¿Cuántas aceitunas se puede comer por día?

Gracias a esta particularidad, resulta extremadamente versátil a la hora de introducirla en la alimentación de cada día. Por esa razón, la cantidad diaria recomendada es de 7 aceitunas al día.

Los expertos recomiendan ingerir una dosis diaria de 25 gramos, lo que equivale a unas 7 aceitunas. Se trata de un alimento con un elevado valor nutricional que cuenta con importantes beneficios para la salud gracias a su composición y que ayuda, además, a mantener una alimentación sana y equilibrada.

Propiedades y beneficios de las aceitunas para la salud

Andrea Calderón, secretaria científica de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca), explicó a EL ESPAÑOL que no deberíamos tomar más de un puñado al día. Es decir, entre 6 y 10 aceitunas.

Las aceitunas, al igual que el aceite de oliva, se asocia a la prevención de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad gracias a sus propiedades nutricionales: Grasas.

La aceituna arbequina presenta de media un 60% – 65% de ácido oleico, mientras que una gran cantidad de otras variedades suelen presentar porcentajes superiores al 70% – 80%. Entre las opciones más sanas de aceitunas también se encuentra la aceituna manzanilla.

Este elemento tiene múltiples beneficios para el organismo: se encarga de disminuir el conocido como colesterol malo (LDL) y aumentar el colesterol bueno (HDL). Son ricas también vitamina E. Una de las más importantes, ya que nos protege frente al daño oxidativo de las células.

¿Es malo comer aceitunas por la noche? Falso. De hecho, todo lo contrario.

Al tomar aceitunas, sea de la forma que sean: como snack, aperitivo, en ensalada o ensaladillas o incluso acompañando a un filete de pollo o a una pieza de pescado, es importante tener en cuenta tan sólo dos aspectos. Según explica Moragues, el primero de ellos es controlar la cantidad que se tome.

Al tener un contenido bastante alto en sodio por la salmuera empleada en su conservación, no es recomendable el abuso de su consumo en personas que padecen hipertensión arterial. También es fuente de vitamina A, la cual nos ayuda a mantener un buen estado de los tejidos y la vista.

Las aceitunas son ricas en hierro, potasio, calcio, magnesio, fósforo y sodio. Además, contienen propiedades antioxidantes, nutren los huesos, relajan los músculos y favorecen la eliminación de toxinas. Por lo tanto, no es malo comer muchas aceitunas, ¡siempre que no te termines un bote de Aceitunas Gordal tú solo!

Las aceitunas no son verduras

Lo primero que debes saber es que, contrario a lo que se puede pensar, no son una verdura. Como tienen semillas, pulpa y cáscara, te lo podemos asegurar: ¡las aceitunas son una fruta!

Una porción de aceitunas contiene normalmente unas 10 aceitunas lo que suman unas 40 calorías. Cuando una porción de alimento contiene 40 o un menor número de calorías, se considera una alimento bajo en calorías según establece la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos).

El colesterol y las aceitunas se llevan de una manera excelente ya que en 100 gramos de su contenido podremos encontrar un total de 0 miligramos de colesterol. Esto termina por certificar el hecho de que añadir aceitunas a una dieta es una de las mejores alternativas para combatir distintos problemas de salud.

Es importante escoger aceitunas ecológicas para ahorrarnos los potenciadores del sabor. Para aprovechar sus propiedades contra la diabetes puedes tomar unas 8 al día.

¿Cuáles son mejores: las verdes o las negras? La opinión es unánime entre los especialistas. "Cualquiera de las dos son saludables", asegura Robles. Por lo que podemos elegir cualquiera de ellas que no será perjudicial para nuestra salud sino todo lo contrario.

Las aceitunas son nutritivas y saludables: estimulan el sistema cardiovascular, activan la circulación sanguínea, tienen un importante efecto cardioprotector, aportan la cantidad diaria de fibra recomendada, minerales y todos los aminoácidos esenciales para personas que practiquen deporte con asiduidad.

Nos aportan vitaminas A y E.

Mientras, la vitamina E es antioxidante y contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo. Esto quiere decir que, la vitamina E presente en las aceitunas, ayuda a mantener el cuerpo sano y retrasar su deterioro.

La principal diferencia entre la aceituna verde y la negra es su contenido en sal y en hierro, el cual se ve alterado tras el proceso de oxidación. Las aceitunas negras contienen menos sal, es decir, menos sodio, el cual es perjudicial para las personas hipertensas.

En concreto las aceitunas negras con hueso aportan 299 Kcal, 4 gramos de azúcares y 30 de grasas, si bien muy sanas. En cambio las aceitunas verdes con hueso aportan 166 Kcal, muy razonable, solo 1 gramo de azúcares y 16,7 gramos de grasas.

En cuanto a las vitaminas, las aceitunas son fuente de vitamina E, que cubre el 5% de las IR/día pra hombres y mujeres de 20 a 39 años que practican actividad física de forma moderada. Esta vitamina contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo.

el método más eficaz para esto es agregar al agua 80 gramos de cal y un kilo de ceniza, por cada litro de agua, para un kilo de aceitunas; esta mezcla elimina la sal en solo 12 horas, aunque luego debes lavar bien los frutos.

Por su alto valor calórico, las personas con sobrepeso u obesidad deben moderar su consumo de aceitunas, especialmente negras, pues su aporte calórico es mayor que las verdes. Por otra parte, y por su alto contenido en sodio, las personas hipertensas también deben moderar su consumo.

Para saber si las aceitunas se han echado a perder podemos emplear el sentido del olfato. Si vemos que tienen un olor raro y diferente es un indicador de que están pasadas. Además, si observamos que su textura y color han variado o incluso si han desarrollado moho se han estropeado y es hora de desecharlas.

Al ser una fuente de fibra y agua (el 75% de su pulpa es líquido), son altamente saciantes y, lo mejor, ¡bajas en calorías! Los estudios indican que consumir una porción de aceitunas antes de la comida, ofrece una digestión más lenta y una sensación de saciedad.

Para que las aceitunas no se pongan blandas, al llegar a casa es aconsejable guardarlas en un tarro de cristal con cierre hermético. De esta manera, vamos a conseguir que mantengan sus propiedades durante mucho más tiempo.