¿Cuál es el queso que no engorda?

Los quesos frescos son los más recomendados y los que menos “engordan”. Llevan más contenido acuoso y no requiere de maduración, por lo que es un queso bajo en calorías, con menor porcentaje graso y también bajo en colesterol. Los quesos frescos naturales con menor contenido graso son el queso Quark, Ricotta y Cottage.

Uno de los quesos más recomendados por su ligereza es el queso fresco, una opción baja en calorías y grasas, por lo que es perfecto para adelgazar. Además, es una fuente de proteínas de alta calidad que ayudan a mantener la saciedad, evitando la sensación de hambre. El siguiente de la lista es el queso de cabra.

Este es el ranking de quesos de menos a más calórico:

Queso ricotta o requesón.

Es el que menos engorda. Tiene origen en Italia, donde se utiliza principalmente en la pastelería (más en la zona sur del país en la elaboración de canoli y casatta). Aporta solo un 12 por ciento de materia grasa y 176 kcal por cada 100 gramos.

Queso manchego: el queso español por antonomasia es el rey de las calorías y las grasas, debido a que se elabora con leche de oveja prensada y tras una larga curación. Este queso aceitoso y recio, para paladares exigentes, aporta 476 kilocalorías (Kcal) por cada 100 gramos y tiene un 50% de materia grasa.

Una de las diferencias entre queso curado y semicurado es que este último tiene una menor cantidad de grasas y proteínas que el primero. El curado cuenta, además, con mayor número de calorías, por lo que sí tenemos que decantarnos por cuál de los dos quesos es más sano la respuesta sería el queso semicurado.

Muchas personas creen que el queso fresco engorda, pero nada más lejos de la realidad. Es mucho menos graso y calórico que los quesos curados, como el manchego.

Perfiles de grasa y calorías: El queso de cabra tiende a tener un contenido de grasa ligeramente más bajo que el queso de vaca. Si estás siguiendo una dieta baja en grasa o controlando tu ingesta calórica, el queso de cabra puede ser una opción a considerar.

El queso curado es el más calórico (450 calorías).

Se llama Queso Cottage y, aunque lo comercializa Mercadona, lo fabrica Falkenberg Dairy: una marca de origen sueco. Los ingredientes con los que está fabricado este queso son nata, leche pasteurizada de vaca, sal, cuajo microbiano, lácteos y E202 (un conservante).

Más bajo en colesterol

Los quesos bajos en colesterol incluyen: Queso mozzarella semidescremado (18 mg de colesterol por onza) Requesón bajo en grasa (1 por ciento) (1 mg de colesterol por onza u 8 mg por taza) Queso cheddar o Colby bajo en grasa (6 mg de colesterol por onza)

Se trata de un tipo de queso fresco y cremoso originario de Europa Central y Oriental y que es muy popular en países como Alemania, Austria, Polonia y Rusia, y ha ganado popularidad en todo el mundo debido a su sabor suave y cremoso y a su versatilidad en la cocina.

En general, el pavo es más bajo en calorías y grasa que el pollo, lo que puede ser importante en dietas de adelgazamiento. Además, aporta un poco más de proteínas, lo que la hace más propicia para las dietas deportivas.

El queso de cabra es una excelente fuente de nutrientes. Contiene vitamina A, D, K, riboflavina, potasio, fósforo, hierro, niacina y tiamina. El aporte en calcio y proteínas es mayor que en los quesos de vaca y posee bajos niveles de sodio.

El pan engorda

Cada 100 gramos de pan blanco contiene unas 250 kilocalorías. Con frecuencia atribuimos al pan un excesivo aporte calórico que, en realidad, se debe al acompañamiento (salsas, mantequilla, patés, quesos, embutidos, etcétera…).

Con el colesterol malo alto se puede comer cualquier tipo de queso siempre que no pasemos de 40 ó 50 gramos al día, especialmente en el caso de quesos curados como el manchego o el ibérico, y los semicurados, como el cheddar o emmental.

Los queso frescos, el ricotta y los de pasta blanda, son los que se aconsejan como quesos más beneficiosos para la salud y para consumir diariamente.

El requesón es una opción muy saludable, alta en proteína y baja en grasas y sal. Es un queso perfecto si estás en una dieta de perder peso ya que es saciante y además aporta calcio y vitaminas.

Cantidad que debe ser como máximo de 100 gramos de queso fresco. De los quesos tiernos o curados se recomienda comer hasta unos 50 gramos al día que se pueden medir en dos cuñas o lonchas.

El queso de cabra

Siempre se ha dicho que es el tipo de queso que más engorda. Sin embargo, el queso de cabra se puede realizar de muchas maneras. El de tipo curado es, realmente, el queso más calórico de todos: tiene, por cada 100 gramos, unas 460 calorías. El semicurado, 350, y el tierno 210.

En cuanto al jamón serrano, como hemos visto tiene un valor energético de 241 calorías po cada 100 gramos. Además, es rico en proteínas, bajo en grasas y no tiene hidratos de carbono. Y por si fuera poco, una ración media de 30 gramos solo aporta 72 calorías al organismo.

Los quesos añejados duros, como el cheddar, suizo o parmesano, son más fáciles de digerir que los quesos blandos, como el feta, mozzarella o ricotta.

Si buscas un queso rico en vitaminas y proteínas, el queso de oveja es la mejor opción porque contiene una fuente importante de estas y calcio. Además, es bueno para el crecimiento y tiene notables beneficios para el sistema cardiovascular y nervioso.

Desde un punto de vista nutricional, el queso Feta presenta un menor contenido calórico que otros quesos más envejecidos. Cabe destacar su elevado contenido en sal, hasta 1116mg/100g. Al contrario que los quesos elaborados a partir de leche de vaca, el queso Feta resulta menos inflamatorio y más fácil de digerir.

El queso de oveja es uno de los más nutritivos que podemos encontrar en nuestras tiendas, ya que contiene más vitamina A, B, E y calcio que el de vaca.

Se considera que los quesos más saludables son el fresco y el ricota.

Los quesos más grasos tendrán menos lactosa, y cuanto más maduro sea el queso, menor será la cantidad de lactosa, llegando incluso prácticamente a desaparecer. En cambio, los quesos añejados duros, como el cheddar, suizo o parmesano, son más fáciles de digerir que los quesos blandos, como el feta, mozzarella o ricotta.