¿Cuáles son las consecuencias de la destrucción de los corales?

Sin arrecifes, miles de millones de especies marinas estarían en peligro, millones de personas perderían su fuente de alimento más importante y muchas economías sufrirían un gran golpe. Pero no se trata solo de los trabajos. Los arrecifes de coral atraen a turistas a más de 100 países y territorios en todo el mundo.

Desde pequeños peces y moluscos a especies más grandes como tortugas, aves acuáticas y tiburones, todos dependen de estos ecosistemas tan frágiles que podrían desaparecer en las próximas décadas debido al calentamiento global.

El carbono que queda inmovilizado en los esqueletos de los corales puede durar miles de años atrapado y en consecuencia los corales sean sumideros de carbono en grandes escalas de tiempo.

El aumento de las temperaturas de los océanos y el cambio de sus características químicas son las amenazas mundiales más importantes para los ecosistemas de los arrecifes de coral. Estas amenazas están causadas por las temperaturas atmosféricas más altas y el mayor nivel de dióxido de carbono en las aguas del mar.

Más de 800 especies de corales capaces de construir arrecifes crean hábitats que albergan un 32% de todas las especies marinas nombradas, excluyendo microbios y hongos. A esto se suma una estimación increíble: ¡aún no se han descubierto el 91% de las especies marinas!

Una pérdida irrevocable de los arrecifes de coral sería catastrófica. Aunque los arrecifes cubren solo 0,2% del fondo del océano, albergan al menos una cuarta parte de todas las especies marinas, constituyen un hábitat crucial y una fuente fundamental de proteínas, así como de medicinas vitales.

Los arrecifes de coral enfrentan muchas amenazas de fuentes locales, que incluyen: daños físicos o destrucción debido al desarrollo costero, dragado, extracción de canteras, prácticas y equipos de pesca destructivos, anclas y encallamientos de embarcaciones y uso indebido recreativo (tocar o retirar corales).

La formación de carbonato de calcio por parte de los organismos formadores de arrecifes provoca la liberación de dióxido de carbono al medio ambiente circundante . Por lo tanto, contrariamente a lo que se pensaba, un arrecife dominado principalmente por coral actúa como una fuente menor y no como un sumidero de CO2 (alrededor de 1,5 mmol de CO2/m² por día).

Los arrecifes de coral son importantes para determinar la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera . Las algas zooxantelas, a través de la fotosíntesis, eliminan el dióxido de carbono del aire y ponen a disposición carbohidratos como alimento tanto para las zooxantelas como para los pólipos de coral.

Si las emisiones de CO₂ siguen creciendo al ritmo actual, el pH oceánico caerá al nivel más bajo en los últimos 20 millones de años y se produciría una extinción masiva de corales. Un cuarto de las especies marinas existentes –es decir, 9 millones– dependen de los arrecifes de coral para su reproducción o alimentación.

La mayor amenaza es el cambio climático . Otros desafíos más locales incluyen la mala calidad del agua debido a la contaminación terrestre, plagas como la estrella de mar con corona de espinas que se alimenta de corales, la pesca y el desarrollo costero. El Arrecife pasa por ciclos de perturbación y recuperación y las condiciones pueden variar según la ubicación.

Para los peces y otros animales marinos, los corales proporcionan un refugio contra los depredadores, así como un lugar de reproducción y un vivero para muchas especies. Son la base esencial de la vida marina en los trópicos.

Los arrecifes de coral tienen un valor incalculable en los ecosistemas marinos porque protegen las costas contra la erosión y los embates de las olas, sirven como hábitat para el 25% de especies marinas, incluyendo las de consumo humano y son de gran importancia para la pesca.

La mitad del oxígeno del océano lo producen los corales. Si no existieran los arrecifes de coral, los seres vivos no podrían sobrevivir . Miles de millones de especies marinas sufrirían. Afectaría el sustento de las personas, la fuente de alimentos de las personas y también afectaría la economía.

Buzo de la EPA nadando sobre una variedad de arrecifes de coral.

Paul Watson: La realidad es que si el océano muere, nosotros morimos , porque el océano proporciona todas esas cosas que hacen posible que vivamos en el planeta. En realidad, más del 70% del oxígeno es producido por el fitoplancton en el océano, y desde 1950 ha habido una disminución del 40% en la población de fitoplancton.

Los arrecifes coralinos producen el 80% del oxígeno del mundo. Esto se debe a través de la simbiosis que crean con distintas algas marinas. La simbiosis consiste en una relación recíproca entre dos organismos vivos.

La mayoría de los corales se alimentan de algas producidas por la luz solar y a menudo llamadas algas fotosintéticas o zooxantelas. Cuando se mantiene en acuarios de arrecife, la luz necesaria para producir suficientes algas para mantener la vida del coral suele ser insuficiente.

El aumento (o incluso la caída) de la temperatura del agua puede estresar a los pólipos de coral, provocando que pierdan algas (o zooxantelas) que viven en los tejidos de los pólipos . Esto da como resultado el “blanqueamiento de los corales”, llamado así porque las algas le dan su color al coral y cuando las algas “abandonan el barco”, el coral se vuelve completamente blanco.

Protegen las costas contra los daños causados ​​por las tormentas y proporcionan una fuente de medicinas. Y están muriendo. Los arrecifes de coral están sometidos a una presión constante debido a innumerables problemas globales y locales, incluido el cambio climático, la disminución de la calidad del agua, la sobrepesca, la contaminación y el desarrollo costero insostenible .

Estudios previos han mostrado que el aumento de CO2 ralentizaría el crecimiento del coral, pero este es el primer estudio que muestra que los arrecifes pueden empezar a disolverse en sólo unos pocos decenios, a menos que las emisiones de CO" se reduczcan de forma importante y pronto.

Si bien el CO2 es un excelente fertilizante en los tanques de agua dulce para estimular la salud y el crecimiento de las plantas, en un tanque de agua salada su presencia en niveles altos o incluso moderados en el tanque o en el aire de la habitación que rodea el tanque puede reducir significativamente el crecimiento de los corales al actuar para acidificar el tanque. agua .

El cambio climático, los daños causados ​​por las tormentas, los brotes de estrellas de mar con corona de espinas (COTS) y la contaminación han tenido un impacto en el Arrecife en los últimos años. Pero incluso después de haber sufrido todo esto, el organismo vivo más grande del mundo sigue siendo un espectáculo espectacular. Con toda nuestra ayuda, el Arrecife no sólo sobrevivirá, sino que prosperará .

Nuestros esfuerzos incluyen actividades tales como: Plantar corales cultivados en viveros nuevamente en los arrecifes . Asegurarse de que el hábitat sea adecuado para el crecimiento natural de los corales. Desarrollar la resiliencia de los corales ante amenazas como el cambio climático.

​Cómo detener el cambio climático

Para tener éxito, debemos hacer dos cosas: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudar a los arrecifes de coral a adaptarse a los cambios ya causados ​​por el cambio climático . La insuficiente acción global sobre el cambio climático está cobrando un grave precio a la salud de nuestra Gran Barrera de Coral y de los arrecifes de coral a nivel mundial.

Sin embargo, a diferencia de las rocas, los corales están vivos . Y a diferencia de las plantas, los corales no producen su propio alimento. Los corales son en realidad animales. La rama o montículo que solemos llamar “coral” en realidad está formado por miles de pequeños animales llamados pólipos.

Los pólipos de coral (animales) proporcionan un hogar a las algas (plantas) y, a cambio, las algas proporcionan a los pólipos el alimento que generan mediante la fotosíntesis. Debido a que la fotosíntesis requiere luz solar , la mayoría de los corales formadores de arrecifes viven en aguas claras y poco profundas en las que penetra la luz solar.