¿Cómo se protege un cortocircuito?

Para la protección contra cortocircuitos y sobrecargas se emplean: Los fusibles: Un fusible es un dispositivo de protección autodestructivo, basado en la fusión de una lámina metálica, cuando la intensidad que circula por él sobrepasa sus características tiempo-intensidad.

Aquí enlistamos algunas buenas prácticas para proteger tus circuitos.

La forma más usual de proteger un motor es limitar la corriente que pueda demandar. Para ello se utiliza un interruptor de protección que se denomina “guardamotor”, cuyo funcionamiento es muy similar a un interruptor termomagnético (Ver notas anteriores en Nota1 y Nota2).

Desconectar los aparatos eléctricos que no se vayan a utilizar inmediatamente. Evitar que los cables, enchufes, etc., entren en contacto con agua y otros líquidos.

Los fusibles están diseñados para abrir el circuito cuando se produce una sobrecorriente, ya sea un cortocircuito o una sobrecarga.

El elemento más común para lograr una protección ante el aumento sostenido de la intensidad de corriente es el Interruptor Térmico.

¿Qué tipo de protección eléctrica existe y cuál es su función?

La protección de motores contra sobrecargas y cortocircuitos se denomina protección contra sobrecorriente. La máxima protección se realiza mediante fusibles, relés de corriente y relés térmicos.

La protección electrónica contra sobrecorriente evita que la tensión de salida de fuentes de alimentación conmutadas caiga transitoriamente a valores inferiores a 18 V como consecuencia de un cortocircuito o de la sobrecarga de un circuito de carga.

Protección contra sobrecorriente de corto retardo (S o código ANSI 50TD/51) La protección contra sobrecorriente de corto retardo contribuye a proteger el equipo ante posibles cortocircuitos de fase a fase, fase a neutro o fase a tierra con selectividad total.

Pasos para detectar un cortocircuito

Observa el panel o la caja de fusibles. Si alguno de los interruptores se disparó, es decir, si bajó, hay una falla. Revisar en el panel debería haber una guía que señale a qué circuito de la casa/edificio corresponde cada interruptor.

Cómo prevenir los incendios ocasionados por cortocircuito

Para detectar un cortocircuito lo primero que hay que hacer es, sin tocar nada, observar en el panel eléctrico principal o caja de fusibles de la casa si hay algún interruptor que se ha disparado. La forma más sencilla para saber cuál es el que "ha saltado” es ver cuál es que el tiene el botón de reinicio hacia abajo.

Luces que empiezan a atenuarse

Si observa que la iluminación empieza a parpadear y atenuarse, será uno de los primeros signos que demuestra una sobrecarga en los circuitos eléctricos.

Un cortocircuito se define como un defecto o fallo entre dos partes de la instalación eléctrica que tienen distinto potencial, y la cual tiene una duración inferior a 5 segundos.

¿Cómo elegir los fusibles adecuados? Se debe verificar que el voltaje de funcionamiento sea igual o mayor que la tensión del circuito; cabe mencionar que el fusible puede tener una clasificación más alta, pero no más baja, ya que al aplicar un dispositivo de protección de sobrecorriente puede haber riesgo de incendio.

Esta diferencia de corriente se conoce como corriente de fuga o corriente residual. Cuando el interruptor diferencial detecta una corriente de fuga significativa, por encima de un umbral preestablecido, se activa y desconecta rápidamente el circuito, evitando así el riesgo de descargas eléctricas.

En cualquier caso, en el ámbito doméstico se suele utilizar un modelo de fusible que oscile entre 15 y 50 amperajes. Si se trata de locales comerciales o industrias, esta cifra debe ser mayor (entre 60 y 100 aproximadamente).

Se instalan entre la fuente de alimentación y el circuito. Llegan a derretirse cuando una corriente pasa superando sus valores admitidos rompiendo la corriente.

Los fusibles o cortacircuitos no son más que una sección de hilo más fino que los conductores normales, colocado en la entrada del circuito a proteger, para que al aumentar la corriente, debido a sobrecargas o cortocircuitos, sea la parte que más se caliente y, por tanto, la primera en fundirse.

Entendemos por protección eléctrica al conjunto de dispositivos que evitan o reducen los fallos y peligros, cuando el funcionamiento de la instalación eléctrica presenta algún error. Estos aparatos están diseñados para, en circunstancias anormales, interrumpir la energía e impedir la expansión del error.

Los dispositivos de protección para circuitos eléctricos garantizan la imposibilidad de que una intensidad alta pueda fluir en condiciones defectuosas, con lo que se protege a la instalación y al equipo y se evitan lesiones y daños a las personas que los manipulan o que se encuentran en las proximidades de estos.

La figura 1 muestra el esquema de un circuito de fuerza motriz, comando, control y protección de uno de los circuitos más comúnmente utilizado. Los MET requieren dos tipos básicos de protec- ciones: por cortocircuito (que pueda ocurrir en sus bobinados o en los cables de su alimentación) y por sobrecarga.

Tipo gF: Fusible de fusión rápida. Protege contra sobrecargas y cortocircuitos. Tipo gT: Fusible de fusión lenta. Protege contra sobrecargas sostenidas y cortocircuitos.

En ese caso, para protegerlos, lo más común es colocarles sensores para detectar la temperatura (tipo bimetálicos) que alcanzan los bobinados durante el funcionamiento; ella se elevará en caso de sobrecarga y en determinado momento los desconectará.

Para la protección contra cortocircuitos y sobrecargas se emplean: Los fusibles: Un fusible es un dispositivo de protección autodestructivo, basado en la fusión de una lámina metálica, cuando la intensidad que circula por él sobrepasa sus características tiempo-intensidad.

Los aparatos y dispositivos que se fabrican en la actualidad son más sensibles y complejos, por eso una sobrecarga puede causar graves daños. Para evitarlo, lo mejor es instalar un protector de sobretensión. Este dispositivo sirve para proteger tus aparatos de cualquier pico de tensión que no debiera existir.