¿Cómo se toma el vino blanco afrutado?

La temperatura perfecta para servirlos está entre los 6ºC y los 10ºC, y destacan por sus aromas florales o frutales y es por lo que deben servirse más fríos que los tintos. Los vinos jóvenes se elaboran en el mismo año en el que se recolecta la uva y no pasan por barrica.

Si en tu copa hay un vino blanco afrutado, joven y fresco, en este caso nos vamos a unos de los maridajes típicos: marisco y vino blanco. Y es que, el lado salado del marisco y el sabor dulce del vino harán que destaquen ambos sabores creando un combinación en boca perfecta.

Aunque no existe una definición científica de lo que es un blanco "afrutado", la mayoría de los expertos convendrán en que se trata de un vino joven con una expresión aromática especialmente fragante y de fruta fresca, con un paso agradable, suave, fresco y un punto dulce y convenientemente ácido por la boca.

Un vino blanco con un grado alto de acidez debe servirse fresco, mientras que uno dulce mejora a menor temperatura cuanto más azúcar contenga. Por otro lado, uno seco no debería servirse por debajo de 8ºC ni por encima de 10ºC, ya que se verían afectados sus sutiles aromas y su alcohol.

6 comidas que el vino blanco puede acompañar

El vino tinto se suele asociar a las carnes, por su sabor, aroma y estructura. El vino blanco se sirve frecuentemente para acompañar pescados y mariscos. También pastas, arroces… El vino rosado es perfecto para aperitivos, mariscos, vegetales, huevos y arroces.

De esta forma, los entrantes y los primeros platos irán acompañados de vinos blancos secos/semisecos o rosados. En siguiente instancia, con los segundos platos, se servirán los tintos jóvenes y tintos envejecidos (en función de la receta). Por último, los postres irán acompañados de vinos dulces para rematar el menú.

¿Qué cepa de vino blanco es más dulce? El Sauvignon blanc es la cepa que más se utiliza para hacer vino blanco dulce, ya que priorizan los sabores frutales.

Un vino es afrutado cuando tiene nítidos aromas y sabores de fruta. Lo frutal se percibe con la nariz, tanto en vía nasal como retronasal. Lo dulce, por el contrario, se percibe en la lengua.

Dependiendo del tipo de vino blanco debemos establecer una temperatura distinta. De esta manera los vinos blancos ricos en fruta y flor pueden servirse muy fríos, con una temperatura entre los 4 y 5ºC mientras que los vinos con carácter tostado y crianzas tienen un consumo menos fresco de unos 12ºC.

A nivel general, el vino tinto, de base, debe beberse algo más frío que a temperatura ambiente. Nunca debe servirse frío como sí hacemos con el blanco, el rosado o los espumosos.

Por lo mismo, los vasos o copas, que van de derecha a izquierda según el uso que se dará: agua, vino blanco, vino tinto, cordiales. Éste es el orden que se usa en Estados Unidos: primero el agua. En España, cómo no, primero el vino. Cuestión de preferencias.

Vinos tintos dulces

El vino blanco dulce se bebe a temperatura muy fría (de entre 2 y 5 grados centígrados) y es uno de los más apreciados por los paladares más golosos. Para que un vino blanco reciba el apelativo de vino dulce ha de contener más de 50 gramos de azúcar por litro.

Los vinos más suaves y dulces que existen son los Oporto, hechos con uvas Lambrusco; y los Jerez, elaborados con la uva Moscatel. En México, la bebida conocida como Generoso Ferriño es un vino dulce muy popular y tiene 15% de alcohol.

El vino blanco es una apuesta segura para los aperitivos. Se debe a su frescor y a las múltiples posibilidades que ofrece, desde manzanillas y proseccos a txakolis. Este recopilatorio los recoge, pero no deja de lado al tinto, que también puede ser un grato compañero, al igual que los espumosos.

El mejor vino para empezar, según los expertos, es el dulce.

Es un vino al cual el paladar se acostumbrará más rápido, es fácil de tomar y posee un sabor muy agradable.

En general, vinos blancos frescos y crujientes, rosados o tintos de cuerpo medio o ligero, se consideran las mejores alternativas. Lo importante es evitar vinos con mucho cuerpo, ya que sus taninos chocarán incluso con una gota de jugo de limón, uno de los ingredientes más comunes que se añade a los pescados.

Si el vino blanco es de tipo fino o manzanilla, se suele combinar con embutidos grasos, como el jamón. Pero también con los frutos secos y quesos de cierto nivel de grasa. Si el vino blanco es muy seco, va mejor con mariscos que se han de tomar siempre cocinados.

Pastas, y preparaciones con quesos maridan bien con la cepa merlot. Para pastas con salsas blancas, el Chardonnay es una muy buena opción, y para pastas a base de salsas rojas, los tintos afrutados maridan perfecto: merlot joven, malbec joven, tempranillo.

Vinos tintos afrutados​

Tempranillo: Fuerte presencia de notas de frutas rojas, como la ciruela y la cereza. Pinot Noir: Con gran presencia florar, destaca su aroma a ciruela.

Vino blanco seco

Es el tipo de vino blanco que menor cantidad de azúcar contiene, entrando dentro de esta clasificación aquellos que tienen menos de 5 gramos de azúcar por litro.

Seco – Menos de 5g de azúcar por litro de vino. Semiseco – Entre 5 y 30g de azúcar por litro de vino. Semidulce – Entre 30 y 50g de azúcar por litro de vino.

Rueda hace referencia a una denominación de origen, mientras que 'verdejo' es un tipo de uva. La confusión o la relación entre ambos vocablos es más simple de lo que parece. La uva Verdejo es característica de la zona de Rueda, Valladolid, que, a partir del pueblo de Rueda, nombra toda la denominación de origen.

Además, su sabor suele ser más suave y ligero, por lo que combina bien prácticamente con cualquier plato. Así que, si te preguntas que vino es más dulce, verdejo o albariño, te diremos que lo mejor es que optes por el primero.