¿Cuál fue la última carta escrita por el apóstol Pablo?

Cronológicamente, 2 Timoteo parece ser la última carta de Pablo en el Nuevo Testamento (véase 2 Timoteo 4:6). Esta carta contiene algunas de las reflexiones de Pablo en cuanto a las bendiciones y las dificultades de servir como “predicador, y apóstol y maestro de los gentiles” (2 Timoteo 1:11).

de Pablo de Tarso

La fecha fue alrededor del año 51, y Pablo era probablemente de unos 46 años de edad. Timoteo se convirtió en uno de los ayudantes de ma- yor confianza de Pablo. La primera carta a Timoteo fue escrita después de que Pablo fue libe- rado de su primera estancia en prisión romana en torno al año 64.

Introducción. En su segunda epístola a Timoteo, el apóstol Pablo enseñó que el miedo no proviene de Dios, y aconsejó a Timoteo que no se avergonzara de su testimonio de Jesucristo. Lo alentó para que aguantara sus pruebas con fidelidad y le instruyó que enseñara a los santos que se arrepintieran.

Pablo le escribió esta epístola a Timoteo, quien había prestado servicio con Pablo durante su segundo viaje misional (véase Hechos 16:3).

Durante el tiempo en que Pablo estaba prisionero en Roma, él escribió cuatro cartas que ahora forman parte de nuestro Nuevo Testamento: Efesios, Filipenses, Colosenses y Filemón.

Estas son Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemón. Trece en total. Ningún otro autor fue tan prolífero como el apóstol Pablo en cuanto a cantidad de libros (Lucas escribió más palabras totales).

Pablo es condenado a muerte en Roma durante el reinado del emperador Nerón (54-68). Al tener la ciudadanía romana, es ejecutado mediante la decapitación.

De su gran maestro Gamaliel, Pablo también aprendió su posterior relación con la cultura griega.

La primera carta da a entender que Timoteo se encontraba en Éfeso, donde Pablo le había dejado con la misión de velar por la sana enseñanza frente a ciertas doctrinas erróneas que se estaban difundiendo, y de cuidar del buen orden en la iglesia.

Timoteo es un nombre propio masculino de origen griego en su variante en español. Deriva del nombre griego Τιμόθεος, "timáo-theós", su significado es "Aquel que siente amor o adoración a Dios".

Se cree que la Primera Epístola a los Tesalonicenses es la primera de las epístolas existentes de Pablo y que podría ser el libro más antiguo del Nuevo Testamento.

Las dos Epístolas de San Pablo a Timoteo, junto con la escrita a Tito, forman un grupo peculiar en el epistolario paulino, llamado en el siglo XVIII epístolas pontificales, y desde el siglo XVIII epístolas o cartas pastorales.

Pablo enseñó a todos los que los visitaban durante este período y escribió varias cartas a los santos que estaban en el extranjero. Según la tradición y por las deducciones que se pueden hacer de sus cartas, llegamos a la conclusión de que Pablo fue liberado después de dos años de estar preso.

Al escribir esta epístola, Pablo empleó la ayuda de un escriba, Tercio, el cual escribió su propio saludo a los santos romanos cerca del final de la epístola (véase Romanos 16:22).

El apóstol Pablo escribió la epístola a los romanos antes del final de su tercer viaje misionero (alrededor de los años 57–59 de nuestra era; aproximadamente veinticinco años después de la resurrección de Jesucristo). Se encontraba en Corinto cuando la redactó y todavía no había hecho el último viaje a Jerusalén.

Autor y datación

La Primera epístola a los Corintios fue escrita en Éfeso, donde, según Hechos 20.31, Pablo vivió tres años, probablemente entre el 54 y el 57.

Saulo, también llamado Pablo

En los Hechos de los Apóstoles, sin embargo, se le conoce también como Saulos hasta Hechos 13,9, donde se le denomina Saulos (...) ho kai Paulos, es decir, «Saulo, quien también es llamado Pablo». A partir de ese momento, en el resto del libro de Hechos se le llama Pablo.

Los restos se encuentran debajo del altar mayor de la Basílica de San Pablo Extramuros, lo que confirmaría según el Papa "la tradición unánime y jamás refutada" de que el sarcófago es el del santo decapitado.

Pablo se convirtió en el “Apóstol de los gentiles”. Pasó de perseguir a los cristianos a proclamar el Evangelio de Jesucristo. La predicación, los escritos y el ministerio de Pablo condujeron a una religión verdaderamente universal (católica). Nosotros, haríamos bien en emular su ejemplo y visión.

El nombre «Pablo» deriva del adjetivo latino paulus, que significa «pequeño» u «hombre del Císter ». Su prevalencia en el mundo cristiano es por el hecho de que se relaciona con el Apóstol Pablo o Pablo de Tarso.

Jesús le dijo: "Todo es posible al que tiene fe". Entonces el hombre gritó: "Creo, pero ayuda mi falta de fe" (Mc 9, 24). Esta breve ovación contiene dos aspectos importantes: el reconocimiento humilde de una fe débil y la confianza de que el Señor, con su ayuda, la puede aumentar y fortalecer.

Sobre su formación debemos destacar que Pablo tenía una sólida formación teológica, filosófica, jurídica, mercantil y lingüística (hablaba griego, latín, hebreo y arameo). Además participó en las primeras persecuciones contra los cristianos.