¿Cómo se toma el vino tinto para bajar de peso?

Un estudio científico asegura que beber dos copas de vino al día puede ayudar a bajar peso y reduce el riesgo de padecer obesidad hasta en un 70%

Tomar una copa al día acompañando las comidas o bien por la noche no supone demasiadas calorías. El vino se trata de una bebida fermentada que contiene una pequeña cantidad de carbohidratos, nada de grasas y una cantidad casi nula de azúcar.

Seguro que, en más de una ocasión, ha escuchado que tomar una copa de vino al día tiene multitud de beneficios para la salud. Pues, si la ingiere en ayunas, tendrá menos probabilidades de sufrir un infarto agudo de miocardio, una angina de pecho o cualquier otro problema cardiovascular similar.

Permitiendo deshacer las bacterias que hay en el estómago y al mismo tiempo aumenta el flujo sanguíneo. En definitiva, beber vino antes de dormir también ayuda al sistema digestivo.

Además de ser beneficioso para prevenir la obesidad, el consumo moderado de vino tinto tiene otros beneficios para la salud.

Problemas del consumo diario de vino

De acuerdo con el medio, incluso las cantidades más pequeñas de alcohol, elevan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. También, el consumo de alcohol se ha relacionado con el cáncer, con las enfermedades digestivas y con algunas enfermedades infecciosas.

Para los profesionales que hacen catas o “análisis sensoriales” de los vinos, el mejor momento siempre es por la mañana, cuando nuestras percepciones están más “despiertas”, o, si se prefiere, después de la duración del día.

Más nutritiva. Healthline dice que la cerveza es la ganadora en esta comparación, ya que menos calorías y antioxidantes como el vino no implican necesariamente una bebida más sana y la 'chelita' representa un importante valor nutricional, “consumida con moderación, es buena para la salud”.

La Universidad de California llevó a cabo un estudio en el que se confirmó que al tomar una copa de vino libera endorfinas, que nos ayudan a combatir la depresión y la ansiedad. El efecto relajante del vino también es ideal para ayudar a conciliar el sueño en personas con problemas de insomnio.

Una copa pequeña de vino diaria durante las comidas es buena a partir de una cierta edad para prevenir el riesgo de problemas cardiovasculares. Algunos médicos se aventuran a decir que una copa pequeña de vino diaria es recomendable a partir de los 50 años, especialmente en mujeres y salvo contraindicaciones.

Una copa de vino tinto al día contribuye a aumentar los niveles de colesterol bueno en la sangre y previene las complicaciones cardiovasculares.

El vino necesita respirar en la copa, por lo que no se deben llenar hasta arriba sino por debajo de la mitad (idealmente un tercio de la copa y nunca más de dos tercios), para poder agitarlo suavemente. Además, el vino conserva su temperatura mejor en la botella, así que sirve siempre la cantidad justa.

Según un estudio con ratones publicado en la revista 'Journal of Nutritional Biochemistry', el consumo moderado de vino tinto o de zumo de uva roja mejora el metabolismo y puede contribuir a mejorar el estado del hígado graso.

Apuesta por el champagne o vinos espumosos secos (extra seco o brut). Y por último, cuanto más concentración de alcohol tenga el vino, más carbohidratos tendrá.

Te recomendamos optar por una referencia con bajo contenido alcohólico (ya sea blanco, tinto o rosado), pues el aporte calórico será también más bajo. Por otro lado, tampoco debes olvidarte de las cantidades de azúcar que contienen los vinos.

Aumento de peso ya que una bebida alcohólica contiene muchas calorías. Tienes más sed, puesto que el alcohol deshidrata. Tienes la piel más seca, con más arrugas o menos luminosidad, por esa falta de hidratación y porque el alcohol produce un daño oxidativo. Sufres problemas digestivos.

Una copa de vino o de vermut: el alcohol de una copa de vino o de vermut puede durar en la sangre aproximadamente una hora y 20 minutos en el caso de los hombres, por 2 horas en el caso de las mujeres.

Sin duda, si te tomas varias copas antes de acostarte, te irás a la cama con una frecuencia cardíaca elevada". Ese efecto de elevación de la frecuencia cardíaca no solo existe después de una sola copa, sino que dura hasta bien entrado el sueño, según un estudio que Colrain publicó en 2020.

En raras ocasiones, beber mucho alcohol en ayunas puede provocar cetoacidosis alcohólica, un problema grave por el que el metabolismo se altera y provoca náuseas, vómitos y un fuerte dolor abdominal. Este diagnóstico requiere hospitalización y puede llegar a ocasionar la muerte.

Nunca debe servirse frío como sí hacemos con el blanco, el rosado o los espumosos. Eso sí, durante el verano puede ser una locura servirlo a temperatura ambiente, así que durante los meses más calurosos del año lo más recomendable es beberlo a una temperatura que esté entre los 15 y los 20 grados.

Bebidas alcohólicas que hacen menos daño al hígado

Algunas de estas bebidas son: Vino tinto: 10 a 14 grados de alcohol. Por sí mismo, el vino tinto posee propiedades antioxidantes que ofrecen beneficios sobre todo a células hepáticas dañadas. Cerveza: 5 a 12 grados de alcohol.

La cerveza y el vino, los que menos

En cambio, la cerveza y el vino, dos de las bebidas alcohólicas más consumidas en nuestro país, están entre las que menos engordan.

A pesar de la creencia popular, el vino contiene más calorías que la cerveza. Por cada 100 gramos, el vino presenta unas 78 calorías frente a las 33 calorías de la cerveza. De esta manera, en el caso de consumir la misma cantidad, el vino engorda más del doble que la cerveza.

La variedad de vino tinto más saludable es la Pinot Noir, debido a que cuenta con una piel fina, permitiendo que posea taninos bajos pero altos niveles de resveratrol, este componente es un gran aliado para la salud del corazón.

Un estudio de 2015 publicado en Annals of Internal Medicine y dirigido por Yaakov Henkin, MPH, encontró que en un conjunto de análisis, las personas que bebían 5 onzas de vino tinto antes de acostarse reportaron una mejor calidad del sueño sin que se reportaran efectos adversos.

Las variedades de uva que ayudan a tener una mejor flora bacteriana son el Cabernet Sauvignon y el Malbec, ya que las propiedades de ambas hacen que la digestión alcance un nivel óptimo.

El consumo frecuente de vino en dosis elevadas ocasiona también lesiones tisulares (especialmente en el sistema nervioso central y el hígado) lo que constituye, como otras bebidas alcohólicas, un factor predisponente para la cirrosis y carcinomas.