¿Cuándo usar calor húmedo?

Si tienes contracturas o dolor muscular… te sorprenderá saber que el calor húmedo te aporta más beneficios que el calor seco. Es un tipo de terapia que consiste en colocar una compresa que se encuentra sumergida en agua caliente a una temperatura entre 65 a 75 grados centígrados.

Fáciles de usar, basta con sumergirlas en agua caliente o en la unidad de calor Hydrocollator, sacarlas, envolverlas en una cubierta de paño o en una toalla y aplicarlas sobre la zona a tratar.

La termoterapia está contraindicada en los casos en los que el pacientes que padecen determinado tipo de enfermedad, como por ejemplo cardiopatías o apendicitis. Tampoco se indica en aquellas personas que tomen medicamentos anticioagulantes. Los efectos de la termoterapia son: Efecto vasodilatador.

El calor seco lo utilizamos para aumentar el flujo de la sangre en la zona tratada (hiperimia) para conseguir un efecto analgésico además de nutrir los tejidos.

El calor aumenta el flujo sanguíneo y la extensibilidad del tejido conectivo; también disminuye la rigidez articular, el dolor y el espasmo muscular y ayuda a aliviar la inflamación, el edema y los exudados.

Las altas temperaturas y la humedad provocan más estrés, más sudor, deshidratación, e incluso accidentes laborales. Y ese sudor que se nos queda pegado no se evapora. Pero no sólo el calor húmedo afecta a la salud. Con el calor seco perderemos más líquidos, la piel se seca, y hay que beber más agua.

El tiempo para aplicar calor en la zona afectada no superará los 20 minutos. Los efectos que conseguimos con la aplicación de calor son aumentar la sangre en la zona, disminuir la presión arterial y un efecto sedante en la zona fruto de la relajación muscular y el alivio de la fatiga muscular.

Contraindicaciones: pacientes con enfermedad vascular periférica, trastornos hemorrágicos, neoplasia maligna local, inflamación o traumatismo agudo, edema, infección, heridas abiertas, cicatrices grandes, pacientes con alteración de la sensibilidad (neuropatía) o deterioro de la capacidad de comunicación/deterioros cognitivos (demencia o disfasia). .

“Dado que el calor puede ayudar a acelerar el proceso de reparación del tejido dañado y el hielo puede ayudar a reducir la inflamación dolorosa que puedas estar experimentando, recomiendo alternar entre calor y frío durante el día mientras te recuperas de una lesión por exceso de ejercicio”, explica el Dr. Brooks, ...

"En realidad, el calor tiene el efecto opuesto al del hielo", dice el Dr. Behr. " Hace que se abran pequeños vasos sanguíneos, lo que puede estimular la inflamación en lugar de aliviarla ". Se deben utilizar tratamientos térmicos para enfermedades crónicas para ayudar a relajar y aflojar los tejidos y estimular el flujo sanguíneo al área.

La eterna batalla sobre qué calor es peor suele depender mucho de las preferencias. Sin embargo, el calor húmedo es el que más afecta a la sensación térmica al dificultar la transpiración.

Calor seco o calor húmedo

La sauna o el baño caliente actúan sobre el cuerpo entero. El calor húmedo procede de toallas al vapor o baños calientes. Puede ser un poco más efectivo que el calor seco y requiere menos tiempo de aplicación para obtener los mismos resultados.

Efectos del calor

Está indicado para tratar el dolor de las inflamaciones no traumáticas de las articulaciones y relaja la musculatura contraída. De igual manera que el frío, puede administrarse el calor de forma húmeda, con compresas o un baño, o bien de forma seca con bolsas de agua caliente o sacos de semillas.

“La administración de calor es muy recomendable para tratar el dolor de las inflamaciones no traumáticas de las articulaciones, además, acelera el drenaje de procesos infecciosos y relaja la musculatura contraída”, explica Yolanda Esperanza, supervisora de Enfermería de la Unidad de Cuidados intensivos y de Urgencias ...

Hay que usar calor o frío, lo que mejor alivie, pero no más de 20-30 minutos al día. En general el calor, aplicado en forma de baño o con una manta eléctrica, es más beneficioso en la artrosis.

La aplicación de calor se recomienda en dolores musculares o articulares en los que no se produzca una inflamación. Así, los dolores articulares y las contracturas musculares, al producirse por un sobresfuerzo y, en principio, no tener inflamación, deben ser tratadas con calor al ser relajante.

Los niveles de humedad relativa en interiores saludables o ideales deben estar entre el 30 y el 60 %. Los niveles de humedad >= 70 % promueven el crecimiento de los ácaros del polvo, los alérgenos del polvo más comunes para el asma, y ​​prosperan cuando la humedad relativa es igual o superior a 70.

La sensación de frío es de más frío si va acompañada de viento y de mucha humedad. También la de calor es menos agobiante si hay viento y poca humedad. Una vez oí que para entenderlo mejor no había más que abanicar un termómetro y ver cómo la temperatura no bajaba aunque nos lo pareciera.

La humedad ayuda a penetrar profundamente en el tejido y ayuda a relajar los músculos tensos, lo que puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la movilidad . Además, también se cree que el calor húmedo reduce la inflamación al aumentar la circulación alrededor de las áreas doloridas, lo que ayuda al cuerpo a sanar más rápido.

La terapia de calor beneficia los tejidos blandos al aumentar el flujo sanguíneo al área y atraer nutrientes adicionales a los tejidos para ayudar en la recuperación y curación . Nunca se debe utilizar calor inmediatamente después de una lesión o en las 72 horas siguientes a una lesión; este es el momento de usar hielo.

Se recomiendan dos o tres aplicaciones diarias de 15 – 20 minutos de duración. Se ha de vigilar siempre la piel para evitar la producción de quemaduras. La termoterapia está contraindicada en lesiones agudas, ya que aumentaría la inflamación.

Al aumentar la temperatura y mejorar la circulación, el calor puede relajar los músculos lesionados, curar los tejidos dañados y mejorar la flexibilidad . El calor no sólo puede calmar los ataques de dolor, sino que también es una excelente manera de aliviar la tensión muscular, la rigidez e incluso el dolor de espalda crónico.

No importa su fuente, el calor actúa rápidamente para abrir los vasos sanguíneos, permitiendo que más sangre bombee a través del cuerpo y hacia la piel . El flujo sanguíneo es importante por muchas razones.

Una vez que la inflamación se calma, el calor puede ayudar a relajar los músculos tensos cerca del nervio pinzado . El calor también puede estimular el flujo sanguíneo, lo que puede ayudar en la curación. Intente usar una almohadilla térmica o una compresa tibia. Al igual que con el hielo, debes proteger tu piel del calor directo.

Aplica calor en la zona

Eso sí, es importante que se vigile constantemente la temperatura de la compresa o bolsa de agua porque, una vez fría, perderá el efecto. Se recomienda una aplicación del calor de unos 15 minutos seguidos de un descanso.

El paracetamol se debe usar para reducir el dolor causado por las muelas, dolores de cabeza, articulaciones y músculos, y el dolor leve que proviene de afecciones como la artritis. Por su parte, el ibuprofeno se usa de forma muy similar al paracetamol; trata el dolor pero también se puede usar para tratar la fiebre.

Calor. Aporta más sangre a la zona donde se aplica. Reduce la rigidez de las articulaciones y los espasmos musculares , lo que lo hace útil cuando los músculos están tensos.