¿Cómo mejorar el sabor de los champiñones?

Durante todo el año encontramos en el mercado setas congeladas, pero el problema que tienen es que tienen un sabor metálico un poco desagradable. Para quitarles ese sabor, descongelamos las setas y las sumergimos en leche durante 2 o 3 horas.

Ajo, perejil y sal

Deja que los champiñones liberen toda su agua y esta se consuma en su mayoría; justo cuando estos se vean dorados, en este punto añade ajo y perejil picado, así como sal al gusto y deja cocinar por dos minutos extra.

Los ejemplares medianos se pueden preparar fritos o a la plancha, preferiblemente cortados en láminas, mientras que los más grandes son ideales para rellenar hortalizas o lasañas o para utilizar en brochetas. Los champiñones dan muy buen resultado como ingredientes de tortillas y tartas, o como base de patés vegetales.

Para evitar que los champiñones suelten agua al cocinarlos, métalos unos minutos en el horno precalentado.

El champiñón es una fuente de minerales, proteínas, vitaminas y fibra. Este hongo posee un sabor neutro y delicado. Es habitual encontrarnos champiñones frescos, o en conserva, y su consumo se da durante todo el año, y además, se trata de un ingrediente muy utilizado en nuestra gastronomía.

El añadir unas gotas de zumo de limón también ayuda a que no se oscurezcan a la hora de cocinarlos, pero no siempre nos interesará que tomen sabor a limón.

El champiñón aporta poca energía. Después del agua, su principal componente son los hidratos de carbono. También constituyen una buena fuente de fibra, que proporciona sensación de saciedad, aumenta el volumen fecal, mejora el tránsito intestinal y protege frente al cáncer de colon y la enfermedad cardiovascular.

En este punto, los champiñones habrán perdido su sabor y valor nutricional, así que no hay ningún beneficio en comerlos.

Originario de Europa y América, el champiñón es fuente de vitaminas del Grupo B y D además de minerales como el potasio, el fósforo y el hierro, entre otros. Esta composición lo convierte en un posible aliado en la prevención de enfermedades como el cáncer, la diabetes o el deterioro cognitivo.

Hoy descubrimos por qué las setas pueden salvarnos la vida. Las setas cultivadas son alimentos económicos, accesibles y llenos de propiedades nutricionales y saludables. Actualmente se recomienda consumir setas cultivadas unas tres veces por semana, preferiblemente si estas son el ingrediente principal del plato.

Resumiendo: a los champiñones no les gusta el agua, y empiezan a desintegrarse cuando se mojan, por lo que los profesionales recomiendan pasarles un paño limpio, sin más. Si prefieres lavarlos, prepáralos inmediatamente después, no esperes (no es necesario pelarlos).

¿Cómo se hidratan los champiñones?: es muy fácil. Únicamente se dejan en un recipiente con agua caliente entre 20 y 30 minutos. Si tenemos afán, podemos subir la temperatura del agua para acelerar el proceso, pero en este caso la paciencia nos entrega un resultado más rico y con mejor textura.

Lo primero que debes saber es que los champiñones se podrán almacenar en la nevera hasta un máximo de siete días. Para ello, será importante que solamente conserves aquellos que estén frescos y que tengan buena apariencia. Además, deberemos retirarlos del envase donde se encuentren y envolverlos en papel absorbente.

Antes de seguir hablando de sus propiedades, es importante aclarar que pertenecen al reino fungi y no al reino vegetal y, aunque a veces son considerados una verdura, lo cierto es que no lo son. Los champiñones son hongos y, como tales, no tienen clorofila y no realizan la fotosíntesis, de ahí que no sean vegetales.

Este hongo se caracteriza por crecer en prados y claros de bosque, donde su color blanco destaca entre el verde del césped. A menudo se encuentra en círculos o anillos, donde la hierba crece de manera más exuberante.

Los champiñones deben desprender el olor de tierra, un olor natural y fresco; en caso contrario, evita comerlos. Los champiñones en mal estado también pueden detectarse cuando los ves que se han secado o se han arrugado considerablemente después de haberlos comprado.

La mejor manera de lavarlos es enjuagándolos rápidamente en agua a temperatura ambiente y eliminando la suciedad que puedan tener con un pañito húmedo.

Los métodos más comúnmente utilizados en el mantenimiento y preservación de hongos son: liofilización 1-6, congelación 7-10, bajo capa de aceite mineral 11-14 y en agua destilada estéril 6, 15-21.

Contenido nutricional de los champiñones

Este alimento como todos los hongos es muy rico en agua, más de un 80%, por lo tanto es muy ligero. Aporta solo 22 calorías por ración. Los champiñones tiene 4.25 g de proteínas y 4 mg de vitamina C.

La carne, tanto del pie como del sombrero, es comestible y blanquecina, siendo ligeramente más tersa en crudo la del sombrero que la del pie, que es algo más dura. Generalmente se consumen cocinados, pero también se pueden elaborar carpaccios con ellos, por lo que conviene ser muy minucioso con la limpieza.

La razón de lo anterior es que, si se lavan , los hongos absorben mucho el agua y, además, pierden prácticamente todos sus aromas y sabores. También es importante decir que lo mejor es limpiarlos justo antes de consumirlos pues, si se humedecen y después se guardan en el refrigerador se acelerará su descomposición.

Una taza de champiñones, que representaría aproximadamente 150 gr, puede ser una porción adecuada (dependiendo del sexo, edad, nivel de actividad física, etc.).

Otros tamaños: 1 taza - 644kcal, 100 g - 304kcal, 1 onza - 86kcal, más...

Está la brindan las vitaminas B que son las correspondientes a B1- B2- B3 y el ácido fólico que cumple con el nivel de nutrición diaria que recomiendan los doctores para una buena alimentación, además de aumentar las defensas en el organismo que reducen el riesgo de padecer enfermedades comunes como una gripe.

Según los investigadores, los hongos contienen ergotioneina, un antioxidante que puede proteger contra el daño celular y tisular del cuerpo. Los estudios han demostrado que estos ayudan a prevenir varias enfermedades mentales, como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión.