¿Cómo se congelan los hongos?

Tras limpiarlos y cortarlos en láminas o trozos, coloca los champiñones sobre papel de cocina absorbente para que terminen de soltar la humedad. Mete los champiñones cortados y lo más secos posible en bolsas de plástico, mejor si son específicas para el congelador, y guárdalas en este.

LA CONGELACIÓN

Podemos congelar en crudo o precocinado: Si congelamos en crudo, laminamos los boletus bien limpios y vamos colocándolos por capas en film de cocina trasparente. Para su uso, no es necesaria la descongelación, se pueden cocinar directamente.

Mételos en el congelador y ten presente que, para aprovechar toda la calidad del producto, deberás consumirlos en un plazo aproximado entre 8 a 12 meses.

Los métodos más comúnmente utilizados en el mantenimiento y preservación de hongos son: liofilización 1-6, congelación 7-10, bajo capa de aceite mineral 11-14 y en agua destilada estéril 6, 15-21.

En lugar de guardarlos en una bolsa de plástico, que puede atrapar la humedad, se debe optar por el envase original, una bolsa de papel o una bolsa de tela. Permitir que los champiñones respiren ayudará a mantenerlos frescos durante más tiempo.

Cuánto tiempo puedes conservar el boletus en la nevera

El cocinero Carlos Pelegrí revela al diario Heraldo que puedes tener el boletus edulis durante una semana en el refrigerador sin que pierda nada más que un poco de aroma, aunque su consejo es consumir la seta más fresca posible.

Por tanto, si deseamos congelar setas, deberemos freírlas previamente en aceite de oliva a baja temperatura (60-90ºC) para después envasarlas al vacío y guardarlas en el congelador, donde no es recomendable mantenerlas más de un año.

Si los boletus son jóvenes y/o pequeños, no es necesario eliminar esta esponja, pero sí en el caso de boletus más grandes. Para quitarla nos ayudaremos de un cuchillo o directamente de los dedos. Esta esponja la podremos utilizar para darle sabor a setas a nuestros caldos de carne o verduras.

Si lo que quieres es conservar setas de supermercado (cuyo origen es el cultivo), intenta almacenarlas fuera del recipiente de plástico que suele contenerlas o, al menos, retirar el papel film que las envuelve. Siempre será mejor que las almacenes en una bolsa de papel o tela, o en un recipiente con papel en cada capa.

Si el congelador congelador dispone de una bandeja de congelación rápida conviene mantener las setas en esta zona durante las primeras 24 horas de congelación para pasarlas después a la zona de temperatura normal (-18º). Así se conservan hasta seis meses.

Las setas también se pueden congelar, pero es una pésima idea. Ten en cuenta que hasta un 95% es agua, así que, al llegar al punto de congelación, el agua forma agujas que rompen las fibras de la seta. Al descongelar tendrás todo el sabor, pero una textura blandengue poco agradable.

Se trata de limpiar, trocear las setas y darles un golpe de calor como sofrito y escaldado. Una vez hecho esto, se rellenan botes de cristal y se cierran. Se colocan en una olla grande llena de agua hirviendo y se cuecen durante 20 minutos. Se dejan enfriar y se pueden conservar durante casi un año.

En general, los hongos enteros de este tipo pueden durar refrigerados entre 7 y 10 días, aunque depende de cuantos días hayan pasado en el estante del supermercado. Busca siempre champiñones firmes, voluminosos y con los tallos y los sombreros intactos, sin roturas ni magulladuras.

Se conservan hasta 2 meses en la heladera.

Si te preguntas cómo reconocer el Boletus edulis (el de mayor prestigio dentro de su género), has de saber que destaca por su carne blanquecina y sombrero viscoso. Aunque, cuando el entorno es húmedo, éste tira a un color pardo claro, casi ocre.

Requiere de una temperatura óptima para desarrollo en medio de cultivo que oscila entre 25-30 °C con un mínimo de 8 °C y un máximo de 31-35 °C. Los esclerocios germinan en un rango de 8-30° C con una temperatura óptima de 23° C y a nivel del suelo la temperatura óptima para el ataque del patógeno es de 18 °C. 9.

Las 4 especies de boletus comestibles más consumidos, buscados y recolectados son los edulis, pinicola, aereus y reticulado o de verano. Todos ellos están considerados como excelentes comestibles. La diferencia más notable entre ellos es el color del sombrero.

Suele aparecer desde finales de verano hasta finales de otoño. Principalmente después de episodios de lluvias. Su ciclo de aparición es de aproximadamente entre 10 y 14 días después de la lluvia (siempre que sea abundante).

Repartimos las setas en dos o tres bandejas de horno y las ponemos a 80-90º C hasta que queden bien secas. En el proceso podemos darles la vuelta cada 30 minutos. Lo normal es que será necesario un mínimo de dos horas -dependiendo del grosor de nuestras láminas- para que las setas queden bien deshidratadas.

Para congelar los rovellons es preciso cocerlos previamente.

Si los congelamos crudos, como el 94% de un hongo es agua, lograremos que el hielo aumente su volumen y perjudique tanto a su aspecto como a sus propiedades organolépticas.

En otro procedimiento, las setas se escaldan en agua.

«Se sumergen enteras o en trozos grandes en agua hirviendo, con un poco de sal. Cuando arranque a hervir se retiran las especies más frágiles. Las más consistentes pueden hervir durante dos minutos.

Se descongelan una hora antes de su consumo y se cocinan en el mismo momento que ablanden, así no pierden ni sabor ni textura. El tiempo de conservación, en ambos casos, oscila entre seis y nueve meses en una nevera normal.

Boletus edulis: El boletus más famoso y más buscado. Sus principales características son su carne blanca y cierta viscosidad en su sombrero si el ambiente en el que crece es muy húmedo. Una línea blanca en la parte exterior de su sombrero y su tono pardo ocre te ayudarán a diferenciarlo si vas a recolectarlo al bosque.

Sobre las setas pondremos un papel de cocina absorbente impregnado con unas gotas de agua, para que conserve la humedad. Después, debemos cerrar herméticamente el táper y guardarlo siempre en la nevera. Si las compras laminadas, tal y como vienen en la bandeja debemos guardarlas en el frigorífico.

¡Es muy fácil! Extiende las setas en una bandeja y déjalas secas al exterior. Es importante que no les toque el sol directo; debes buscar un lugar un poco resguardado. Una vez secas guárdalas en recipientes dentro de la nevera.

Las esporas son células que contienen agua, y si se congelan, se destruirán.