¿Cómo limpiar los vidrios para que queden impecables?

Para limpiar vidrios y ventanas, se debe usar una mezcla de agua tibia y jabón. El primer paso es limpiar con un paño humedecido en agua, y luego limpiar vigorosamente cuando se haya acumulado en el vidrio suficiente suciedad o manchas causadas por grasa, suciedad u otros elementos que marcan el vidrio.

Es muy fácil:

Para empezar, mezcla en un recipiente medio litro de agua, una cucharada de bicarbonato y 62 ml de vinagre blanco. 2. Remueve bien la mezcla y aplícala en los cristales con la ayuda de una esponja. Frota por toda la superficie realizando movimientos en la misma dirección para que no queden marcas.

- Usa un paño de microfibra limpio y seco para limpiar el vidrio en movimientos verticales u horizontales. El vinagre ayudará a descomponer la suciedad y eliminará manchas y marcas. El vinagre puede ser el mejor aliado para la limpieza de tu hogar, aprende aquí.

Para secar las ventanas se puede utilizar un limpiacristales con labio de goma, un paño de microfibras limpio u otro paño sin pelusas. De esta manera conseguirás unos cristales brillantes y sin rayas. Si no dispones de un paño absorbente a mano, también se pueden secar los cristales con papel de periódico.

Cuando los cristales están muy sucios puedes usar una patata o una cebolla. Corta por la mitad y frota suavemente el cristal. Aclara bien con un poco de agua y vinagre y seca. Si tienes algún cristal que está más opaco de lo habitual, mezcla una taza de vinagre con dos cucharadas de maicena.

Como limpiar cristales con amoníaco

Diluye en un cubo medio vaso de amoníaco por cada vaso de agua. Coge papel de periódico y mójalo un poco en la mezcla. Aunque si eres de los que hacen las cosas BIEN, puedes hacerte la vida más cómoda metiendo la mezcla en un vaporizador, y usándolo a modo de limpiacristales.

El vinagre de limpieza es el producto estrella para limpiar los cristales. En el caso de no tener en casa vinagre de limpieza puedes utilizar vinagre blanco. El vinagre es un perfecto limpiador y antiséptico que elimina todo tipo de hongos y bacterias de la superficie del cristal.

Cristales y espejos.

El isopropanol también está indicado para dejar limpísimos dos superficies que suelen dar bastante trabajo. Cristales y espejos no volverán a ser un problema con este tipo de alcohol que no deja ningún rastro. También puedes usarlo para limpiar las persianas o incluso el suelo.

Mezcla 1/2 litro de agua con 20 ml de amoniaco, empapa un trapo y pasa la zona con los rayones haciendo movimientos circulares. Repite el proceso tantas veces como sea necesario hasta que hayan desaparecido. Otro producto que puedes utilizar para quitar los rayones es un limpiador de metales.

1. Utiliza una bayeta adecuada para limpiar los cristales. Para empezar, necesitas usar una bayeta adecuada. Las bayetas de microfibra son los más apropiados para la limpieza de cristales.

Para limpiar el cristal es mejor utilizar vinagre blanco.

Solo basta con diluir una taza de vinagre blanco en un poco de agua tibia y con la ayuda de un paño, podrás limpiar la superficie de la mampara sin problemas. Para asegurarte de eliminar la cal, lo mejor es utilizar tratamientos específicos.

Los productos de limpieza con amoniaco son un gran aliado para limpiar las superficies de mármol. Ayuda a eliminar bacterias y a devolver el brillo a este bonito y reluciente material, por lo que tu hogar u oficina lucirá como nueva.

El vinagre de limpieza es un antical conocido es capaz de deshacerse de los restos de cal que suele obstruir los grifos, especialmente en zonas de agua dura.

Necesitarás: 2 tazas de agua (½ litro), ½ taza de vinagre blanco (62 ml), 1 cucharadita de bicarbonato (5 g). Mezcla los ingredientes en un recipiente y con una esponja esparce la mezcla por el cristal. Deja actuar durante 5 minutos y limpia el cristal con agua.

Añade en una pistola pulverizadora partes iguales de agua y vinagre. Pulveriza sobre la superficie de cristal que quieras limpiar y con la ayuda de una bayeta de microfibra (no deja rastros ni pelusa) limpia el cristal.

El removedor de flux PWR-4™ que es potente, no inflamable y rentable resulta ideal donde se requiere un limpiador más seguro, no inflamable y rentable.

Para rayones, haz una mezcla de bicarbonato de sodio y agua, o incluso puedes apostar por una pasta de dientes. Frota ambas opciones por la encimera y deja actuar durante unos 30 segundos.

Rocíe un poco de WD-40 sobre una toalla de papel o un paño suave y limpio. Use este paño para frotar las áreas de los pisos con marcas de desgaste. No seas demasiado duro al frotar, hazlo con movimientos circulares pequeños y suaves. Ahora limpie el área con un paño limpio y húmedo y déjelo secar.

En un recipiente, mezcla 1 taza de vinagre blanco con 2 tazas de agua, humedece el paño y pasa sobre la superficie de acero con las rayas. Una vez que hayas realizado esto, aplica una mezcla de bicarbonato de sodio con el zumo de un limón.

Un truco muy recomendado es esparcir el producto limpiacristales directamente en la bayeta en vez de en el cristal. De esta forma, ahorras producto y conseguirás humedecer la bayeta y tenerla manejable para poder limpiar cómodamente. No te olvides de escurrir la bayeta bajo el grifo cuando notes que está sucia.

Algunas de las superficies de aplicación son: enlozadas, cromadas, de acero inoxidable, esmaltadas, de porcelana, de plástico, de goma, cerámicas, de cuerina, baño, cocina, computador, tabla de cocina, asiento y tabla del inodoro.

Trucos para limpiar la ducha

Mezcla dos partes de agua con una de vinagre y otra de jabón. Frota con la ayuda de una esponja este detergente natural para limpiar el aseo, deja que la pasta se asiente y enjuaga después con agua. Tendrás la máxima efectividad anti-gérmenes al instante.

Lo mejor para limpiar azulejos es utilizar vinagre de limpieza, sobre todo porque conseguirá eliminar los restos de cal que tanto cuesta quitar. Si no tuvieras también puedes usar vinagre blanco de la despensa. Mezcla en un barreño añade una parte de vinagre por tres de agua caliente. Remueve bien.

En este sentido, el amoníaco destaca por su poder desengrasante, pero no desinfecta al mismo nivel que la lejía; en cambio, la lejía es por excelencia el producto más usado para desinfectar los hogares y hoy más que nunca se ha convertido en una gran aliada.