¿Cuál es el significado de ablativo en etimologías grecolatinas?

La palabra ablativo viene del latín ablativus (relativo a lo llevado, o sacado), compuesta con: El prefijo ab- (separación del exterior de un límite, privación, como en aborigen, absoluto y abstemio).

El ablativo (griego clásico: ἀφαιρετική πτῶσις; griego moderno: αφαιρετική πτώση; latín: Ablativus) es, en lingüística, un caso gramatical que indica generalmente las circunstancias de lugar, de tiempo, de modo, de causa, de agente, etc., expresadas en español mediante las preposiciones en, por, con, sin, sobre, etc.

El Ablativo cuando va sin preposición se traduce por la preposición que mejor encaje, en cambio cuando lleva preposición lo traducimos con esta preposición y su significado. Además, el Ablativo en las oraciones pasivas cumple la función de Complemento Agente.

Ablativo. Su función sintáctica es la de complemento circunstancia (de cualquier tipo: dirección, instrumental o compañía, etc.).

El ablativo tenía originariamente la función de indicar origen o separación de algo. Básicamente en latín lo encontraremos como complemento circunstancial y acompañado de preposición, gracias a lo cual nos será fácil traducirlo.

No ablativo se refiere a que este NO carboniza la primera capa de la piel, no causa costras visibles, así que se comporta como un bioestimulador, es decir, estimula mediante columnas térmicas de «daño controlado» los mecanismos de reparación de la piel.

El ablativo absoluto es una clase de construcción típica del latín, formada por un sustantivo en caso ablativo junto con un adjetivo o un participio atributivo en el mismo caso. La principal característica es la ausencia total de vínculos entre esta expresión y la proposición principal.

En las construcciones de ablativo absoluto se suele traducir en primer lugar el participio, luego el sustantivo con el que concierta y, por último, los complementos si los hubiera, independientemente del orden del texto latino.

En latín existen cinco declinaciones. Los sustantivos latinos se reparten entre estas cinco declinaciones según su tema (la terminación de su lexema o raíz). A estos temas se añaden las desinencias (o terminaciones) de cada caso.

ablativo, ablativa | Definición | Diccionario de la lengua española | RAE - ASALE. Del lat. ablatīvus. 1.

Tratamientos ablativos

La ablación se refiere a tratamientos que destruyen a los tumores, usualmente con calor o frío extremo. Por lo general, son útiles en tumores que no midan más de aproximadamente 2 cm (un poco menos de una pulgada) de ancho.

AD = a, hacia (alrededores) ← Valor QUO. PER = a través de, durante ← Valor QUA. INTER = entre.

El caso locativo, atribuido al indoeuropeo, expresaba el complemento ubi, en sentido local y temporal, es decir, indicaba dónde y cuándo sucedía algo. En latín sólo quedan restos del antiguo caso locativo en el singular de la primera y segunda declinaciones.

El vocativo es el caso de la persona interperlada: se utiliza para llamar la atención de una segunda persona. Debemos recordar que, excepto los sustantivos en -us de la segunda declinación, el vocativo es siempre igual que el nominativo. Conficior enim maerōre, mea Terentia. Salvē, alumnule.

El acusativo es el caso que se utiliza para expresar el complemento directo de los verbos transitivos (o usados en forma transitiva). Brutus epistulam ad amīcum mīsit. Militēs pontem fecērunt.

El dativo en latín se usa para indicar la persona o cosa interesada en la acción, el perjudicado o beneficiario. La palabra dativo procede del verbo do dare dedi datum, que siempre tiene un beneficiario de la dádiva. Dativo con sum. Las gramáticas lo llaman dativo posesivo.

En el campo de la medicina, extracción o destrucción de una parte del cuerpo o tejido o de su función.

El láser ablativo elimina capas de la piel, mientras que el NO ablativo no elimina capas de esta, sino que genera un efecto coagulativo regenerador en la dermis.

El tratamiento con láseres no ablativos consiste en un procedimiento no invasivo que permite utilizar un sistema diferente para todo tipo de piel, aportando tono, luminosidad y piel con aspecto más juvenil, mejoran las arrugas finas de la piel, secuelas moderadas de acné, imperfecciones vasculares y pigmentarias.

El ablativo propiamente dicho expresa el punto de partida, la separación, el alejamiento, en sentido propio o figurado. Se suele utilizar con las preposiciones ab, ex, dē, prescindiendo de ellas con los nombres propios de lugar menor y los sustantivos domus ('casa') y rus ('campo').

El ablativo es aquel que provoca la la ceración, y que se encarga de eliminar la epidermis y calentar la dermis. Así, se logra una estimulación del crecimiento de fibras nuevas de colágeno, por lo que según se va curando la epidermis, la zona tratada tendrá un aspecto mucho más firme y rejuvenecido.

se traduce como un infinitivo. Precedido de una negación, puede traducirse por «sin que» o «sin» más infinitivo. El participio de perfecto tiene siempre valor pasivo, excepto en el caso de los verbos deponentes, en los que se usa con sentido activo.

El participio de perfecto pasivo se traduce por nuestro participio pasado; por una subordinada relativa pasiva o por una proposición subordinada adverbial pasiva. Por ejemplo, amatus, -a, -um se traduciría como: amado, que fue amado o después de haber sido amado.

El participio concertado es como un adjetivo normal, pero al ser verbo incluye sus propios complementos. Esto quiere decir que el participio va a concordar en género, número y caso con un sustantivo (o pronombre) que en la oración principal tiene un función sintáctica.

Los participios desempeñan fundamentalmente una función adjetiva o adverbial, dado que es el infinitivo la forma nominal del verbo que ejerce la subordinación con función sustantiva; en líneas generales se puede afirmar que en latín no existen verbos cuyo objeto de su acción deba construirse con participio.

Debido a la autonomía de cada dialecto como lengua común, se fue eliminando el latín progresivamente y dando lugar a lenguas romances que son las que conocemos hoy en día.

Había en latín tres géneros: masculino, femenino y neutro. El romance perdió el género neutro, salvo en el pronombre (lo, esto, eso, aquello) y el artículo (lo).