¿Cuál es la tierra más fértil de España?

Castilla-La Mancha, tierra fértil de cultivos Entre todas las comunidades autónomas, Castilla-La Mancha destaca sobre las demás por tener la mayor superficie de labrado. Alrededor de 3,7 millones de hectáreas, lo que supone casi el 50% de su territorio.

Andalucía se sitúa como la principal región de producción agrícola en España con diferencia. Es donde se concentra el cultivo de productos tan importantes como los olivos o las hortalizas, ambos en crecimiento. Es la comunidad autónoma con más campos de cultivo, cerca de 3.6 millones de hectáreas.

Un ranking elaborado por el Banco Mundial muestra que Australia es el país con más tierras cultivables, con 2,14 hectáreas por persona. La Argentina está cuarta, en una lista de 205 países, con 0,93 hectáreas per cápita.

Molisoles. Son suelos de color oscuro, que tienen la capacidad de drenar bien. Son los más fértiles del país. Ideales para la agricultura.

Un suelo es fértil cuando: su consistencia y profundidad permiten un buen desarrollo y fijación de las raíces. contiene los nutrientes que la vegetación necesita. es capaz de absorber y retener el agua, conservándola disponible para que las plantas la utilicen.

Estas explotaciones, aunque están repartidas por todo el país, tienen especial incidencia en Aragón, Cataluña, Castilla y León y Castilla-La Mancha.

Andalucía ha sido tradicionalmente la región agrícola por excelencia, un titulo que sigue poseyendo a día de hoy. No sorpende, por ello, que sea la comunidad autónoma con mayor superficie dedicada a tierras de cultivo de España con alrededor de 3,6 millones de hectáreas.

El Chernozem (en ucraniano: Чорнозем, chornozem, 'tierra negra') es un tipo de suelo negro rico en humus (del 3 al 13 %), además de serlo en potasio, fósforo y microelementos. Es uno de los más fértiles para la agricultura. Tiene un horizonte A rico en humus de mucho espesor, que puede tener hasta 1 metro o más.

Los suelos limosos contienen un alto nivel de retención de nutrientes y de humedad, lo que hace posible que ciertos cultivos se desarrollen adecuadamente. En ellos suelen desarrollarse algunos tipos de plantas como las encinas o los sauces. Los suelos de tierra negra o humíferos son beneficiosos para sembrar.

El más "terrateniente del mundo"

Se estima que la organización presidida por el Papa Francisco amasa la cantidad de 71.629.358 hectáreas de terrenos en todo el mundo, según datos de One More Hectare, lo que supera enormemente a la suma que puede tener McDonald's y el mismo Bill Gates.

4 recomendaciones para tener un suelo fértil, sano y equilibrado

En el caso de los suelos arcillosos lo mejor es añadirles año tras año materia orgánica en forma de compost, para lograr que sean más esponjosos y aireados. También viene bien mezclarlos con arenas u otros elementos que ayuden a aumentar su permeabilidad, con el fin de impedir una excesiva retención de agua.

Los suelos naturalmente cubiertos de vegetación conservan su fertilidad. Un ejemplo es el bosque: las raíces de los árboles sujetan la tierra, el follaje de las copas suaviza el impacto de la lluvia y la fuerza del viento.

Las tierras fértiles son ricas en carbono. Y la calidad de los alimentos depende de la calidad del suelo. “Si el suelo no es fértil, no se pueden producir tantos alimentos, ni tan nutritivos”, señala el Sr. Dercon.

Diferentes factores como la deforestación, el sobrepastoreo o la mala gestión de residuos causan una reducción en la fertilidad del suelo. La disminución de la fertilidad del suelo está asociada con la disminución de la cantidad de materia orgánica o un deterioro en la calidad de esta.

Deben tener un pH ligeramente ácido, entre 6 y 7. Debe contar con una baja salinidad. No tiene que estar contaminado con herbicidas de cultivos anteriores, ni con desbalances nutricionales. Tampoco debe estar contaminado con metales pesados como plomo, mercurio, níquel, ni con sustancias radioactivas, etc.

Entre todas las provincias destaca Ciudad Real, seguido por Toledo, Albacete y Cuenca. Sin contar con la aceituna y la uva, la naranja es la fruta que más kilos salen del campo español. En total, más de tres millones de toneladas al año.

Según datos correspondientes a 2020, los campos de cultivo de la vid produjeron 46.5 millones de toneladas de uvas para vino y mosto, lo que sitúa a las vides como el principal cultivo en España.

Origen de los invernaderos en Almería

Los agricultores de Almería se las fueron ingeniando para ir agregando capas de arena y mantillo al suelo. Además, colocaron una cubierta de plásticos, que en un principio fue una forma de proteger el suelo y las plantas de los vientos dañinos y las aguas saladas subterráneas.

Por países, entre los grandes productores destacan Francia y Alemania, territorios en los que en 2020 se cultivaron 13,4 millones de toneladas y 11,9 millones de toneladas, respectivamente, equivalentes al 22 % y al 19,6 % del total de producción de la UE.

La mayor zona de producción es Castilla-La Mancha, especialmente, Cuenca y Toledo, seguida de lejos por algunas provincias de Castilla y León, como Valladolid, Burgos, Salamanca y León.

Los suelos cerámicos o de gres, son los más fáciles de limpiar, por lo que su mantenimiento será mínimo, esto, repercutirá directamente en la durabilidad. Además, debido a su impermeabilidad, el material no se verá afectado por las situaciones en que el suelo se manche de líquidos.

El Chernozem (en ucraniano: Чорнозем, chornozem, 'tierra negra') es un tipo de suelo negro rico en humus (del 3 al 13 %), además de serlo en potasio, fósforo y microelementos. Es uno de los más fértiles para la agricultura. Tiene un horizonte A rico en humus de mucho espesor, que puede tener hasta 1 metro o más.

Los suelos de cerámica, gres o porcelánicos son los más fáciles de limpiar, gracias a su durabilidad y poco mantenimiento. De entre sus beneficiosas características destaca su impermeabilidad: por mucho que se te derramen líquidos, el suelo de cerámica no sufrirá.

Los suelos calizos se asocian a suelos muy poco o nada aptos para los cultivos hortícolas, por ser áridos, muy secos, duros y fáciles de erosionar. El gran problema de este tipo de suelo es que no retiene el agua ni los nutrientes el tiempo suficiente para que los cultivos puedan crecer y desarrollarse adecuadamente.

no tiene una única respuesta puesto que, para que un suelo pueda ser considerado apto o no apto para cultivar, hay que tener en cuenta diversos factores y características. Las variables más importantes, que sirven para determinar el tipo de suelo, son: textura, estructura, nivel de pH, porosidad y permeabilidad.