¿Cómo se purificó Betsabé?

La Torá arroja luz sobre por qué Betsabé pudo haberse purificado después del coito: “Si un hombre se acuesta con una mujer de modo que haya una emisión seminal, ambos se bañarán en agua y quedarán impuros hasta la tarde” (Levítico 15:18).

Desde lo alto de la muralla lo mató un ballestero y el rey David fingió gran dolor, pero enseguida tomó a Betsabé por esposa y ella parió un hijo, que no fue del agrado de Yavhé por ser fruto de adulterio. De hecho, la criatura fue sacrificada.

Introducción. El rey David cometió adulterio con una mujer llamada Betsabé quien entonces quedó embarazada. Al enterarse del estado de Betsabé, David trató de ocultar su pecado, y finalmente dispuso que Urías, el marido de Betsabé, fuera muerto en la batalla.

La Biblia no nos dice donde Betsabé se estaba bañando, pero sí nos dice de donde era David. Él estaba en su azotea (después de estar en la cama todo el día.)

David se arrepintió de sus pecados y Betsabé más tarde dio a luz a Salomón . Cuando David estaba muriendo, Betsabé conspiró exitosamente con el profeta Natán para bloquear la sucesión al trono de Adonías y ganársela para Salomón. Ocupó una posición influyente como reina madre.

Natán (hebreo: נתן‎, moderno: Natan, tiberiano: Nāṯān) fue el tercero de cuatro hijos nacidos del rey David y Betsabé en Jerusalén. Era hermano menor de Sammuah (a veces denominado Shammua o Shimea) y Shobab, y hermano mayor de Salomón.

Desde su techo , el rey David (reina c. 1005–965 a. C.) ve a la hermosa Betsabé, esposa de Urías, bañándose, y se acuesta con ella. Urías es llamado desde el frente para cubrir el embarazo resultante, pero cuando se niega a regresar a casa, el rey lo mata en batalla. Luego, David se casa con la viuda Betsabé, con quien tiene un hijo.

David también pagó otro precio, un precio terrenal, el cual lo persiguió hasta la muerte. “No se apartará jamás de tu casa la espada”, le dijo el profeta Natán, “por cuanto me al Señor menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.” (2 Samuel 12:10.)

La madre debe distinguir y fortalecer y dar cosas positivas a cada uno de sus hijos. Tengo tres hijos y cada uno es diferente. El amor nuestro hacia ellos es el mismo, pero el trato con cada uno es diferente. Algunos entienden más rápido, otros, más lento.

Una de las lecciones centrales que nos deja la historia de David y Betsabé es la importancia del Espíritu Santo y su función para ayudarnos a tomar buenas decisiones .

Una tarde David se encontraba paseando por la terraza del palacio real cuando desde lo alto divisó a una mujer bañándose. La belleza de la mujer despertó la curiosidad del rey David quien mandó indagar sobre ella. Se trataba de Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el Hitita. David envió a unos emisarios a buscarla.

En el Antiguo Testamento, Betsabé (en hebreo, Bathsheba, que significa "la séptima hija" o la "hija del juramento"), hija de Amiel,​ era la esposa de Urías el hitita​ y luego una de las esposas del rey David. Betsabé con la carta del rey David.

Urías (del hebreo: הַחִתִּי 'mi luz es Yahveh'), apodado «el Hitita», es presentado en el segundo libro de Samuel como el marido de Betsabé, soldado del ejército del rey David, uno de los llamados «Valientes de David». Muerte de Urías, en uno de los medallones de la Capilla Sixtina.

Rey de Israel, 4 hijo de David y Betsabé.

Una tarde, David se levantó de la cama y mientras se paseaba por la azotea del palacio, vio a una mujer que se estaba bañando. La mujer era muy hermosa. David mandó llamar a sus oficiales y les preguntó quién era la mujer. Uno de ellos respondió: «Es Betsabé, hija de Elián, esposa de Urías el hitita».

Como reina y madre , también estuvo asociada a la Santísima Virgen María como Reina del Cielo. El hijo de Betsabé, el rey Salomón, se levanta para saludarla, se inclina con veneración y le proporciona un asiento a su derecha. Esto demuestra su estatus exaltado y su participación en el reino real.

82–83). El resto de 2 Samuel 12 explica que el niño que les nació a David y a Betsabé murió, tal como profetizó Natán. Más tarde, David y Betsabé tuvieron otro hijo, a quien pusieron por nombre Salomón.

David (/ˈdeɪvɪd/; hebreo bíblico: דָּוִד‎, romanizado: Dāwīḏ, "amado") fue, según la Biblia hebrea, el tercer rey del Reino Unido de Israel. Los historiadores del Antiguo Cercano Oriente coinciden en que David probablemente vivió c. 1000 a. C., pero poco más se sabe sobre él como figura histórica .

David reflexionó y se dio cuenta de lo que había hecho, que le había fallado a Dios. David sintió un gran dolor, pide compasión a Dios y le ruega que intervenga en su vida. David reconoció que sus malas acciones afectaban a su relación con los demás y con Dios. Necesitaba el perdón de Dios y lo recibió.

Sugiero que, además de que David les falló a las concubinas después de su violación, también pudo haber sido más culpable al dejarlas a su suerte de lo que parece a primera vista. Es decir, pudo haber dejado a sabiendas a las concubinas como ofrenda a Absalón .

Tenía ocho esposas: Michal, la segunda hija de rey Saúl, Ahinoam de Jezreel, Abigaíl, la carmelita, antes esposa del malvado Nabal, Maachâ, hija de Talmai, rey de Gesur, Haggith, Abital, Egla y Betsabé, anteriormente la esposa de Urías el hitita.

Las esposas en Hebrón: Ahinoam, Egla, Maachâ, Haguit y Abital. Ahinoam es la segunda de las esposas que toma David tras haberse separado de la primera, su nombre proviene del hebreo Achîno'am, que podría traducirse como "mi hermano es amable/feliz".

Significado del nombre Betsabé:

Compuesto del hebreo "bat" que significa "hija de" y "-sêva" que significa "siete", lo que vendría a ser "la séptima hija".

Toda la vida de David se centró en escuchar a Dios y luego obedecer . Por eso era un hombre conforme al corazón de Dios, alguien que haría toda la voluntad de Dios. En contraste, Saúl hizo lo suyo y no se tomó el tiempo para escuchar las instrucciones del Señor. Incluso cuando las recibió, no las cumplió plenamente.

Afortunadamente, las Escrituras registran otros casos en los que Betsabé ayudaría a guiar, influir y dar forma a la historia de Dios para su pueblo . Las Escrituras dan testimonio de su humildad ante el Señor y su valentía ante el rey David, mientras abogaba para que su hijo Salomón tomara el lugar que Dios le había asignado como rey de Israel (1 Reyes 1:11–40).