¿Cómo se guardan los huevos para incubar?

Las recomendacio- nes clásicas son de mantener los huevos en un ambiente a 13-16° C. de temperatura y con un 75 por ciento de humedad relativa, lo cual se apl ica tanto a los huevos para el consumo como a los de incubar. una temperatura de 15° C.

Almacenar los huevos en una sala especial en la que se pueda controlar fácilmente la temperatura y la humedad.. Colocar con cuidado los huevos para incubar en las bandejas de transporte o de la incubadora, con el extremo agudo (puntiagudo) hacia abajo.

Los huevos de gallina, pato, oca, faisán o codorniz pueden almacenarse unos 9 días antes de ponerlos a incubar. Pasado ese periodo, disminuye la tasa de supervivencia del embrión. En el caso de los huevos de pavo o de perdiz, pueden aguantar hasta 15 días.

Nunca almacenar los huevos a temperatura ambiente. Conservarlos en la cámara de conservación con una humedad no superior al 80%. En caso de disponer de diferentes cámaras por tipos de alimentos conservar los huevos en la cámara de verduras. Nunca congelar el huevo fresco.

Cuándo se puede empezar a comprobar si el huevo ha sido fertilizado. A partir del día 7 podrás comprobar que tienes huevos fértiles. Notarás que adquiere unas venas más y más pronunciadas y que el huevo se empieza a colocar más y más oscuro. Si es transparente y uniforme por dentro, es infértil.

Las temperaturas elevadas de la cáscara durante la incubación (38.9°C) modifican el desarrollo del músculo cardiaco (Christensen et al., 2004b; Leksrisompong et al., 2007) y pueden ocasionar hipertrofia ventricular derecha y aumento de la mortalidad especialmente causada por ascitis (Molenaar et al., 2011).

Para evitar estos problemas y asegurarse de producir crías sanas, es importante mantener los niveles de humedad relativa entre el 50 y el 60% HR. Una buena manera de garantizar un nivel de humedad estable, consiste en asegurarse de contar con una supervisión regular, a fin de garantizar niveles de humedad consistente.

Últimos días de incubación

Evite retirar la tapa de la incubadora hasta que los huevos hayan eclosionado, y a medida que vayan naciendo retírelos a algún lugar con comida, agua y una temperatura de entre 35ºC y 37ºC. Los polluelos podrán sobrevivir hasta 48 horas sin comida o agua.

Si tenemos demasiada humedad y mala ventilación, esto puede provocar que los pollitos mueran dentro del cascaron y no puedan salir debido a muerte por asfixia. La mejor solución es poner un Kit de control de humedad automático y programarlo acorde a lo que necesitemos en cada momento de la incubación.

Esta es la razón. Algunos expertos señalan que los huevos son muy sensibles a la temperatura y en la nevera sufren una variación térmica al estar abriéndola y cerrándola constantemente, lo que puede conllevar a una proliferación microbiana que contamine los huevos.

La Salmonella puede aparecer en las cáscaras de los huevos cuando las aves los ponen o cuando estos entran en contacto con los excrementos de las gallinas después de la puesta.

De tal forma, existe riesgo de que se generen bacterias como la Salmonella, muy peligrosa para nuestra salud. Entonces, ¿cuál es el lugar más adecuado para conservar los huevos? Lo mejor es cocarlos al fondo de la nevera, preferiblemente en la balda superior.

La temperatura de una incubadora de pollos, debe encontrarse a unos 38 ºC para conseguir animales de primera calidad.

Generalmente se dice que el huevo de gallina necesita 21 días de condiciones favorables de incubación para que el pollo se desarrolle y eclosione. Sin embargo, este desarrollo toma 22 días, un día en el oviducto y 21 días en la incubadora o nido.

Los huevos en el nido se llaman un "nidada" o "puesta". Si una gallina hace esto sin intervención humana, generalmente será una clueca de alrededor de una docena de huevos. Si tienes una gran cantidad de huevos o estás incubando los huevos para vender, entonces podrías considerar el uso de una incubadora.

Para que la incubación de huevos de gallina reproductora tenga éxito, es bien sabido que la temperatura ideal de la cáscara debe ser de 100,0°F (37,8°C) (Lourens et al, 2005).

Una temperatura arriba de 39C (102F) puede ser peligrosa, aunque en el período medio de incubación hay un mayor riesgo para el embrión si las temperaturas suben incluso ligeramente por arriba de 38.3C (101F). Si la temperatura está muy baja (por debajo de 37.5C 99.5F), podría resultar en un retraso en el nacimiento.

La temperatura adecuada para la incubación de huevos de gallina es de 37,5 a 38 grados Celsius, mientras que la humedad adecuada es del 50 al 60%. Si la temperatura es demasiado baja, los huevos no se desarrollarán correctamente y si es demasiado alta, pueden sufrir daños irreparables.

Al lavar el huevo, se corre el riesgo de eliminar esa fina capa y favorecer la penetración de bacterias dentro de la cáscara. Una vez cascado, el huevo debe cocinarse o consumirse a la mayor brevedad posible.

Se deben transferir los huevos a la nacedora por los últimos 3 a 4 días de incubación y no voltearlos. Durante esta etapa se debe disminuir la temperatura en 0.5°C y aumentar la humedad a 65-70%.

El período crítico de volteo del embrión es en la primera semana de incubación, particularmente en los 3 primeros días, sin una reducción significativa en la calidad, si se detiene después del día 15.

DURANTE LA INCUBACIÓN

-A medida que los días trascurren la temperatura interior ascenderá por lo que será necesario ajustar la máquina a 37.5º,a su vez el agua del interior se irá evaporando y tendrá que añadirle agua preferiblemente tibia cada dos días aproximadamente.

Por otro lado, una pérdida excesiva de agua puede provocar la deshidratación del embrión. Por lo tanto, regular la humedad durante la incubación es clave para conseguir una incubabilidad y una calidad de los pollitos óptimas.

Por eso, no es tanto fundamental guardar los huevos en la nevera, sino más bien conservarlos en un lugar fresco y seco, donde nos aseguremos que no van a sufrir cambios de temperatura extremos. Y no podría haber mejor sitio para ello que el frigorífico.

Cuando enfriamos el huevo el volumen de la albúmina y de la yema se reduce, por lo que aumenta el volumen de la cámara de aire la cual permite la entrada de aire exterior (contaminado o no) por succión dentro del huevo.

“La cutícula, es decir, esa capa fina que envuelve al huevo por debajo de la cáscara, puede romperse con un cambio brusco de temperatura”, explica el experto. Lo que supondría un gran riesgo para nuestra salud, porque esa fina capa es la que protege al huevo de la salmonela que puede contener en su cáscara.

Si el huevo flota en la superficie: querrá decir que está en mal estado y no es seguro consumirlo. El huevo flota cuando está podrido debido a que su cáscara se vuelve muy porosa.