¿Cómo saber si un vino es bueno o malo?

Un buen vino debe tener una textura suave y aterciopelada, con un equilibrio adecuado entre los taninos, la acidez y el alcohol. Luego, debes evaluar el sabor del vino. Un buen vino debe tener un sabor intenso y complejo, con matices de frutas, especias u otros sabores distintivos.

Cuando el corcho se mueve, no cierra herméticamente, dejando pasar el aire. Si tienes dudas, puedes ejercer un poco de presión sobre él y comprobar si se mueve. Mira también si está agrietado, si se deshace, si tiene moho o si se ve empapado. Cualquiera de estos signos delata vino en mal estado.

Empieza por vinos ligeros y dulces

Por lo general, lo mejor es comenzar a beber vinos más suaves, frescos y ligeros. La astringencia o la complejidad de un vino puede ser demasiado para una primera vez. Por eso, lo ideal es que apuestes por aquellos “más agradecidos” al paladar, como los vinos blancos o rosados.

¡Vamos allá!

Botella de vino blanco: El vino blanco joven, es aconsejable consumirlo entre un año y dos desde su embotellado. En cambio si ha tenido paso por barrica su longevidad se alarga hasta tres o cinco años. Botella de vino tinto: Si el vino es joven, su conservación puede ser de dos años desde su embotellado.

¿Se puede tomar vino caducado? ¡Sí! Y es que el vino en realidad no caduca, ya que el alcohol y otras de sus propiedades, hacen que éste pueda perdurar en el tiempo. Por lo tanto, aunque haya pasado ya su fecha preferente de consumo, puedes tomar ese vino porque no es perjudicial.

En general, los vinos tintos se mantienen en buen estado si permanecen abiertos entre 3 y 5 días, y si bien algunos más ligeros se pueden conservar en la nevera, es mejor guardarlos cerrados con un tapón o su mismo corcho en un lugar fresco y oscuro.

Sin entrar en profundidad, ya que es un tema complejo, podemos decir que un vino blanco o rosado joven, un vino tinto joven o de cosecha se conservan en buenas condiciones entre 1 y 3 años después de su vendimia, reflejada en la etiqueta de la botella.

La variedad de vino tinto más saludable es la Pinot Noir, debido a que cuenta con una piel fina, permitiendo que posea taninos bajos pero altos niveles de resveratrol, este componente es un gran aliado para la salud del corazón.

Suelen tener un nivel de alcohol más bajo que los tintos y un sabor más ligero y fresco. Para quienes empiezan a tomar vino, nuestra recomendación es Coto Mayor Blanco, de la variedad de uva Sauvignon Blanc. O El Coto Blanco, laborado con variedades de esta uva, Viura y Verdejo.

Lo primero que debemos hacer es acercarnos la copa a la nariz sin moverla para captar todos los aromas del vino. Una vez hecho esto, moveremos el caldo ligeramente para que se mezcle bien y podamos apreciar todos sus olores y diferenciar cada uno de ellos.

Son unos caracteres que indican el logo de la fabrica, el modelo de la botella y el contenido. En algunos casos, cuando el envase esta normalizado y contrastado, se llama "Envase Medida", y lleva unos numeros:"55", "63", que establece el nivel de llenado exacto cuando el liquido esta a 20ºC.

El concepto de graduación alcohólica hace referencia a la cantidad porcentual de alcohol que contiene un vino. Esta se mide en volúmenes de etanol por cada cien de vino, lo que en las etiquetas vemos como “% vol.” a continuación de la cifra.

Sin entrar en profundidad, ya que es un tema complejo, podemos decir que un vino blanco o rosado joven, un vino tinto joven o de cosecha se conservan en buenas condiciones entre 1 y 3 años después de su vendimia, reflejada en la etiqueta de la botella.

Antes de consumirlo, Hernández anima a retirar el vino del refrigerador entres dos y tres horas antes. Esto permite que el vino vuelva lentamente a la temperatura ambiente. "Refrigerar el vino puede hacer que éste pierda cualidades, pero perderá muchas más si está abierto a temperatura ambiente.

Ningún vino posee fecha de vencimiento, y ni siquiera la frase “consumir preferentemente antes de 'tal' fecha”. Cabe destacar que otras bebidas con contenido alcohólico sí poseen fecha de caducidad, como es el caso de muchos tipos de cervezas, por citar un ejemplo.

Vinos Jóvenes: no más de un año de guarda y puede ser un poco más para los vinos que han pasado por barrica algunos meses (vinos jóvenes robles) pero no mucho más. Vinos Crianza: de cuatro a cinco años. Vinos Reserva: de ocho a diez años. Vinos Gran Reserva: quince años o más.

Por otra parte, según indican desde los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos, el vino en mal estado puede provocar una intoxicación alimentaria, cuyos síntomas incluyen -aunque no se limitan a- malestar estomacal, dolor, náuseas, vómitos, diarrea y fiebre.

El vino más caro del mundo o, para ser más exactos, la botella de vino vendida al precio más alto de la historia fue una de Romanée Conti de 1945, por la que se pagó la friolera de 558.000 dólares.

Botella de vino blanco: El vino blanco joven, es aconsejable consumirlo entre un año y dos desde su embotellado. En cambio si ha tenido paso por barrica su longevidad se alarga hasta tres o cinco años. Botella de vino tinto: Si el vino es joven, su conservación puede ser de dos años desde su embotellado.

Definitivamente sí. Aunque sea desagradable nada influye en el líquido. Si terminas con algunos trozos de corcho flotando en una copa de vino, podes filtrarlos con un colador fino, una gasa o un filtro de café.

Por lo general, el vino tinto se conserva a una temperatura comprendida entre 12 °C y 16 °C. Algunos vinos, sobre todo los tintos más jóvenes, también se pueden conservar a una temperatura más baja, sin embargo, ningún vino tinto debería conservarse nunca a menos de 11 grados ni a más de 18.

Los vinos jóvenes, o vinos del año, son aquellos con menor tiempo de crianza o envejecimiento tras la fermentación alcohólica. Se recomienda su consumo entre los 2 y 6 meses desde la vendimia, hasta los 18 meses, pero como mencionamos anteriormente, cada D.O. establece sus propios tiempos.

El vino sabe mejor con la edad debido a una compleja reacción química que ocurre entre azúcares, ácidos y sustancias conocidas como compuestos fenólicos. Con el tiempo, esta reacción química puede afectar el sabor del vino de una manera que le da un sabor agradable.

En el caso de los vinos jóvenes, pueden llegar a tener un breve paso por madera que no debe exceder los 6 meses en barricas de roble usadas. En el caso de los vinos de crianza, estos ejemplares suelen pasar más de 10 o 12 meses en barricas nuevas o usadas.