¿Dónde guardar albaricoques?

Cómo conservar y consumir Para que se conserven mejor se guardarán en la parte baja de la nevera sin apilarlos, o en bolsas de papel perforadas. Los albaricoques secos u orejones se deben conservar en frascos de cristal bien cerrados y protegidos de la humedad.

Está en su mejor momento cuando, al presionarlos suavemente entre dos dedos, se aprecia una consistencia blanda. Se tienen que coger muy maduros para que tengan toda su finor y aroma.

¿Cuándo es temporada de albaricoques? Como puedes comprobar en nuestro calendario de frutas y verduras de temporada, la temporada de albaricoques va de mayo a agosto, aunque a veces también podemos disfrutar de esta fruta de primavera durante los meses de abril y/o septiembre.

Colócalos en la zona menos fría de la nevera, preferiblemente en el cajón destinado a frutas y verduras, sobre una base conservante transpirable, bien separados de otros vegetales climatéricos que estén emitiendo etileno, y sin amontonarlos en exceso.

El albaricoque es una fruta de temporada, es decir, solo se puede consumir fresca cuando se recolecta del árbol, entre mayo y agosto.

Fuente de vitamina C: que protege las células contra el envejecimiento prematuro. Betacarotenos: que se transforma en vitamina A en nuestro organismo y ayuda a proteger la vista y la piel. Flavonoides: esta fruta contiene pequeñas cantidades de flavonoides que actúan como antioxidantes y protegen tus células.

Es una fruta rica en β-carotenos. El β-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo, conforme éste lo necesita. En cuanto a su contenido en micronutrientes podemos comentar que posee cantidades apreciables de potasio y vitamina C.

Al final de la cosecha estival es el momento de podar el albaricoque. Este árbol es originario de Asia Central y China. En Europa se ha extendido desde la época de los Romanos, especialmente en las zonas mediterráneas, pero también se cultiva en África y América.

Es interesante realizar la poda una vez pase la época de mayores heladas. Como norma general puede ser en febrero o marzo pero dependerá de la zona donde nos encontremos.

Lo bueno de los albaricoques es su versatilidad en la cocina, se pueden comer: crudos, desecados (a los que se conocen como orejones), en almíbar, en confitura, asados etc. Pero es que también de su semilla (tóxica sin tratamiento, ya que contiene ácido cianhídrico) se obtienen aceites y aromas.

Conservar en un lugar fresco, seco y oscuro

La velocidad de las reacciones enzimáticas aumenta cuanto mayor es la temperatura, la cantidad de agua presente en el propio vegetal y la humedad ambiental. Por ello, es prioritario conservar las frutas y verduras en un lugar seco, fresco y en oscuridad.

El Damasco, es un árbol caduco que puede alcanzar los 6 m. de alto. Necesita riego medio y estar a pleno sol o semisombra para su cultivo. Resiste heladas hasta -12°C, y en temperaturas menores se debe proteger.

Es frutal que procede de climas templados y que se ha adaptado bien al clima mediterráneo de la zona de Doñana, como hemos podido observar con los damascos caracterizados.

Frutas pequeñas: 3-4 albaricoques, 3-4 ciruelas, 3-4 nísperos, 3-4 mandarinas…

Bueno para comer entre horas

En el caso del albaricoque, tomar dos o tres piezas a media mañana o por la tarde proporcionan mucha vitamina A, a través del betacaroteno, elemento que da a esta fruta su tono anaranjado. De hecho esta ración de fruta contiene la mitad de la dosis diaria recomendada de vitamina A.

Si te preguntas si existen frutas que contienen hierro, la respuesta es sí. No son muchas, pero entre ellas están la naranja, las granadas, las fresas y las frambuesas. Pero las frutas con mayor cantidad de hierro son los albaricoques, por lo que muchos profesionales de la salud los recomiendan para combatir la anemia.

Frutas: el melón, la manzana y la pera son las frutas más recomendadas por los expertos para llevarse a la boca por la noche. Las tres son bajas en azúcar y en calorías. Por otro lado, la manzana tiene un gran poder saciante, mientras que la pera y el melón contienen una gran cantidad de agua.

Beneficios del albaricoque para tu piel

Sobre todo, es un gran hidratante y por sus propiedades antioxidantes, es un factor ideal para el cuidado y el tratamiento de tu cutis y de tu cuerpo. Es un componente muy utilizado para las pieles secas y con arrugas, ya que las nutre y las rellena de una manera muy eficaz.

El albaricoque, también conocido en algunas otras regiones como damasco, albérchigo o chabacano, es el fruto del albaricoquero, árbol de la familia de las Rosáceas. Este es un fruto delicioso, de carne jugosa y firme, con un sabor dulce.

Es una fruta rica en β-carotenos. El β-caroteno se transforma en vitamina A en nuestro organismo, conforme éste lo necesita. En cuanto a su contenido en micronutrientes podemos comentar que posee cantidades apreciables de potasio y vitamina C.

“El melocotón es de mayor tamaño y más dulce que el albaricoque, más pequeño y con un sabor ligeramente ácido. Aunque tienen similar contenido en azúcares, el melocotón es más jugoso y rico en agua, mientras que el albaricoque tiene una pulpa más densa y aporta más fibra alimentaria por cada 100 g.”.

Una copa de albariño aporta 70 KCal.

Resumen: Podar árboles

La época recomendada para la poda de árboles y ramas es entre el 1 de octubre y el 28 de febrero. Del 1 de marzo al 30 de septiembre es un periodo sensible para las aves por la época reproductora, por lo que no se permite ninguna poda intensiva durante estos meses.

Fructifica a partir de dos o más años, dependiendo de su situación y vigor. Tienen capacidad de vestirse de ramos mixtos más pequeños, brindillas o dardos. En él encontraremos los frutos de mayor calidad y calibre.

Es recomendable hacerlo a finales de invierno o principio de primavera cuando el patrón empieza a tener movimiento de savia.

Sus frutos, los albaricoques, maduran en primavera y en otoño. Se comen tanto en crudo como cocinados, en mermelada o como fruta seca. Sus hojas tienen forma dentada, son de color verde muy intenso, y florece a finales de invierno en tonos blancos y rosáceos, como se aprecia en las fotografías.

Lo mejor es podar la higuera una vez sus hojas caducas hayan caído, en su momento de inactividad. Es decir, en estas situaciones hay dos momentos del año para hacer esta poda: al final del verano y al final del invierno o comienzo de la primavera, cuando este comience a crecer de nuevo.