¿Cómo es posible saber la temperatura de las estrellas estamos tan lejos de ellas?

Para estimar la temperatura superficial de una estrella, podemos utilizar la relación conocida entre la temperatura de un cuerpo negro y la longitud de onda de la luz en los picos de su espectro.

La temperatura exterior, la de la fotosfera en concreto, se estima observando la distribución espectral de la luz emitida. Es decir, midiendo qué intensidad luminosa emite dicha una estrella para cada longitud de onda específica encontramos su espectro.

Las estrellas son enormes aglomeraciones de gas, principalmente hidrógeno, cuya temperatura es tan alta debido a la fusión de este elemento, y que irradian luz a lo largo de todo el espectro electromagnético. Poseen diferentes temperaturas que varían desde los 2,000 hasta más de 30,000 grados Celsius.

El color de las estrellas nos dice cuál es la temperatura en su superficie: las estrellas rojas son la de menor temperatura, unos 3.500 grados, mientras que las estrellas azules alcanzan los 30.000 grados.

La gran mayoría de las estrellas que vemos en la noche estan «relativamente» cerca a una distancia menor a mil o dos mil años luz, y por ello lo que vemos es tecnicamente el pasado de dichas estrellas.

Otra manera de medir distancias a galaxias lejanas consiste en usar el brillo de estrellas supernovas del tipo Ia, las cuales tienen un brillo intrínseco conocido teóricamente.

En astronomía se utiliza la paralaje para calcular distancias. Se define así la unidad de distancia pársec, siendo la distancia a una estrella en pársecs, la inversa de la paralaje trigonométrica medida en segundos de arco.

Una vez que las estrellas masivas llegan a la fase de gigante roja, la temperatura del núcleo continúa creciendo mientras que se forman átomos de carbono por la fusión de átomos de helio. La gravedad continúa juntando a los átomos de carbono en el núcleo hasta que la temperatura llega a los 600.000.000 grados Celsius.

Las enanas rojas –también conocidas como enanas M– son las estrellas (en la secuencia principal) más frías y pequeñas que existen, con temperaturas efectivas entre 2300 y 3800 K y masas entre 0,08 y 0,6 veces la masa del Sol, situándose justo antes del límite de los objetos subestelares, las enanas marrones, aquellos ...

Cuántos tipos de estrellas conocemos y cuál es el Sol

LA FUSIÓN EN LA NATURALEZA

Y es que la fusión nuclear es la base energética de las estrellas. Estas reacciones se generan constantemente en el Sol, el centro del Sistema Solar, y generan la energía responsable de que brille y emane calor, lo cual hace posible el desarrollo de la vida en el planeta Tierra.

Principales supergigantes azules

Probablemente la supergigante azul más conocida sea Rigel (β Orionis), que con una magnitud aparente de +0,12 es la estrella de este tipo más brillante en el cielo nocturno. Su luminosidad real es unas 66.000 veces mayor que la del Sol y su masa es del orden de 20 masas solares.

En el caso de Earendel, ese índice es de 6,2, lo cual la sitúa a 28.000 millones de años luz de nosotros. La que ostentaba el anterior récord —apodada Ícaro, en la constelación de Leo— no llega a la mitad de esa cifra.

Los átomos de helio generan fotones de luz que viajan a millones de años luz y que producen destellos luminosos antes de ser absorbidos por otros elementos. Las estrellas brillarán durante decenas o miles de años hasta que su combustible se acabe, que es el equivalente a la cantidad de hidrógeno con el que se formaron.

Las estrellas de tipo «F» que tienen 1.5 masas solares, podrán durar unos 3 mil millones de años, mientras que las estrellas como nuestro Sol, que son del tipo «G», llegarán a vivir unos 10 mil millones de años.

El pequeño clúster de estrellas llamado GN-z11, es el objeto más distante detectado por los astrónomos y existió cuando el universo tenía solamente 400 millones de años. “Ésta es una galaxia muy temprana”, afirmó Garth Illingworth de UC-Santa Cruz, quien describió la galaxia en The Astrophysical Journal.

Más allá de la mitad del Universo, a nueve mil millones de años luz de la Tierra, se encuentra Ícaro, una enorme estrella azul que se ha convertido en la más lejana observada hasta la fecha.

La galaxia I Zwicky 18, identificada en la década de 1930 por el astrónomo Fritz Zwicky, es una de las galaxias más extrañas del universo.

La medición de la distancia entre las estrellas también se lleva a cabo utilizando la fotometría. La fotometría se refiere a la medición de la cantidad de luz emitida por una estrella, y se puede usar para medir la distancia entre dos estrellas.

Los astrónomos usan la distancia entre la Tierra y el sol como una nueva unidad de medida llamada Unidad Astronómica. Estas son las principales unidades de medida que se utilizar para hablar de las distancias en astronomía: Unidad astronómica (ua).

Para medir distancias cósmicas, Loinard utiliza una técnica llamada Interferometría de Muy Larga Línea de Base (VLBI, por sus siglas en inglés) que consiste en observar una estrella, galaxia u otro objeto celeste al mismo tiempo con varios radiotelescopios, que están separados entre sí por miles de kilómetros.

La pérdida de biodiversidad que padeceríamos con el aumento a 1,5 °C sería catastrófica, pero si el ascenso es a 2 °C, el problema sería completamente irreversible por la desaparición de especies de plantas, animales, insectos, e incluso la muerte de casi la totalidad de los arrecifes de coral.

Se trata de estrellas muy grandes y frías. Su tamaño, que puede llegar a unos pocos cientos de veces el radio del Sol, las hace merecedoras del término gigantes y su relativamente baja temperatura, de unos escasos 3000-4000 kelvin, las hace aparecer como rojas a nuestros ojos.

Entonces el Sol tendrá un tamaño gigantesco y de color rojizo, con un núcleo cada vez más pequeño en el centro. Esta etapa es la de gigante roja. Esto seguirá así hasta que el núcleo alcance la temperatura suficiente para quemar helio, unos cien millones de grados. Y hasta entonces seguirá el colapso del núcleo.

Hasta ahora, solo se conocía un planeta lo suficientemente caliente como para experimentar la disociación térmica. Se trata de KELT-9b, en órbita de una estrella supergigante azul, que calienta su lado diurno a temperaturas superiores a los 4.327 grados centígrados.

Las estrellas aparentan ser exclusivamente blancas a primera vista. Pero si miramos más detenidamente, notaremos una variedad de colores: azul, blanco, rojo, e incluso dorado.