¿Dónde encontrar fortaleza en la Biblia?

Éxodo 15:2. Jehová es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación; este es mi Dios, y a él alabaré; Dios de mi padre, y a él ensalzaré.

La fortaleza se recibe cuando buscamos Su voluntad y no la nuestra. Con ternura nos dice: “Sé humilde; y el Señor tu Dios te llevará de la mano y dará respuesta a tus oraciones” (D. y C. 112:10).

Nuestro Dios nos da fortaleza y es nuestra fortaleza en medio de cualquier situación. De Dios recibimos el vigor espiritual y la energía necesaria para seguir adelante cuando el camino se pone difícil. Siempre podemos ampararnos en Dios: sus brazos fuertes nos sostienen y nos alientan en todo momento.

En la teología cristiana, la fortaleza es una de las virtudes cardinales que consiste en vencer el temor y huir de la temeridad.

Dios te abrace y te de la paz que en este momento necesitas, borrando de tu corazón cualquier angustia y que te llene de fortaleza para enfrentar la adversidad que ahora mismo se te presenta, recibe todas las bendiciones que tiene para darte, no dudes de él ni un solo instante, porque siempre estará acompañándote.

Capacidad de afrontar y trascender el dolor y el sufrimiento y aprender de ello. La capacidad de ver a distancia un problema, ubicándolo en un contexto más amplio. Tendencia a ver las relaciones y conexiones entre las cosas (holismo). Actuar sin causar daños innecesarios y tener una empatía profunda.

Filipenses 4:13 (Reina-Valera 1960) TRADUCCIÓN EN INGLÉS: Puedo hacer todas las cosas por medio de Cristo que me fortalece.

Ocho formas de mejorar tu salud espiritual

El Espíritu Santo puede brindarnos dicha y paz interior.

Por supuesto, en ocasiones hacemos cosas de las que nos avergonzamos cuando nos detenemos a considerarlas, pero nos arrepentimos de ellas en nuestro corazón y tomamos la determinación de no hacerlas más.

Nehemías 8:10

Luego Nehemías añadió: «Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza».

La fortaleza no se trata de lograr un propósito en sí. En su lugar, la fuerza permite a una persona perseverar frente a las dificultades y hacer su mejor esfuerzo.

Juan 3:16. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Puede que este sea el versículo más impactante y más conocido de la Biblia.

¿Qué es la fortaleza? Cuando hablamos de fortalezas, nos referimos a aquellos aspectos de la vida y de la personalidad de un individuo o de una organización que son considerados positivos, en la medida en que permiten superar obstáculos, evitar problemas o sobreponerse a situaciones adversas.

Salmos 46:1-9 PDT

Dios es nuestro refugio y fortaleza. Él siempre está dispuesto a ayudarnos en los momentos difíciles. Por eso no tendremos miedo, aunque la tierra sufra cambios y las montañas se precipiten al fondo del mar, aunque rujan los mares y se agiten sus olas, y las montañas tiemblen a causa de su furor.

Si no estás seguro de dónde comenzar, te compartimos algunas formas para encaminarte.

Y fortalecerse en el Señor es ponerse en forma espiritual. Pablo quiere que obtengamos nuestras fuerzas del Señor, porque el señor nunca ha perdido una batalla. Si dependemos de nuestras propias fuerzas para vivir la vida cristiana fracasaremos.

¿Cómo se manifiesta la fortaleza? La esencia de la fortaleza no es vencer dificultades, sino obrar el bien cueste lo que cueste. El fuerte no busca ser herido, no busca el sufrimiento, sino el bien. Lo importante es hacer el bien, no el sufrir.

La fortaleza implica afrontar y sobrepasar el peligro, así como situaciones de adversidad y esto es muy diferente a buscar situaciones que pongan en riesgo la vida propia y ajena por el simple hecho de ser arriesgados. Ser valiente requiere de un discernimiento que busca el bien.

Se conoce como fortaleza a la fuerza, vigor, firmeza, resistencia. En la doctrina cristiana, fortaleza es la tercera virtud cardinal que trata de vencer el temor y eludir la temeridad.

Salmo con ^aAlamot.

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”. Esas palabras de consuelo pueden aplicarse a todos nosotros a medida que buscamos vivir una vida buena y superar nuestros propios desafíos singulares.

Salmos 62:1-12 RVC

Solo en Dios halla tranquilidad mi alma; solo de él viene mi salvación. Solo Dios es mi salvación y mi roca; porque él es mi refugio, jamás resbalaré. ¿Hasta cuándo harán planes todos ustedes con la intención de derrotar a un solo hombre? ¡Lo ven como pared desplomada!

Algunos ejemplos de actividades espirituales son la meditación, viajes, lectura, aprendizaje, o hacer algo nuevo, focalizarse en la naturaleza o sentirse profundamente conmovido por la música.

La acción del Espíritu Santo se realiza en la Iglesia por medio de los sacramentos. Solemos decir que el Espíritu Santo es como el alma de la Iglesia porque realiza en ella algunas de las funciones que el alma realiza en el cuerpo: la vivifica, la empuja a la misión, la unifica en el amor.

Para ellas, el Espíritu Santo puede producir un sutil sentimiento de gratitud, paz, reverencia o amor (véase Gálatas 5:22–23). En las Escrituras también se describe al Espíritu Santo como un “ardor” en el pecho (véase Doctrina y Convenios 9:8–9).

el Espíritu Santo se manifiesta como Persona que actúa en toda la misión de Cristo, y que en la vida y en la historia de los seguidores de Cristo libra del mal, de la fuerza en la lucha con el espíritu de las tinieblas, prodiga el gozo sobrenatural del conocimiento de Dios y del testi- monio de Él incluso en las ...

Él es la fuente del testimonio y de la revelación personal. Puede guiarnos para tomar decisiones y nos protege del peligro físico y espiritual. Se le conoce como el Consolador, y puede calmar nuestros temores y llenarnos de esperanza.