¿Cuánto hierve una calabaza?

Lo correcto es poner agua a calentar, comenzando a contar el tiempo de cocción a partir de que el agua empiece a hervir. La calabaza se debe cocer durante unos 20 minutos, aproximadamente.

Cómo hacer calabaza cocida

Para cocer la calabaza, debes introducirla (pelada y troceada) en agua hirviendo con sal durante 20 o 30 minutos, de manera que su pulpa quede blanda y jugosa. Después de cocerla, escúrrela y refréscala bajo un chorro de agua fría para cortar la cocción y no quede pasada ni pierda color.

Las calabazas de invierno, como la calabaza de Des Moines o el zapallo, tardan al menos tres meses o más para madurarse y desarrollar una piel gruesa. Pero si tienen piel gruesa, también duran más. Los paquetes de semillas incluyen esta información.

Verduras cocidas: entre 3 y 4 días, pero ten en cuenta que algunas cogen una textura de corchopán, como las patatas. Conservas abiertas: de 4 a 5 días.

Esta debe ser dura y firme, ya que cuánto más madura esté la hortaliza, más sólida se vuelve su cáscara. Para comprobar esto bastará con que aprietes la calabaza con tus dedos. También puedes hundir tu uña en ella, y si sólo deja una pequeña marca esto significa que está madura.

Las vitaminas C y E de la calabaza son potentes antioxidantes que atenúan los daños causados por los radicales libres y que además favorecen la producción de colágeno, que ayuda a mantener la piel joven y flexible, afirma Lakatos.

Es un alimento rico en agua y en fibra, con bajo aporte calórico, ideal para personas de sobrepeso y problemas digestivos. Además, la calabaza contiene betacaroteno, un componente antioxidante. Aprende más sobre sus propiedades nutricionales, cómo elegir las mejores en el mercado y algunas recetas para prepararla.

La calabaza es totalmente comestible, por dentro y por fuera: desde las semillas hasta la piel. No solo existen en otoño, también las puedes encontrar en verano y se pueden realizar todo tipo de recetas con ella: tanto dulces como saladas.

La calabaza es una hortaliza de la cual podemos disfrutar todo el año. Presenta una pulpa o carne de sabor azucarado y consistencia dura, generalmente es de color amarillo o anaranjado y en su parte central está repleta de semillas.

Si vamos a cocer una patata de la forma tradicional, es decir, en una olla con agua, el tiempo de cocción va a variar en función del tamaño: una patata pequeña tardará aproximadamente 12 minutos de cocción, mientras que una patata grande puede tardar casi media hora.

Cuando el agua recupere el hervor tras meter las patatas, baja un poco el fuego manteniendo los borbotones y deja las patatas dentro entre 15 y 30 minutos dependiendo del tamaño de las patatas. Si son pequeñas o muy pequeñas, bastarán 15 a 18 minutos.

Una vez pelada y limpia, córtala en dados de 2 o 3 centímetros y guárdalos en una bolsa hermética para congelarlos. Cuando quieras emplear esta hortaliza, solo tendrás que descongelarla en el frigorífico.

Una vez esté cocinada, déjala enfriar y, al igual que hemos hecho con la calabaza en crudo, guárdala en bolsas especiales para refrigerar. Para descongelarla, sigue el mismo proceso, déjala en la nevera hasta que se descongele por completo.

Las calabazas suelen almacenarse, de manera tradicional, en ambientes sin control de temperatura y bien ventilados, al abrigo de los fríos. La humedad relativa debe mantenerse por debajo del 70 % para evitar el desarrollo de podredumbres.

Las calabazas hay que mantenerlas en lugares frescos y secos (temperatura ideal entre 10ºC y 16ºC), con una buena circulación de aire. Pudiendo aguantando de 3 a 6 meses desde su recolección.

Las calabazas de calidad tienen una cáscara firme y dura y generalmente son de color naranja intenso. No obstante, el color no siempre es el mejor indicador de madurez, ya que las calabazas tienen diferentes tonos, desde naranja brillante hasta naranja claro, amarillo y casi blanco.

La pulpa de calabaza contiene vitaminas A (betacaroteno) y C, potasio, cobre, hierro, es rica en fibra y contiene pequeñas cantidades de magnesio, fósforo, zinc y vitamina B.

Y otros usos que podemos darle a esos restos de calabaza -ya sea cocida o asada- es como espesantes en sopas, guisos y salsas, por no hablar de la enorme cantidad de preparaciones dulces que podemos hacer con calabaza: bizcochos, tartas, mermeladas, magdalenas, tortitas, flanes, etc.

Al vapor, salteada o hervida para mantener los nutrientes

Sin embargo, la calabaza siempre se debe consumir cocida, por lo que es importante conocer qué métodos de cocinado son más adecuados para que pierda los menos nutrientes posibles.

"Son preferibles las preparaciones al vapor o con un mínimo tiempo de ebullición, evitando las frituras y cocciones prolongadas", afirma. En cuanto a la porción ideal de calabaza es un trozo de alrededor 70 gramos y la doctora de Saluspot recomienda su consumo una o dos veces a la semana.

Cómo comer calabaza para evitar estreñimiento

Pero, casi siempre recomiendan hervirla, no tanto para que no pierda sus propiedades, pero sí lo suficiente para que ablande. Cuando esté blanda, se puede servir acompañada de algún tipo de queso, u otro acompañante de preferencia.

Estamos ante un alimento con un bajo contenido en calorías (entre 30 y 40 calorías por cada 100 gramos) al mismo tiempo que dispone de una gran cantidad de agua, lo que la confiere el poder saciante deseado en todas las dietas de adelgazamiento.

La calabaza o las semillas de calabaza, en particular, contienen 150 mg de magnesio por cada 28 gramos.

Calabaza

A pesar de su aspecto dulce, denso y pastoso, la calabaza es rica en fibra y agua y bajísima en calorías, ya que solo tiene 26 Kcal por cada 100 gramos.

Suave para nuestro sistema digestivo, la calabaza está indicada para combatir la gastritis, la úlcera gastroduodenal y el estreñimiento. La composición de la calabaza ayuda a prevenir las cataratas, la fotofobia y la ceguera nocturna.

También se puede consumir la semilla con todo y la cáscara, sin embargo puede caer pesada a ciertas personas por contener más elementos fibrosos. Se recomienda evitar la sal añadida a las pepitas, ya que aumenta la cantidad de sodio y no permite disfrutar del sabor natural de la pepita.