¿Cómo se usan los tacones?

Apoya primero el talón y después la punta de los pies y no dobles las rodillas más de lo habitual. Camina sobre una línea imaginaria, pero nunca vayas mirando a tus pies. Relaja las rodillas y caderas y ten en cuenta que una mala postura repercute en las rodillas, las caderas y la espalda.

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¡Así podrás caminar sin miedo a que se te salgan los zapatos!

El calor puede ser un gran aliado para ablandar el cuero. Ponte los zapatos con unos calcetines gruesos y aplica calor progresivamente entre 20 y 30 segundos. Intenta que la temperatura no sea muy alta y siempre movimientos circulares, de este modo evitarás dañar el material.

Plataformas o cuñas

Los zapatos de plataforma son aquellos en los que no se eleva solo el talón sino también la punta. Se produce un equilibrio que cansa menos el pie y te permite lucirlos durante más tiempo.

Si queremos evitar los pies sudorosos y malolientes se pueden montar plantillas adhesivas creadas con un material natural y transpirable como el corcho, que es perfecto para no resbalar y que absorbe todo el sudor. El corcho, de origen vegetal, es un gran aislante, capaz de disipar el calor y amortiguar los golpes.

Para un tacón cómodo, apuesta por los tacones cuadrados, de plataforma y de cuña. En general, sea cual sea el zapato, la comodidad radica menos en la altura del tacón que en su silueta. Cuanto más ancho, recto y perpendicularmente fijado al pie, con una horma razonable, más práctico será de llevar.

Por qué duelen los pies al usar tacones

En el caso de los zapatos de tacón, el peso corporal cae casi por completo sobre los huesos de la parte central, lo que supone una enorme sobrecarga. Además los tacones provocan acortamientos de los músculos de las pantorrillas.

Si a los tacones altos le sumamos una horma estrecha y un uso continuado, estamos ante una combinación muy peligrosa que incluso puede llegar a modificar la estructura del pie, provocar la aparición de afecciones como inflamaciones, dedos de garra o los juanetes.

Busca calzado con suelas suaves, flexibles, sobre todo si los usas para correr o para trabajar. En realidad, no importa para que los necesites, una suela flexible hará que el pie se mueva junto con la suela lo que provocará que el arco del pie no se tense innecesariamente.

También puedes aplicar stick anti-fricción antes de ponerte el zapato para prevenir eficazmente la formación de la ampolla o rozadura. Aplica el stick anti-fricción en la zona afectada para reducirla. Si la ampolla ya se ha formado, utiliza un apósito para proteger la herida de los roces y aliviar el dolor.

Usa plantillas en tus tacones

No podemos olvidarnos de uno de los trucos más efectivos para evitar que los zapatos se nos salgan de los pies. El uso de las plantillas hace que se reduzca la talla del zapato en su interior y, consecuentemente, que este quede más agarrado al pie.

El frío viene genial para estirar los zapatos. Coge tus zapatos y rellénalos con papel de revista, periódico o algunos folletos hasta que consigas que estén completamente llenos y se estire su forma natural. Después introdúcelos en el congelador (dentro de una bolsa) y sácalos al tercer día. ¡No te lo podrás creer!

Procura escoger aquellos tacones que tengan punta redonda pues suelen ser mucho más cómodos al andar ya que permiten que los dedos del pie mantengan su forma natural. Esto disminuye, en gran medida, la incomodidad que se pueda producir luego de mucho tiempo usando estos zapatos.

Tipo de tacón según su altura

Grandes diseñadores de moda como Gucci clasifican los tacones en función de su altura, llamando tacón bajo a los que tienen menos de 6 centímetros, tacón medio si está entre los 6 y los 8.5 centímetro y, si supera los 8.5 centímetros, se considera tacón alto.

Los zapatos de tacón medio son los tacones más habituales en botas, botines, sandalias y otros zapatos que se pueden vestir diariamente. Miden menos de 7 cm y tienen una altura media.

En este sentido, es conveniente lavar los pies diariamente con agua y jabón, cambiar diariamente el calzado para permitir que se evapore la humedad del mismo, utilizar zapatos transpirables y de calidad, y ponernos calcetines o medias de fibras naturales, como el algodón, el hilo o la lana.

La mejor forma de cuidar tus pies y evitar que huelan mal es lavarlos bien, mantenerlos secos, y cambiar el calzado de un día a otro.

Usa zapatos de buena calidad.

Evita materiales sintéticos, plásticos y gomas. Los materiales técnicos pueden ayudar a sacar el vapor de agua que generamos con el sudor hacia afuera, evitando a su vez, que el agua exterior entre en el zapato.

El color nude, es perfecto sobre todo para zapatos de tacón, ya que en ocasiones para las ceremonias nos cuesta mucho elegir un zapato que combine a la perfección con el traje o vestido, y los zapatos color nude son la solución perfecta.

Los tacones demasiado altos, fuerzan la posición de la pelvis (inclinada hacia arriba o hacia abajo), lo que por consiguiente aumenta la lordosis (arqueado hacia dentro) en la parte baja de la espalda, haciendo un desgaste desigual en los discos y las articulaciones de las vértebras, generando problemas musculares y ...

El estudio concluye que la altura de tacón recomendada para una persona adulta es de aproximadamente 2 cm, por ser la altura que mejor reparte la presión entre antepié y retropié. Asimismo, se desaconseja el uso de tacones de más de 4 cm.

Elegir un zapato ligero, con una suela firme y un tacón relativamente ancho y de entre dos y cuatro centímetros de altura es lo ideal para no dañar la espalda, afirma el doctor Francisco Kovacs.

¿En qué casos no es así? Andar en casos de ciática es bueno, pero esto no es extrapolable a todos los casos. En casos graves, en que el dolor es intenso, lo preferible es mantener reposo. Si existe dolor, pero es moderado, se deberá caminar, pero siempre realizando caminatas cortas y esporádicas.