¿Cuándo se comen las alcachofas?

Así podemos encontrarla en abundancia de marzo a junio. Es importante tener claro que ni durante el verano ni durante el invierno es temporada de alcachofas, por eso las que encuentres durante esa época serán poco carnosas, posiblemente amargas y con un precio elevado.

Tampoco es recomendable que lo tomen personas con síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn, hiperpermeabilidad intestinal u otras enfermedades que estén relacionadas con vientre hinchado, flatulencia o disbiosis intestinal.

Para comprobar la frescura de las alcachofas podemos emplear otro truco: doblando una hoja exterior. En caso de que se rompa fácilmente, será señal de que está fresca; mientras que si se dobla y vuelve al sitio, indicará que no es una alcachofa fresca.

En España, la alcachofa es un producto propio de la temporada de invierno, por ello que la temporada ideal para su consumo son los meses de octubre a abril.

La alcachofa tiene propiedades antiinflamatorias. Favorece la digestión, mejora el bienestar intestinal y la regularidad. La inulina de achicoria mantiene una flora intestinal sana. Tiene propiedades diuréticas y contra el colesterol.

Otro aspecto que relaciona alcachofas y digestión es el que menciona la también nutricionista Laura Ramos, de Badajoz, al hablar de los gases que esta verdura genera a algunas personas. Para combatir este problema la nutricionista aporta un truco: “Evitaremos esto si las cocinamos con comino e hinojo”.

La alcachofa es una planta medicinal con propiedades coleréticas y colagogas que también se emplea contra la migraña, la hipercolesterolemia y los valores altos de triglicéridos. La alcachofa (Cynara scolymus) es una planta de la familia de las asteráceas.

Tanto si la has preparado a la brasa, como al microondas, las primeras hojas de la alcachofa las debes comer con las manos, mordiendo la parte más carnosa de la hoja, que es la inferior, y dejando la otra parte, más fibrosa, a un lado.

Expertos recomiendan beber el té de alcachofa tres veces al día, sin no se presentan enfermedades graves. Riñón: la alcachofa incrementa la diuresis y la excreción de urea, una sustancia tóxica que se produce en el organismo como resultado del metabolismo de las proteínas y que debe eliminarse con la orina.

Al realizarse la recolección del primer año, es común realizar una poda severa a la planta cuando esta empieza a secarse, para favorecer el desarrollo de los hijuelos que garantizan la producción del año siguiente.

La reina indiscutible en España (el tercer mayor productor de alcachofas del mundo) es la alcachofa de Tudela. Es la más conocida y apreciada en nuestro país debido a su gran calidad. Se trata, sin lugar a dudas, de una de las joyas de la huerta navarra.

Las alcachofas frescas permanecen en el lineal de 6 a 7 días; una vez transcurrido este tiempo, se retiran del mercado. En el caso de las alcachofas transformadas, en conserva o congeladas, su periodo de permanencia en el lineal aumenta considerablemente gracias a que su ciclo de vida útil es de meses, incluso años.

La apreciada variedad autóctona de la Ribera de Navarra, conocida como la “flor de la huerta”, se recolecta de octubre a junio. Es fácil distinguirla en el mercado, pero también en el paladar.

La producción anual de alcachofa en México asciende a más de dos mil toneladas, siendo Guanajuato, Michoacán y Puebla los principales estados productores de esta hortaliza a la cual se le destinan 204 hectáreas para su cultivo en los campos de nuestro país.

Las variedades de alcachofa también se pueden clasificar según el país de procedencia, habiendo variedades de Gran Bretaña; de Francia que se diferencian en grandes, medianas y pequeñas; de Italia, de color verde más o menos intenso con matices rojo violetas, y de España.

La alcachofa es un vegetal ideal tanto para el hígado como para la vesícula biliar, dado que posee una acción colerética que aumenta la segregación biliar de forma que puede ser muy útil para tratar ictericia, mala digestión de grasas, congestión o hígado perezoso.

La infusión de alcachofa se prepara fácilmente. Hierve en un cazo el equivalente a una taza de agua y cuando entre en ebullición, añade unas cuantas hojas de alcachofa y diente de león. Mantén hirviendo durante tres minutos. Luego apaga el fuego y deja en reposo otros tres.

Al ser especialmente ricas en fibra, la alcachofa puede hacer que nuestra digestión sea algo más lenta, produciendo gases. Esto puede hacer que las personas que sean propensas a generar gases y flatulencias puedan descansar algo peor ¡Consúmelas con moderación!

Eructos: cómo eliminar el exceso de aire

La legumbre que menos gases provoca es la lenteja roja o lenteja turca debido a que no tiene piel y la digestión es mejor.

Come y bebe despacio. Tomarte tu tiempo te ayudará a tragar menos aire. Intenta que las comidas sean momentos relajados; comer cuando estás estresado o apurado aumenta el aire que tragas. Evita las bebidas carbonatadas y la cerveza.

Hoja de alcachofera: La infusión se prepara con 1 cucharada de hojas secas en 150 ml de agua, que dejará infusionar 5 minutos. La infusión se debe tomar antes de las comidas para ayudar a la vesícula biliar a vaciar la bilis en el momento de la digestión.

Previene el envejecimiento temprano de las células y eso es gracias al alto contenido en potasio, uno de los minerales que destacan como propiedades de la alcachofa, y que hace que los órganos funcionen correctamente. Su alto contiene en fibra (apenas aporta calorías) aumenta la sensación de saciedad.

La infusión de hojas de alcachofa cuenta con muchos seguidores. A la hora de prepararla, lo ideal es que se trate de hojas frescas y solas (no olvides que son muy amargas), aunque también puedes mezclarlas con otras plantas. Apenas hervidas, déjalas 15 minutos en reposo, cuela y toma una taza antes de cada comida.

Todas las hojas, excepto las más internas, son duras y hay que rasparlas con los dientes para comer las partes tiernas.