¿Cuáles son las habilidades de autoconocimiento?

El escuchar y observar nuestros propios actos, el hacer consiente nuestros sentimientos y pensamientos, el hablarnos a si mismo mediante un leguaje positivo, el vernos al espejo y reconocernos como seres únicos e irrepetibles, el ser agradecidos por lo que somos y por quienes nos rodean.

Goleman identifica cinco aspectos principales de la inteligencia emocional: autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidad social.

Hay dos tipos de autoconocimiento: privado y público. El autoconocimiento privado es cuando las personas son conscientes de algo acerca de ellas mismas que los demás puede que no noten, como sentir ansiedad por tener que leer en voz alta.

Cómo ayudar a desarrollar el autoconocimiento

Conocerse mejor a sí mismo puede comenzar con cosas pequeñas, como reconocer las fortalezas. Las personas suelen enfocarse en lo que necesitan mejorar y no siempre toman en cuenta lo que hacen bien. Reconocer esas habilidades ayuda a desarrollar la autoestima.

Qué es el autoconocimiento

Se trata de la capacidad de introspección que tiene una persona para conocer en profundidad sus emociones, cualidades, defectos, limitaciones, aficiones, fortalezas etcétera. Es un proceso reflexivo permite crear una identidad personal en la que la persona adquiere la noción de su yo.

Se trata de ser sensible a tus propias emociones y a cómo te comportas en el momento en que las emociones aparecen, por ejemplo cuando experimentas felicidad, tristeza, enfado, miedo, sorpresa, etc.

La empatía es la habilidad de conectar con los demás. Es la piedra angular del desarrollo de la inteligencia emocional.

El autoconocimiento está compuesto de 4 elementos que, en conjunto, van a ir fortaleciendo nuestra autoestima desde que somos pequeños:

Yo público: tu visión de ti mismo definida por el conocimiento público que otras personas tienen de ti. Autoconcepto: quién crees que eres. Yo real o conductual: el yo creado por tus acciones y hábitos. Yo ideal: el yo que aspiras a ser.

Estos son el yo público, el autoconcepto, el yo real o conductual y el yo ideal . Finalmente, analizamos la autopresentación en el contexto de cómo las personas controlan su propio comportamiento, incluido el análisis de cómo los procesos de autopresentación pueden reemplazar otros procesos causales.

El autoconcepto se caracteriza por creencias sobre uno mismo basadas en la autoinformación (Campbell et al., 1996), mientras que el autoconocimiento está respaldado por diversas fuentes de evidencia externas al yo.

El autoconocimiento se puede definir como tener una percepción clara y precisa de quién eres, incluidas tus fortalezas, capacidades, carácter, sentimientos y motivaciones. Es la base sobre la que se construye el desarrollo, tanto personal como profesional. Ampliar la autoconciencia requiere una profunda autorreflexión .

Consiste en captar nuestro ser y personalidad. Saber de qué fortalezas dispongo y con qué carencias y debilidades cuento. Valorar los gustos y disgustos. Construir sentidos acerca de nosotros mismos, de las demás personas y del mundo que compartimos.

Pobre autoconocimiento:

Esto le genera emociones negativas y mucho malestar. El autoconocimiento es vital para el desarrollo de las personas de forma completamente plena. Ya hemos visto las consecuencias tan devastadoras que puede tener una baja autoestima.

Muchos definen al autoconocimiento como un proceso constante en el que reconocer nuestros valores y capacidades, intereses y posibilidades. Y la autoconciencia, en cambio, hace referencia a tener una profunda comprensión de las emociones, fortalezas, debilidades, necesidades y motivaciones de cada uno.

Como todo proceso, tiene diversas fases, como: autopercepción, autoobservación, memoria autobiográfica, autoestima, autoaceptación.

La autoconciencia es el conocimiento de uno mismo en tres áreas básicas: cognitiva, física y emocional . Es la capacidad de reconocer los propios sentimientos, comportamientos y características. Ser consciente de uno mismo puede ayudarle a cuidarse mejor, tener relaciones más profundas y vivir una vida más plena.

¿Qué es conocerse a sí mismo? Sentiremos nuestra percepción ante ciertos cambios o evolución en la vida cotidiana. Se trata de observarnos a nosotros mismos como si de un ente tercero se tratara. Para ello, deberemos dirigir nuestra atención hacia uno mismo sin permitir que el hecho de ser nosotros mismos nos debilite.

Definido intuitivamente, el autoconocimiento se refiere a la información que uno posee sobre sí mismo, particularmente la relacionada con características personales, por ejemplo, atributos físicos, habilidades y destrezas, roles sociales, rasgos de personalidad, estados emocionales, metas, valores, creencias, etc.

Desarrollo de competencias socioemocionales

En este sentido, la inteligencia emocional según Daniel Goleman tiene cinco elementos clave:

Así que si usted quiere saber si es emocionalmente inteligente o no, simplemente chequee la siguiente lista sobre cuatro signos que denotan una adecuada IE.

Las atribuciones causales son una fuente importante de autoconocimiento, especialmente cuando las personas hacen atribuciones sobre eventos positivos y negativos. Los elementos clave de la teoría de la autopercepción son las explicaciones que las personas dan sobre sus acciones; estas explicaciones se conocen como atribuciones causales.

Aunque se trata de una percepción de la persona hacia sí misma, usualmente viene influenciado por factores externos, como la cultura, presión social, edad, confianza, habilidades, modelos físicos dominantes, etc.

Se estudia asimismo los diversos componentes de la autoestima: autoimagen, autovaloración, autoconfianza, autocontrol, autoafirmación, autorrealización y las metas de superación personal en cada componente.

El yo ideal es el yo definido por las características a las que aspira un individuo . Es una auto guía. Es el yo que las personas creen que quieren ser, se esfuerzan por ser y creen que deberían ser como resultado de lo que han aprendido y experimentado.

Todas las experiencias que has acumulado a lo largo de tu vida te han ayudado a moldear quién eres. Es posible que estas experiencias le hayan brindado conocimientos sobre la vida y lecciones sobre cómo navegar a través de ella. Nadie más que tú tiene tu conjunto único de experiencias. Tu perspectiva también te ayuda a convertirte en tú.