¿Cuáles son las gallinas que ponen huevos de colores?

Hay una gallina típica de Perú, Chile y Ecuador –la gallina araucana- que pone huevos de colores muchos más vistosos, que se mueven entre el azul y el verde.

Por otro lado, las razas de gallinas que suelen tener este síntoma son las araucanas de Chile y las dongxiang y lushi de China. Otras razas, como la patoja, huirrupel, trintre, copetonas y jiras, registran un color de huevo azul; mientras que la tejuela, negra completa y perdicita brindan un color de huevo verde.

La participación de Croad-Langshan, cuyo huevo es de color marrón, fue crucial para que se fijara la característica, por antonomasia, de la raza Marans: el huevo de color extra-rojo.

No están pintados y no son producto de un pájaro exótico, si no que estos huevos los ponen unas gallinas originarias de Chile, conocidas como gallinas raza araucana o mapuche.

Gallina araucana que pone huevos azules.

Los huevos de color chocolate son típicos de la gallina marans.

Gallina Olive Egg de huevos verdes. La gallina olive egg, también llamada olive egger, es un cruce entre la raza Araucana que pone huevos azules y la raza Marans que pone huevos marrones. El resultado es una ponedora híbrida que nos da huevos color verdoso.

Por otro lado, las razas Barnevelder, Jersey Gigants, Rhode Island Reds, Orpington y Delawares son las que producen huevos marrones y tienden a ser aves grandes y más reproductoras.

En general, las gallinas de raza roja ponen huevos amarronados, mientras que los huevos de color blanco son puestos por las gallinas más claras. La edad y el estrés también pueden determinar el color, pero no lo hace la alimentación del ave como se cree popularmente.

Las gallinas industriales son las más prolíficas ya que sus puestas oscilan entre unos 300 y 320 huevos anuales; las gallinas de razas autóctonas pueden llegar a poner unos 200 huevos cada año, mientras que las puestas de las gallinas ornamentales se sitúan alrededor de los 100 huevos anuales.

La respuesta a la pregunta es que el huevo llegó primero.

Las aves, incluyendo a las gallinas, evolucionaron a partir de especies que ponían huevos de cáscara dura. Por lo tanto, la primera gallina habría nacido de un huevo de cáscara dura puesto por una especie ancestral.

Pero, lo cierto es que las gallinas pueden poner huevos de diferentes colores: marrón, blanco, verde, azul, rosa… Los más comunes y los que encontramos en nuestros supermercados son los dos primeros, pero, de vez en cuando, nos sorprende ver algunos más azulados o más verde.

La gallina araucana o mapuche, originaria del sur de Chile y Argentina, es la gallina que cría huevos azules. En España, se comercializa en tiendas gourmet o reposterías. Los deportistas los aprecian mucho porque tiene mucha proteína y un nivel más bajo de colesterol que el resto de huevos.

Características: Ponedora semipesada con huevo de color, siendo más rústica que las ponedoras industriales con un huevo de mayor peso y una puesta algo inferior. Productividad: 290 huevos anuales, color marrón intenso.

De hecho, es buena idea que los comederos y bebederos sean de color rojo para atraer a las aves hacia ellos. Las plumas también reflejan los ultravioletas, y esto les sirve para reconocer a sus congéneres, saber su estado de salud e incluso elegir con quién aparearse.

Así, el color del huevo blanco o rojo está delimitado por la raza a la que pertenece la gallina, como la Leghorn de capas blancas produce huevos blancos, la Bovans de tonos marrones y la Marans de vistosos tonos negros, rojizos, marrones o grises producen huevos de cáscara marrón y marrón-rojizo.

En general, el color del huevo va asociado al plumaje de la gallina. Es decir, las gallinas de plumas blancas o muy claras ponen huevos blancos, mientras que las gallinas de plumajes más oscuros, huevos marrones o morenos, los mayoritarios del mercado español.

El tono de la cáscara depende de los pigmentos (ovoporfirina) que deposita la gallina en la puesta de los huevos, que variarán según la raza a la que corresponda. A rasgos generales, las de color marrón ponen huevos marrones, mientras que las blancas los dan blancos.

En realidad, los huevos de Owakudani son huevos de gallina normal y corriente cocidos en las aguas volcánicas del valle. Varios comerciantes bien equipados sumergen cientos de ellos en unas jaulas que sumergen en las aguas sulfurosas hasta que adquieren un intenso color negro.

"Los huevos marrones se mandan a supermercados para el consumo en hogares mientras que los blancos son enviados a la industria, donde no importa el color siempre y cuando el producto siga siendo de buena calidad", reconoce la experta.

Los distintos colores o la presencia de manchas en la cáscara dependen de la genética de la gallina; la raza es la que indica de qué color producirá los huevos: los de color marrón son puestos por las gallinas de raza roja, mientras que los huevos de color blanco son puestos por las gallinas blancas.

El color de la yema del huevo depende de la alimentación de la gallina. Cuanto más intenso sea el amarillo, que a veces puede llegar hasta a ser naranja, mejores banquetes de maíz y alfalfa se habrá zampado la gallina. Eso sí, no te creas todo lo que veas porque en la producción artificial se tira de colorantes.

Las gallinas ponedoras podrán llegar a los 300 anuales, casi uno al día. Mientras que las camperas se moverán entre 200 y 250 huevos al año. Es decir, no aseguran un huevo diario. Las gallinas de raza ponen 100-150 huevos cada año.

¿Flota?: En un vaso casi lleno de agua, se añade un poco de sal y se mezcla la solución hasta que quede disuelta. Después, se introduce el huevo; si se hunde, está fresco; si se queda en medio del vaso significa que tiene unos días; si flota, no es fresco.

Esa alimentación más rica y variada, cargada de antioxidantes, da lugar a yemas más anaranjadas, de tonos más intensos; una gallina que haya pasado su vida enjaulada o con una dieta monótona y pobre en carotenos podrá huevos con yemas más amarillas, más pálidas.

Las gallinas ponedoras viven de media entre 5 y 10 años, si bien, como decimos, son sus circunstancias vitales las que marcan la diferencia.