¿Cuáles son las dos corrientes del Barroco?

El culteranismo y el conceptismo son las dos tendencias estilísticas dominantes en la literatura barroca española.

La literatura del Barroco, o literatura barroca, es un estilo literario europeo que se desarrolló durante el siglo XVII en España. Se caracterizaba por la ornamentación, los juegos de palabras, la búsqueda de la emoción y el placer estético.

El conceptismo se basa en las asociaciones ingeniosas de ideas y conceptos, se busca la expresión artificiosa y sutil, decir lo máximo utilizando los mínimos elementos. El culteranismo, en cambio, se preocupa sobre todo por desarrollar la forma; busca la belleza, la riqueza sensorial, la ornamentación.

En España se dieron dos tendencias poéticas predominantes. Por un lado, el conceptismo, cuyo representante fue Quevedo y, por otro lado, el culteranismo, cuyo mayor exponente fue Góngora.

De culterano e -ismo. 1. m. Estilo literario del Barroco español caracterizado por la abundancia de cultismos y neologismos, así como por un lenguaje metafórico y una sintaxis compleja.

Las corrientes literarias se clasifican en: Literatura antigua. Literatura medieval. Literatura renacentista.

En la época del Barroco se dieron dos corrientes literarias principales: el Conceptismo, basado en la asociación de ideas para originar agudos e ingeniosos juegos de palabras y el Culteranismo, que trataba de imitar la sintaxis del latín usando profusión de términos «cultos» en un estilo un poco sobrecargado.

Si los escritores conceptistas exprimen las posibilidades de la lengua partiendo de los significados de las palabras, el culteranismo considera, ante todo, la belleza formal. Frente a la concentración conceptista, sobresale en los culteranos la ornamentación exuberante.

El conceptismo se caracteriza por buscar una concisión exacta en la expresión que concentre el máximo significado en las menores palabras posibles (mot juste), de manera tal que incluso se concentren varios, aunque con pertinencia al tema o caso que se trata.

Los cultismos se tratan de términos que son usados en el lenguaje intelectual, literario o científico, siendo una de sus características que proceden de la lengua clásica sin apenas haber evolucionado en su fonética, quedando esos términos prácticamente a como ya se utilizaban en su origen.

El arte barroco jugó un papel importante en los conflictos religiosos de ese período. Frente a la tendencia protestante a construir edificios para el culto de una manera sobria y sin decoración, la iglesia católica usará para sus fines litúrgicos la grandiosidad y la complejidad barroca.

Michelangelo Merisi da Caravaggio fue un pintor italiano considerado el primer exponente de la pintura barroca. Utilizaba figuras religiosas y hacía uso de las luces y las sombras a la perfección, lo que le llevó a ser uno de los mejores pintores de la historia.

Caravaggio, el pintor más "canalla" del Barroco.

Lo más original de la obra literaria de Quevedo radica en el estilo, vinculado al Conceptismo barroco y por lo tanto muy amigo de la concisión, de la elipsis y del cortesano juego de ingenio con las palabras mediante el abuso de la anfibología.

Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 11 de julio de 1561-Córdoba, 23 de mayo de 1627)​ fue un poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro, máximo exponente de la corriente literaria conocida más tarde como culteranismo o gongorismo.

El máximo símbolo del culteranismo es Luis de Góngora, autor cordobés nacido en 1561 y fallecido en 1627. De hecho, culteranismo suele emplearse como sinónimo de gongorismo, tal como se nombra al estilo que irrumpió a partir del trabajo poético de este escritor.

Los términos literatura moderna y literatura contemporánea son expresiones que la bibliografía​ utiliza para referirse a la literatura de la Edad Contemporánea, definida habitualmente como el periodo iniciado con la Revolución francesa (1789) hasta el presente, y no a la literatura de la Edad Moderna (siglos XV-XVIII).

Se llaman corrientes literarias a las tendencias de la literatura que comparten rasgos de estilo, temas, estéticas e ideologías propios de determinados períodos de la historia. No necesariamente forman una escuela, sino que son expresión del espíritu de una época.

La Generación del 98 se caracterizó por una profunda preocupación por España y su situación política, social y cultural. Los escritores de esta generación se centraron en analizar y reflexionar sobre la identidad española, su historia y su futuro, y propusieron una visión crítica y reflexiva de la realidad española.

En el Barroco, se usan los mismos temas que en el Renacimiento: amorosos, mitológicos, el carpe diem, el beatus ille, religiosos, patrióticos; aunque, en general, con otra visión: la del desengaño, que llevará a actitudes y planteamientos plagados de pesimismo.

Las características fundamentales de la literatura barroca española son la progresiva complejidad en los recursos formales y una temática centrada en la preocupación por el paso del tiempo y la pérdida de confianza en los ideales neoplatónicos del Renacimiento.

Los poemas barrocos son poemas que pertenecen al Barroco, un movimiento artístico que se caracterizó por utilizar un lenguaje ornamental, es decir, un lenguaje muy adornado, recargado y artificioso.

Se desarrolló a finales del siglo XVI y principios del XVII, y a esa manera de escribir es la que se denominó gongorismo. Es un término en honor de Luis de Góngora, uno de los máximos exponentes del Siglo de Oro Español para designar una corriente literaria y poética.

El poeta segoviano Alonso de Ledesma tiene un papel de primera importancia en la corriente conceptista.

Luis de Góngora, creador del culteranismo o gongorismo, por Diego Velázquez.

La lírica barroca es considerada como el género más importante de todo el siglo XVII alemán, puesto que en él se descubren los intentos de los autores del periodo de hacer de la lengua alemana una lengua literaria sobre la cual poder desarrollar una literatura vernácula tal como se venía haciendo ya en los países ...

Conceptismo: se basa en el ingenio del autor, que acumula recursos (alegorías, comparaciones, metáforas) para expresarse mediante conceptos que evitan nombrar directamente al objeto poético y mediante juegos de palabras (calambur, paranomasias, dilogías…).