¿Cuántos días se puede quedar una cobaya sola?

¿Cuánto tiempo puedo dejar sola a mi cobaya? Si no tienes otra opción puedes dejar a tu cobaya sola durante dos días, siempre y cuando tenga suficiente comida y agua.

La vida de las cobayas, por lo general, suele tener una duración de entre 5 y 9 años.

Por lo general se trata de animales que viven entre 4 y 9 años. Determinar con exactitud cuánto vive una cobaya es complicado y prácticamente imposible de asegurar, por este motivo hemos puesto un margen de unos 5 años puesto que muchas cobayas han vivido hasta los 9 mientras que otras apenas han alcanzado los 3.

La cobaya es una mascota 'prohibida' a partir de ahora, pero podrás seguir teniéndola en casa bajo la condición de animales de compañía siempre que cumplas la ley. Así, tendrás que ponerte en contacto con la autoridad medioambiental competente en tu Comunidad Autónoma y comunicar qué especie tienes.

Las cobayas pueden aguantar sin comer de 1 a 2 días sin agua, y un poco más si se mantienen hidratadas. Por ello, lo mejor es visitar a un veterinario para saber qué es lo que le pasa a tu cobaya para que no quiera comer. En Tiendanimal queremos ayudarte a proteger a tu mascota.

Con las verduras absorben parte de los líquidos que necesita su organismo, por lo que se puede prolongar un poco más este tiempo de supervivencia sin beber. Sin embargo, no debes permitir que pasen más de dos días sin que tu cobaya tome agua.

Por eso, necesitan un hogar tranquilo en el que se sientan a gusto y protegidas. Tendrán que pasar entre uno y dos meses hasta que se acostumbre a tu presencia y, cuando esto pase, verás que son unos animales muy cariñosos y sociables.

Debe ser un sitio iluminado pero donde no dé el sol de lleno, es aconsejable que se mantenga una temperatura constante entre 18 y 24 grados. También debe ser un lugar sin corrientes de aire y donde la familia pase la mayor parte del tiempo, así nuestra cobaya se irá acostumbrando a nosotros.

¿Dónde vivirá tu cobaya?

Nuestra cobaya necesita un lugar confortable y calentito para dormir, y más en estas épocas que hace tanto frío. La cama de nuestra cobaya es el lugar donde ella querrá descansar y dormir tranquila, así que debemos situarla en un lugar donde ella se sienta tranquila y protegida.

La forma más adecuada para sostener a una cobaya en brazos es, tomarla alrededor del pecho con ambas manos y luego se sostiene con sus cuatro patas con una mano. Habla con ella para transmitirle tranquilidad e intenta no hacer movimientos bruscos que puedan generarle miedo.

Una jaula para cobayas debe tener espacio suficiente para que tu roedor no se sienta agobiado. Se recomienda un tamaño mínimo de 95 x 55 cm, dando por hecho que el animal sale a diario de la jaula para estirar las piernas y corretear.

¿Qué mascotas están prohibidas por ley?

Los cobayas siempre deben tener a su disposición heno y agua. Una vez al día le daremos una ración de verdura y fruta fresca. También se le puede ofrecer una ración de pienso de calidad al día. Agradecen un horario regular en sus comidas, lo ideal es darles de comer dos veces al día en horario fijo.

La dotación de alimento debe efectuarse al menos dos veces al día (30-40% del consumo en la mañana y 60-70% en la tarde).

Una de las razones por las que tu cobaya no come heno puede ser que tenga problemas en el sistema digestivo, motivo por el cual es fundamental destacar la importancia de una alimentación adecuada y equilibrada.

Si solo vamos a tener una cobaya, el sexo es indiferente, ya que tanto machos como hembras son excelentes compañeros y no hay grandes diferencias de comportamiento.

Estos saltitos son considerados como una forma de ejercicio físico que les permite liberar una importante cantidad de energía mientras lo hacen. Este reflejo atiende al comportamiento de una cobaya sana y feliz.

Siempre deben tener heno las 24 horas del día, ya que, por el funcionamiento de su sistema digestivo deben comer constantemente, además les ayuda a desgastar sus dientes y evitar problemas de odontológicos.

Mi cobaya me da mordisquitos

Estas succiones, que podemos confundir con mordisquitos, son, en realidad gesto de cariño. Además, también es un gesto propio de las cobayas dar pequeños mordiscos en los pies o los zapatos. En la forma en que lo hace notarás que quiere jugar contigo, pedirte comida o llamar tu atención.

A las cobayas les encanta correr, moverse y jugar, por lo que la jaula debe ser lo más grande posible para que pueda desplazarse libremente. También es recomendable sacarla un rato para que corretee por la casa y se relacione con toda la familia.

Las cobayas se comunican mediante una gran variedad de vocalizaciones y lenguaje corporal. Son animales sociables, curiosos, juguetones y cariñosos que demandan nuestra compañía y la de sus congéneres, por lo que siempre que podamos, debemos proporcionarle un compañero.

Para mantener la higiene de la cobaya, es fundamental limpiar la jaula una vez al día. Además de retirar los alimentos que nuestro animal no haya comido, también hay que eliminar del lecho las heces que pueda haber.

Las cobayas son animalitos sociales, que viven en grupo en la naturaleza. Por eso es mucho mejor si puedes tener 2 o más juntas, así se harán compañía y vivirán más felices. Las hembras suelen llevarse mejor, pero puedes también tener una pareja y esterilizar a uno o a ambos para evitar que se reproduzcan sin control.

Tendrás que ponerte en contacto con la autoridad medioambiental competente de tu Comunidad Autónoma e informar de la especie que tienes para que mantenga esa condición. Tras haberte puesto en contacto con las autoridades recibirás una autorización que te permitirá tener a esa animal hasta que fallezca.

El espacio

Te recomendamos que la jaula que adquieras tenga al menos 80-90cm de alto y 40-50cm de ancho. No obstante, si compras una jaula de mayor tamaño tu cobaya vivirá mejor. La jaula deberá tener todos los elementos básicos: bebedero, comedero, una pequeña casa de madera donde resguardarse, algún juguete…

Observa la respiración de la cobaya, que debe ser silenciosa y no debe estar fatigada. Ahora presta atención a cómo se mueve. No debe tener signos de cojera, rigidez o renuencia a moverse. La jaula debe estar limpia, con buen acceso a alimentos frescos y agua, y no debe estar superpoblada.