¿Cuando no se puede comer un plátano?

El consumo de plátano está desaconsejado en personas que presenten intolerancia o alergia al mismo, así como patologías o situaciones clínicas que requieran el control de alguno de sus componentes.

Estreñimiento, dietas y diabetes

A la hora de consumir plátano, debemos de tener en cuenta que su consumo excesivo puede provocar estreñimiento, por lo que, en caso de padecer este problema digestivo, debemos de moderar su consumo.

A medida que un plátano madura, su almidón se convierte en azúcares sencillos como sacarosa, glucosa y fructosa. Aunque esto puede parecer una ventaja, estos azúcares pueden atravesar la barrera intestinal con facilidad, provocando picos de azúcar que pueden aumentar el riesgo de diabetes.

Comer plátanos antes del desayuno o como parte de una comida balanceada puede ayudar a promover la saciedad y ayudar a la salud digestiva. Los plátanos contienen varios micronutrientes importantes, incluidos el potasio y la vitamina C.

Lo mejor de comer un plátano todas las noches antes de dormir es que es un gran antídoto contra el insomnio. Esta fruta tiene triptófano, un aminoácido que ayuda a producir serotonina. Esta hormona es la responsable de regular el sueño .

Los plátanos son una gran fuente de vitamina B6 y aportan el 10% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C. Sin embargo, los expertos no recomiendan desayunar sólo un plátano. Los plátanos contienen un 25% de azúcar, lo que significa que te darán un rápido subidón de azúcar por la mañana.

El plátano no estriñe: Los nutrientes que tiene el plátano (como la inulina, entre otros) ayudan a regular tu tránsito intestinal y, lejos de estreñir, el consumo de uno o dos plátanos al día ayuda a ir al baño. ¿Curioso, verdad?

Los plátanos maduros suavizan la mucosa del sistema digestivo y ayudan a prevenir el estreñimiento. A su vez, contienen un tipo de fibra denominado fructooligosacáridos, que actúa como laxante natural y favorece la digestión.

Los plátanos son la fruta que más engorda.

El plátano contiene vitamina C y B6 al igual que minerales como el magnesio y el manganeso, que ayudan a mantener la salud muscular, estimulando el sistema nervioso para evitar la sensación de fatiga.

Ventaja: Su digestión es mucho más sencilla, por lo que es un alimento interesante para personas con problemas digestivos. Desventaja: Su contenido en azúcar es mucho más alto y asimilable por nuestro cuerpo lo que puede provocar picos de azúcar e, incluso, diabetes.

Comer un plátano cada día puedes hacer que tu cuerpo mejore su salud cardiovascular, intestinal y tener más energía a lo largo del día. Aunque si tienes problemas renales no es recomendable que abuses de su ingesta, pues podría conducir a niveles peligrosos de potasio en tu organismo.

Además de su contenido en minerales, el plátano aporta diversas cantidades de vitaminas hidrosolubles del grupo B y C, y liposolubles (E, K) (Tabla VI). La vitamina más estudiada en el plátano es la vitamina C, cuyo contenido medio es de 4,5 a 40 mg.

Como cualquier alimento saludable, el plátano tiene su límite: no hay una cantidad exacta de plátanos que tomar a la semana, pero en personas sanas no se debería exceder de uno o 2 plátanos al 2 al día.

El plátano, una fruta rica en potasio y electrolitos, no es la excepción. De acuerdo con expertos, el mejor momento para consumirlo es por la mañana.

Para las cenas recomendamos basar los platos en alimentos vegetales, pues son más ligeros y su alto contenido en fibra nos ayudará con la digestión. Sopas y purés de verduras con la proteína adecuada pueden ser muy buenas opciones. Son nutritivas, bajas en calorías y ayudan a saciar el apetito.

Lo recomendado en personas sanas sería comer uno o 2 plátanos al día. Hay varios motivos: uno de ellos es que el consumo excesivo de carbohidratos de absorción rápida podría interceder en tu objetivo de perder peso.

Tiene efecto energizante, te ayuda a aumentar la resistencia y retrasar la sensación de fatiga.

La manzana tiene polifenoles, que son antioxidantes y protegen a unas células del páncreas, las que se encargan de la producción de la insulina. Esta hormona (la insulina) es la que mantiene el nivel correcto de glucosa en sangre y por tanto, es necesaria para evitar la diabetes tipo 2.

Algunas buenas fuentes de fibra son: granos enteros, como pan y pasta de trigo integral, avena y cereales con hojuelas de salvado. leguminosas, como lentejas, frijoles negros, habichuelas, frijoles de soya y garbanzos. frutas, como frutos rojos, manzanas con cáscara, naranjas y peras.

Algunas frutas que pueden hacer que vayamos estreñidos son:

El plátano: es una de las frutas más conocidas por causar estreñimiento. Se debe a que es muy rico en taninos: unas sustancias astringentes que absorben el agua de las heces. La manzana es otra fruta con propiedades astringentes, debido a su contenido en taninos y en pectinas, que ayudan a retener agua.

Por ello, el plátano es una fruta suave y bastante digerible siempre que esté maduro. Sin embargo, el almidón hace al plátano verde difícil de digerir, resultando indigesto y pudiendo originar flatulencias y dispepsias.

Conviene saber que cuanto más maduro esté el plátano, mayor será su índice glucémico. Esto no debería sorprender, ya que a mayor madurez, más dulce suele ser su sabor. Esto hace que en vez de tener un índice glucémico fijo, el IG del plátano oscile entre el 55 y el 65.

No, no engorda. El 90 por ciento de esas calorías proviene de carbohidratos y la mayoría de ellos en plátanos maduros son azúcares: sacarosa, glucosa y fructosa. Y por otro lado, se trata de una fruta con un bajo índice de grasas y proteínas. Caloría por caloría, los plátanos contienen muchísima fibra.

No, el plátano no engorda

Por tanto, los azúcares que contiene esta fruta son saludables para el organismo. De hecho, suele incluirse el plátano en dietas para personas diabéticas o de adelgazamiento porque genera sensación de saciedad.