¿Cómo saber si una alcachofa es buena?

Pero, ¿cómo elegir las mejores alcachofas a la hora de comprarlas? Para Francisco Torres, lo que hay que tener siempre en cuenta es que esté bien formada, que no tenga pinchos, que las hojas no estén abiertas, que estén redonditas y prietas, que pesen y cuanto al tamaño, que se puedan abrazar con la mano.

Como ocurre con otras verduras, la alcachofa debe presentar su tono verde brillante y potente que la caracteriza. Otra recomendación pasa por ser observadores y descartar las alcachofas tengan manchas negras o arañazos. Y, si seguimos mirándolas con atención solo cogeremos las que estén duras.

Si ya está empezando a abrirse, especialmente en el extremo, es un signo de que se está pasando de maduración. Evita las alcachofas flácidas. Además de tener apariencia compacta, una buena alcachofa debe palparse firme, tersa, con un tallo duro y las hojas más grandes crujientes y resistentes.

La reina indiscutible en España (el tercer mayor productor de alcachofas del mundo) es la alcachofa de Tudela. Es la más conocida y apreciada en nuestro país debido a su gran calidad. Se trata, sin lugar a dudas, de una de las joyas de la huerta navarra.

Las únicas partes que no se comen de una alcachofa són las hojas externas, pues son duras y fibrosas y la parte más seca del pedúnculo y alejada de la flor.

Es recomendable conservar las alcachofas frescas en una bolsa de plástico bien cerrada, ya sea hermética o anudada, y colocarlas en la parte más fría de la nevera. También es importante saber que la alcachofa es un vegetal que se oxida muy fácilmente, es decir, se ennegrece en muy poco tiempo.

Conservar las alcachofas será muy fácil también. En el refrigerador pueden mantenerse hasta por una semana, en una bolsa de plástico bien cerrada. Si tienen tallo largo, puedes dejarlas en agua, también dentro del frigorífico.

Para que no se sequen, lo mejor es no cortarles el tallo hasta el momento de su consumo. Una vez cocidas, las alcachofas deben ser consumidas en 24 horas, durante las cuales se mantendrán en la nevera. Si se han cocido los corazones de alcachofa se pueden congelar, conservándose así hasta 6-8 meses.

Hoja a hoja se come la alcachofa.

Aunque su sabor puede variar ligeramente dependiendo de la variedad y la forma en que se cocina, generalmente se describe como terroso, ligeramente amargo y con un toque dulce, lo que la convierte en la estrella de gran variedad de platos.

Aunque el origen de la alcachofa española se encuentra en la cuenca del Mediterráneo durante la dominación árabe, la variedad que más se cultiva actualmente es la que se produce en la zona geográfica de la Ribera de Navarra, en las tierras del llamado eje o corredor del Ebro, cuyo centro de gravedad es Tudela.

Aunque su recolección varía según la zona, la alcachofa es una horatliza de invierno, la temporada de la alcachofa suele comenzar en noviembre y se alarga hasta marzo, por lo tanto esta será la mejor época para consumirla en fresco.

Variedades de alcachofa: Conoce las más importantes del mercado

Las alcachofas cocidas presentan un cierto toque amargo que no a todo el mundo gusta. La manera más sencilla de eliminar ese punto consiste en añadir al agua en el que las vamos a cocer una cucharada sopera raseada de azúcar, o, en su defecto, un terrón. Así de sencillo.

La temporada de alcachofas se divide principalmente en dos estaciones dependiendo del territorio en el que se cultivan. Esta hortaliza es muy propia del otoño, por eso a partir de octubre y hasta comienzos del invierno, durante el mes de diciembre, podemos encontrarlas en las tiendas.

Las alcachofas cocidas aguantan 24 horas guardadas en la nevera metidas en un táper o recipiente bien cerrado y sumergidas en su agua de cocción.

Sea como sea, hay que limpiarlas, quitar las hojas y partes más duras y cortarlas en trozos de la medida que prefieras. Una vez listas, las puedes guardar en bolsas de congelación y meterlas al congelador o escaldarlas cinco minutos en una olla con agua hirviendo. Una vez secas y frías, podrás congelarlas.

Si queremos guardar alcachofas ya cocidas, las cocemos con cualquiera de los dos métodos, sacamos los corazones y los guardamos con cuidado en bolsas procurando que no se aplasten con otros alimentos hasta que estén bien congeladas.

Previene el envejecimiento temprano de las células y eso es gracias al alto contenido en potasio, uno de los minerales que destacan como propiedades de la alcachofa, y que hace que los órganos funcionen correctamente. Su alto contiene en fibra (apenas aporta calorías) aumenta la sensación de saciedad.

Se conserva en un sitio fresco y seco. Una vez abierto el envase, conservar en el frigorífico, y consumir antes de 4 días.

Ponlas en varias bolsas de congelado y etiquétalas con la fecha en la que las pusiste en el congelador. Liebherr recomienda que se estén un máximo de 6 meses en el congelador para que no pierdan sus propiedades. Aunque pasados esos 6 meses, ¡volverá a ser temporada de alcachofas!

Cuando cortamos una alcachofa, los compuestos fenólicos salen y se ponen en contacto con el oxígeno del aire. Los fenoles reaccionan con el oxígeno, dando lugar a unos compuestos, apareciendo las melanoidinas o las manchas oscuras que vemos de manera uniforme en la alcachofa.

Todas las hojas, excepto las más internas, son duras y hay que rasparlas con los dientes para comer las partes tiernas.

Por curioso que pueda llegar a sonar la alcachofa tiene una parte que no es comestible y se le conoce como pistilo.

La alcachofa es una planta que crece hasta, aproximadamente, unos 90 cm de altura. Tiene hojas grandes y oscuras, y flores de un color púrpura muy vistoso. La parte comestible de la alcachofa es su corazón, que se encuentra en el centro de la planta y se protege con hojas externas gruesas y duras.

Las alcachofas contienen una sustancia llamada cynarina, que les da su característico punto amargo. Pero además, la cynarina inhibe el funcionamiento de las papilas gustativas que detectan los sabores dulces. Su efecto, en realidad, es muy breve y desaparece en cuanto bebemos agua.

Gracias a la presencia de cinarina, la alcachofa ayuda a reducir el colesterol y los lípidos, debido a que la cinarina favorece la producción de la bilis en el hígado y su posterior vaciado en en la vesícula biliar. Este proceso es muy beneficioso para la reducción de grasas y colesterol de nuestro organismo.