¿Cuál es el arjé de Anaximandro?

Su arjé o arché, el Áperion, donde se señalaba que era lo indeterminado, lo ilimitado y lo indefinido, por lo que Anaximandro consideraba que el ápeiron queda fuera del cielo, pero envuelve, contiene y gobierna las cosas.

Anaxímenes vuelve a concebir el aire como un elemento determinado: el aire (pneuma). Del aire cabe decir, como hemos dicho del agua en el caso de Tales, que es un elemento indispensable para la vida. La diversidad de los seres se debe a dos procesos del aire: rarefacción y condensación.

ES Arkhé (arjé o arché) es un término griego que significa etimológicamente principio, fundamento o comienzo. Este término se utilizó por los primeros filósofos en la Antigua Grecia y significaba el elemento primordial del que está compuesto y deriva toda la realidad material.

2. Anaxímenes pone como arjé el aire que es un principio infinito, como el ápeiron de Anaximando; pero determinado, como el agua de Tales. Por ello podemos interpretar la filosofía de Anaxímenes como un intento de síntesis entre Tales y Anaximandro.

Un tercer filósofo de Mileto fue Anaxímenes (aprox. 570-526 a. de C.) que opinaba que el origen de todo era el aire o la niebla.

Que el arché o principio de todo lo existente es el aire, es una idea atribuible a Anaxímenes de Mileto, uno de los filósofos presocráticos, también llamados “filósofos de la naturaleza”, “filósofos físicos”, “primeros filósofos” o “atomistas” —ya que su indagación principal fue, justamente, la naturaleza del mundo ...

El filósofo griego Aristóteles destacó el significado de arjé como aquello que no necesita de ninguna otra cosa para existir, solo de sí mismo, es decir, como el elemento o principio de una cosa que, a pesar de ser indemostrable e intangible en sí misma, ofrece las condiciones de posibilidad de esa cosa.

Para Anaxágoras, las homeomerías son el principio material de todas las cosas (arjé o arché), como lo había sido el agua para Tales de Mileto o el aire para Anaxímenes. Sin embargo, en el origen del universo, esta multiplicidad infinita de homeomerías de todos los seres no era más que una masa caótica e inerte.

Para Parménides, aquel del cual, nada está en movimiento, sólo había un Ser y nosotros somos emanaciones de éste. Para Empédocles, los cuatro elementos son el “arjé” del universo, agua, aire, fuego y tierra. Para Anaximandro es lo indeterminado.

Este arjé era para Tales el agua, para Anaximandro lo indeterminado, àpeiron, y para Anaxímenes el aire.

Tales, Anaximandro y Anaxímenes son los filósofos que formaron la tradición de pensamiento de la "Escuela de Mileto", también conocida como la "Escuela Jónica". Incluso si no están interesados en la filosofía, pueden conocer a Tales a través de los Teoremas matemáticos que llevan su nombre.

Un tercer filósofo de Mileto fue Anaxímenes (aprox. 570-526 a. de C.) que opinaba que el origen de todo era el aire o la niebla.

El viento se origina de la rotación del Planeta junto con la diferencia en temperatura entre la tierra y el mar. El viento contiene energía cinética (de movimiento) que se aprovecha por medio de molinos de viento y aerogeneradores, los cuales generan la electricidad.

El viento se forma por las diferencias de presión en la atmósfera terrestre, ocasionadas, principalmente, por las diferencias de temperatura. De hecho, el Sol calienta la superficie terrestre en modo no uniforme, creando zonas de alta y baja presión.

Finalmente, Anaximandro dijo también que el principio no es el agua ni ningún otro de los elementos, sino otra naturaleza indefinida a partir de la cual nacen todos los cielos y todos los mundos que hay en ellos.

Arché (también arqué, arkhé o arjé; del griego ἀρχή, «principio» u «origen») es un concepto fundamental en la filosofía de la Antigua Grecia que significaba el comienzo del universo o el primer elemento de todas las cosas (εξ' ἀρχής: del principio, ο εξ' ἀρχής λόγος: la razón primordial, originaria).

Además según Tales de Mileto, el principio original de todas las cosas es el agua, de la que todo procede y a la que todo vuelve otra vez. Antes de Tales, las explicaciones del universo eran mitológicas, y su interés por la sustancia física básica del mundo marca el nacimiento del pensamiento científico.

C en Mileto, actual territorio de Turquía. Su filosofía se caracterizó por romper con las explicaciones mitológicas del mundo y dar paso a un pensamiento racional y lógico. A esta transformación se la conoce como el paso del mito al logos, y se considera que así tuvo comienzo la filosofía occidental.

Resumen: ES Arkhé (arjé o arché) es un término griego que significa etimológicamente principio, fundamento o comienzo. Este término se utilizó por los primeros filósofos en la Antigua Grecia y significaba el elemento primordial del que está compuesto y deriva toda la realidad material.

Demócrito y Leucipo: El Arjé del universo, son los átomos.

Propusieron que los objetos estaba conformados por partículas indivisibles llamados “átomos”. Demócrito desarrollo la “teoría de atómica del universo”, esta teoría se desarrolló médiate pensamientos lógico y no por experimentos.

Nacido en 469 a.C., Sócrates alcanzó su madurez intelectual en un momento en el que en Atenas triunfaba una corriente filosófica particular: el movimiento sofístico.

Heráclito afirmaba que todo se mueve, todo cambia, mientras que Parménides aseguraba que el movimiento y el cambio son imposibles. Hay que tener en cuenta que para los griegos, el movimiento y el cambio eran exactamente lo mismo, y no encontraban ninguna diferencia entre los dos conceptos.

Para este filósofo, el ápeiron es lo indeterminado e infinito que constituye la esencia del arché o arjé: el primer elemento de las cosas o del universo. El ápeiron, de este modo, es el principio de la totalidad de las cosas existentes. Para Anaximandro de Mileto, el ápeiron es el principio de todas las cosas.

Los pluralistas creían a diferencia de los monistas, que la realidad se origina a partir de la conjunción de varios principios y no a partir de un solo principio. Los principales pensadores pluralistas fueron: Empédocles, Anaxágoras, Leucipo y Demócrito.

En este contexto Anaximandro (610-546 aC) realiza importantes aportes al entendimiento del origen, la estructura del universo y de la Tierra, y culmina con la construcción de un mapa del mundo publicado en su libro sobre la naturaleza.