blanco adulto es de color grisáceo, blanco sucio o amarillento y de forma redondeada, con un escudo cuyo ápice está descentrado. Este piojo parece un huevo frito en miniatura con un diámetro de 2 mm. Las “crawler” o gateadoras recién emergidas miden unos 0.3 mm de largo.

El piojo pone huevos y, para que no se caigan, los cimenta al pelo con una sustancia que se disuelve en ácido acético, que es el vinagre. Por tanto, el vinagre no mata al piojo en sí mismo, sino que ayuda a que ese "cemento" con el que la liendre está pegado al pelo se disuelva.

Si aparecen pulgones, una buena solución sería la de plantar madreselva, lupino, dedalera, menta o la ortiga. El olor que desprenden estas plantas provoca que los pulgones no se acerquen a tu jardín o huerto, proporcionando seguridad y salud al mismo.

Para elaborar este potente repelente, mezcla 1 litro de vinagre de vino en 10 litros de agua. Puedes seguir esta proporción y elaborar más o menos cantidad según el tamaño y la cantidad de plantas que tengas. Rocía todas las plantas cuando no les dé el sol, evitarás el pulgón blanco y todos los demás.

El bicarbonato de sodio ayudará a que los insectos se mantengan alejados de tu jardín, sobre todo las hormigas, babosas o cucarachas. Para conseguirlo, sólo debes esparcir un poco de bicarbonato en la tierra de tu jardín y, ¡listo!

La dosis puede variar entre el 1 y el 2% de dilución en agua, para asegurar la efectividad. Esto vendría a ser de 10 a 20 gramos de jabón potásico por cada litro de agua.

El jabón potásico es un potente insecticida de origen natural que se ha usado desde la antigüedad para combatir plagas muy molestas. Es un poderoso plaguicida y acaricida ecológico y viene en muchas presentaciones, desde las más artesanales hasta muchas comerciales envasadas, listas para aplicar.

Agua jabonosa:

Diluir 10 gramos de jabón blanco de lavar la ropa (sin perfume, ni aditivos) en 1 litro de agua. Mezclar bien y pulverizar las plantas, hojas y tallos afectados.

Para eliminar plagas de tus plantas, tritura en la licuadora una cabeza de ajo, un par de clavos de olor y dos vasos de agua. Deja reposar la mezcla un día, añade tres litros de agua y rocíalo directamente en las hojas de tus plantas. Es muy eficiente contra ácaros, babosas, hongos y bacterias de todo tipo.

Los mejores insecticidas para plantas

El jabón de Castilla es ideal para eliminar el moho polvoriento, cochinillas y otros insectos como pulgones, ácaros y trips. Sólo diluye en 2 litros de agua una cucharada grande de jabón de Castilla, 2 cucharaditas de bicarbonato de sodio y 2 cucharadas de aceite vegetal. Mezcla muy bien y rocía la planta.

Limpiar con agua caliente o alcohol los peines, las gorras y las toallas, así como otros objetos que puedan transportar piojos. Evitar compartir los objetos que puedan llevar adheridos piojos, como los cepillos. Llevar a los pequeños a clase con el cabello corto o recogido.

Los piojos del cuerpo son pequeños insectos de alrededor del tamaño de una semilla de sésamo. Viven en las prendas y en la ropa de cama, y viajan a la piel varias veces al día para alimentarse de sangre.

Esta plaga se localiza fácilmente por las secreciones blanquecinas que quedan en el envés de las hojas, así como una especie de melaza negra. Para combatirla de forma ecológica, lo mejor es usar jabón potásico y pulverizar el limonero con él, prestando especial atención al envés de las hojas.

Se suele recomendar utilizar repelentes naturales como la esencia del árbol del té, el aceite de citronella… y otros de origen sintético, aunque no existen suficientes estudios que avalen su eficacia.

Tome una gran cantidad de vaselina y aplíquela en el cuero cabelludo. Deje durante 1 hora y peine con un peine para piojos. Luego lava y enjuaga tu cabello con champú. Puede seguir este proceso hasta que finalice.

Clásicamente se ha recomendado la aplicación de vinagre blanco para quitar los piojos, diluido con agua, para facilitar despegar las liendres del pelo. El vinagre contiene ácido acético, aproximadamente un 5%, y es este componente el que facilita esta acción.

Ciertos colores resultan atrayentes para algunas especies de insectos; entre ellos el color amarillo intenso que atrae a pulgones, moscas minadoras y polillas; reportan también que el color blanco y en algunos casos el celeste, resulta atractivo a especies de trips.

Los adultos viven de 2 a 3 semanas. Producen de 3 a 10 pulgones por día.

El cítrico del limón las confunde y perturba su sentido de orientación. En el mismo rociador puedes mezclar vinagre y agua a partes iguales y seguir el mismo procedimiento que con el limón. El olor del vinagre repele a las hormigas inmediatamente y elimina los rastros de olor que suelen dejar para orientarse.

La interacción de las hormigas y los pulgones es bien conocida por agricultores y científicos. Las hormigas se alimentan de la melaza que excretan los pulgones y éstos son defendidos por las hormigas de sus depredadores y parásitos.