¿Cuando hay metástasis en el hígado hay cura?

En la mayoría de los casos, el cáncer que se ha diseminado al hígado no es curable. Las personas cuyo cáncer se ha diseminado al hígado a menudo mueren a causa de esta enfermedad. Sin embargo, los tratamientos pueden ayudar a reducir el tamaño de los tumores, mejorar la expectativa de vida y aliviar los síntomas.

Conclusiones: la supervivencia global en los pacientes con metástasis hepática como forma de presentación del cáncer fue pobre con una media de 7,42 semanas a partir del momento del diagnóstico.

Para las metástasis en el hígado, a veces se recomiendan tratamientos localizados que actúan específicamente sobre el hígado, como la cirugía o la radiación. Los médicos suelen combinar la quimioterapia con terapias dirigidas, que son medicamentos que actúan sobre características específicas de las células cancerosas.

El cáncer de hígado a menudo no causa signos ni síntomas sino hasta que ya ha crecido mucho o se ha propagado. Entre algunos síntomas del cáncer de hígado, se incluye pérdida de peso no planeada, falta de apetito, sensación de llenura al comer muy poco y dolor de abdomen, así como picazón y piel amarillenta.

dolor, especialmente en la parte superior derecha del área abdominal, cerca del omóplato derecho o en la espalda; pérdida de peso sin razón aparente; nódulo duro debajo de las costillas sobre el lado derecho del cuerpo que podría ser el tumor o un signo de que el hígado ha aumentado de tamaño; debilidad o fatiga.

Ante las metástasis en el hígado, el paciente puede permanecer asintomático o presentar síntomas vagos como fatiga, cansancio, falta de apetito, perdida de peso inexplicada, dolor abdominal, nauseas, fiebre o febrícula o adquirir un tono amarillento en la piel (ictericia).

Entre los tipos de cáncer que con más frecuencia se propagan al hígado incluye el cáncer colorrectal, así como el originado en seno, esófago, estómago, páncreas, pulmón y riñón, al igual que el cáncer de piel de tipo melanoma.

El tratamiento puede incluir quimioterapia, inmunoterapia, terapia hormonal o terapia dirigida. La cirugía y la radioterapia también pueden ser opciones para algunos tipos de cáncer metastásico.

La duración de este proceso en adultos depende del tipo de cáncer y oscila entre meses y décadas. En el caso de los niños, todo este proceso se produce con mucha mayor rapidez, pudiendo incluso durar sólo unos meses.

La quimioterapia se inyecta con una aguja a través de la piel en el depósito de la bomba y se libera lentamente y de manera constante en la arteria hepática.

Para las personas con cánceres de hígado en etapa inicial que se someten a un trasplante de hígado, la tasa de supervivencia a 5 años se encuentra entre 60% y 70%.

El dolor de hígado puede presentarse de varias formas. La mayoría de las personas lo sienten como una molestia, una sensación palpitante en la parte superior derecha del abdomen.

Síntomas

Para el 43% de las personas que reciben un diagnóstico en un estadio temprano, la tasa de supervivencia a 5 años es del 35%. Si el cáncer de hígado se ha diseminado hacia los tejidos o los órganos circundantes o los ganglios linfáticos regionales, la tasa de supervivencia a 5 años es del 12%.

El carcinoma hepatocelular es el tipo de cáncer de hígado más común en adultos. Este tipo de cáncer es la tercera causa principal de muerte por cáncer en el mundo.

Las etapas del cáncer de hígado van desde la etapa I (1) a IV (4). Por regla general, mientras más bajo sea el número, menos se ha propagado el cáncer. Un número más alto, como la etapa IV, significa una mayor propagación del cáncer.

La esperanza de vida a los 5 años es de un 67,6 % en los casos localizados y de un 26,5 % si presentan metástasis a distancia. Ha ido aumentando a lo largo de los años, pasando de un 64,4 % en los casos diagnosticados entre 1973 y 1982 a un 77,6 % en los años 2001-2012.

La metástasis se presenta cuando las células cancerosas se desprenden del tumor original (primario), viajan por el cuerpo a través de la sangre o el sistema linfático y forman un tumor nuevo en otros órganos o tejidos. El nuevo tumor metastásico es el mismo tipo de cáncer que el tumor primario.

El cáncer o el tratamiento contra el cáncer pueden causar linfedema. A veces un tumor canceroso puede crecer tanto que obstruye el sistema linfático. Al operar para extirpar el tumor, también se podrían remover ganglios linfáticos o algunos de los vasos que transportan el líquido linfático.

Relacionado con la metástasis, que es la diseminación del cáncer desde el sitio primario (el lugar donde empezó) hasta otras partes del cuerpo.

Tratamiento que se brinda para aliviar los síntomas y disminuir el sufrimiento causado por el cáncer y por otras enfermedades potencialmente mortales. Las terapias paliativas quizás ayuden a que las personas se sientan más cómodas, pero no tratan ni curan la enfermedad.

La metástasis puede ejercer presión o causar inflamación en áreas específicas generando a su vez síntomas específicos. No todos con una metástasis en el cerebro manifestarán síntomas, pero algunos pacientes sí lo harán. Algunos de los síntomas más comunes son: Dolor de cabeza.

Cuando el tumor es pequeño y no ha penetrado la capa mucosa se dice que es un cáncer en etapa I. Los tumores en etapa II se hallan dentro de la pared muscular y la etapa III afecta los ganglios linfáticos cercanos. Los cánceres en etapa IV son raros y se han diseminado (metástasis) a órganos lejanos.

La tasa de supervivencia a 5 años para el cáncer de mama en estadio 4 es del 22 por ciento; la mediana de supervivencia es de 3 años. Anualmente, la enfermedad cobra 40,000 vidas.

Los tipos de cáncer con las tasas más elevadas de mortalidad en los hombres son: pulmón (20,6%), próstata (14,5%), colorrectal (10,6%), páncreas (7,0%) e hígado (6,6%). El cáncer que causa el mayor número de defunciones en las mujeres son: pulmón (18,4%), mama (17,5%), colorrectal (10,6%) y páncreas (7,2%).

Los signos comunes de cáncer metastásico son los siguientes: Dolor y fracturas (roturas) cuando el cáncer se diseminó al hueso. Dolor de cabeza, crisis convulsivas o mareos, cuando el cáncer se diseminó al encéfalo (cerebro) Falta de aliento, cuando el cáncer se diseminó al pulmón.

Cómo se detectan las metástasis.

Desde el diagnóstico de cáncer se realizan una serie de estudios analíticos y radiológicos, como son: TAC, Resonancia Magnética, PET, o Gammagrafia ósea, encaminados a detectar la existencia de metástasis o descartarlas.