¿Cómo eran las bibliotecas de la Edad Media?

Las BIBLIOTECAS UNIVERSITARIAS fueron bibliotecas de escuela o facultad, cuyo modelo, tomado de las órdenes mendicantes, presentaba: - Sala de lectura, de planta basilical, con bancos, como las iglesias. - Libros encadenados, colocados en atriles. - Libros de préstamo bajo fianza, guardados en un baúl.

En la biblioteca de cada facultad había una biblioteca, con bancos y atriles, a los que permanecían encadenados los libros. Estos libros eran grandes, pesados, y su contenido era el compendio de alguna materia (la summa), de la que se consultaba y copiaba alguna parte antes de cada lección.

El término scriptorium,​ literalmente «un lugar para escribir», se usa habitualmente para referirse a la habitación de los monasterios de la Europa medieval dedicada a la copia de manuscritos por los escribas monásticos.

Asirios, babilonios e hititas todos tenían bibliotecas, al igual que ciudades sirias como Emar y Ugarit. Los textos presentes tenían diferentes formatos y podían estar escritos en rollos de cuero (magallatu), en tablas de madera recubiertas de cera, en papiro y en tablillas de arcilla.

¿Cómo eran los libros en la Edad Media? Su característica principal, común a todos, es que eran manuscritos: estaban escritos a mano. En su mayor parte, también ilustrados. Contenían decoraciones en las que destacaban las letras capitales, muy ornamentadas (historiadas), trabajadas por verdaderos artistas.

Las "bibliotecas" se catalogaban mediante colofones, que son la huella del editor en el lomo de un libro, o en este caso, una tablilla. Los colofones indicaban el nombre de la serie, el título de la tablilla y cualquier información adicional que el escriba necesitara indicar. Finalmente, las tablillas de arcilla se organizaron por tema y tamaño.

Cuentan que Tolomeo I, el sucesor de Alejandro Magno, siguió el consejo de un sabio ateniense y fundó una biblioteca en Alejandría para que la ciudad adquiriera fama.

La mayoría de las encuadernaciones medievales estaban hechas de piel de animal ; normalmente era un ternero o un cerdo el que involuntariamente acababa protegiendo el manuscrito. El cuero resultó ser un material ideal para encuadernar libros.

El tamaño y la composición de los libros medievales variaban: desde diminutos libros de oraciones que medían sólo unos pocos centímetros hasta libros corales de más de un metro de altura , desde libros de horas envueltos en sencillos pergaminos hasta ejemplos magníficos y elaboradamente trabajados.

La literatura medieval estaba dirigida predominantemente a un amplio público de lectores piadosos . Los salterios (libros devocionales para los laicos) estaban muy extendidos.

Bibliotecas Nacionales. Bibliotecas Públicas. Bibliotecas Escolares. Bibliotecas de Ciencia y Tecnología.

Están ordenados por signatura topográfica, dispuestos de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo en cada estantería. En las estanterías y en cada balda se indica la materia que hay en ellas y se corresponde con todo o parte de la notación topográfica del tejuelo del libro.

La Biblioteca de Ashurbanipal

La biblioteca más antigua conocida del mundo fue fundada en algún momento del siglo VII a. C. para la “contemplación real” del gobernante asirio Ashurbanipal. Ubicado en Nínive, en el actual Irak, el sitio incluía un tesoro de unas 30.000 tablillas cuneiformes organizadas según el tema.

Muchos corredores de apuestas en la Edad Media eran monjes (12.56.4), y los monasterios mantenían bibliotecas llenas no sólo de textos sagrados sino también de obras literarias, científicas y filosóficas de autores griegos y romanos. En las iglesias se guardaban y utilizaban Biblias de varios volúmenes y enormes libros litúrgicos.

Entre ellos, Revelations of Divine Love (o Showings), de Julian (Juliana) de Norwich, es el primer libro en inglés que se sabe que fue escrito por una mujer. Se pusieron por escrito los clásicos anónimos y aparecieron nuevos libros de genios creativos como Dante, Petrarca, Boccaccio, Chaucer y Villon.

En Europa y durante la Edad Media, los monjes copistas eran los encargados de mantener el legado escrito de la Antigüedad. La tarea de estos monjes era copiar los códices y manuscritos, convirtiéndose esta en su función principal.

Las bibliotecas antiguas no eran infrecuentes en el mundo antiguo. Varias civilizaciones construyeron diferentes tipos de bibliotecas: bibliotecas de templos con manuscritos sagrados, bibliotecas reales para uso administrativo y preservación de archivos reales y bibliotecas privadas .

Las primeras bibliotecas abiertas al público datan del siglo XVIII, de la mano de las congregaciones religiosas avecindadas en el país y de la labor desarrollada por la Biblioteca Nacional en cuanto a atención de público, pero la historia de las bibliotecas públicas como hoy las conocemos se inició en 1873.

Nacieron en los templos de las ciudades mesopotámicas, donde tuvieron en principio una función conservadora, de registro de hechos ligados a la actividad religiosa, política, económica y administrativa, al servicio de una casta de escribas y sacerdotes.

Pero en la historia de las bibliotecas, el Renacimiento resultó ser un período crucial. La invención de la imprenta provocó una explosión en el número de libros, lo que permitió la formación de muchas más bibliotecas que en el pasado, y muchas de ellas se volvieron mucho más grandes que antes .

Algunos inventos de esta época fueron el papel, la pólvora, la imprenta y la brújula. Además, un hecho importante fue el nacimiento de las primeras universidades.

Cinco inventos creados en la Edad Media que favorecieron al desarrollo de la sociedad

En ellos los monjes copiaban libros de la antigüedad en pergamino, creando códices. A la hora de encuadernar los códices solía utilizarse cuero y se decoraba con estampados en seco. También era usada la madera, sobre la cual se disponía cuero o terciopelo, según el destino del libro.

Un proceso lento y laborioso

Las bibliotecas de los monasterios albergaban la mayoría de los libros, y todos los libros eran copiados a mano, normalmente por monjes . Este proceso de copiar y difundir libros fue esencial para la preservación del conocimiento.

todos los libros se copiaban a mano. A mano, así de simple, y se copiaban en monasterios, la Iglesia, prácticamente era la única que tenía el don de saber leer. Ese era un trabajo meticuloso que realizaban los monjes en las abadías Sobre pergaminos…

El más conocido de los soportes de escritura medievales es el pergamino, la piel de un animal joven a la que se afeita, se la despoja de la epidermis e hipodermis sumergiéndola en una solución de cal y raspándola con una piedra pómez tras estirarla y tensarla sobre un caballete para eliminar impurezas.

Durante la Edad Media, la difusión de las ideas y del conocimiento estuvo restringida a muy pocas personas, entre otras razones, porque los monjes copistas eran los únicos que tenían el saber y la posibilidad material para transcribir a mano, uno por uno, los textos antiguos.