¿Dónde podemos encontrar los iones?

Los iones pueden existir en ambientes sólidos, líquidos o gaseosos, aunque son más comunes en líquidos, y se combinan formando sales.

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Los iones se forman por ionización, término que hace referencia al fenómeno de pérdida o ganancia de electrones del átomo cuando se somete a una serie de procesos. Cuando la carga eléctrica es positiva, recibe el nombre de catión, y cuando es negativa, de anión.

Los iones se producen espontáneamente en la naturaleza por diferentes razones: por los saltos de agua, por fenómenos meteorológicos (tormentas, rayos, vientos, etc.), por radiaciones de la tierra, por radiaciones cósmicas y por otras muchas causas.

Átomo o molécula que tiene una carga eléctrica positiva o negativa. El sodio, el potasio, el calcio, el cloro y el fosfato son ejemplos de iones.

Producción de iones

Los iones cargados negativamente se producen cuando un electrón libre choca con un átomo y posteriormente queda atrapado dentro de la barrera de potencial eléctrico, liberando cualquier exceso de energía. El proceso se conoce como ionización por captura de electrones.

Se forman cuando un metal pierde electrones, y los no metales ganan esos electrones. La atracción electrostática entre positivos y negativos atrae las partículas entre sí y crea un compuesto iónico, por ejemplo el cloruro de sodio.

Un ion es un átomo con carga (positiva o negativa) . Para formar un ion, un elemento debe ganar o perder un electrón. Ganar o perder electrones crea un ion. Si un átomo gana un electrón, tiene más electrones que protones, creando un átomo general de un elemento con carga negativa.

Estos ayudan a que los nutrientes circulen hacia las células, a eliminar los desechos celulares y a que los músculos, los nervios, el corazón y el cerebro funcionen correctamente.

Funciones de los principales electrolitos (iones)

Regular la presión osmótica y el contenido de agua del cuerpo, transmitir señales nerviosas, contraer músculos, etc. Transmitir señales nerviosas y contraer músculos, incluido el corazón, etc. Contraer músculos, formar huesos y dientes, activar enzimas, etc.

Estos iones positivos se emiten a través de WiFi, teléfonos móviles, contaminación del aire, bombillas fluorescentes, microondas, por nombrar sólo algunos. Demasiada exposición a iones positivos puede causar alergias, debilitar la fuerza y ​​el estado natural del cuerpo, crear letargo, depresión, insomnio, ansiedad, fatiga y más .

Mejoran la función inmune. Purifican la sangre. Equilibran el sistema nervioso autónomo, favoreciendo el sueño profundo y una digestión saludable.

El cuerpo humano (y el de otros animales similares) utiliza iones en varios lugares - por ejemplo, para mantener un balance de fluidos, transmitir impulsos en los nervios, y contraer músculos. Los iones juegan un rol importante en el funcionamiento de baterías, como la batería de plomo-ácido, común en automóviles.

Los iones con una carga positiva se denominan cationes. Los que tienen carga negativa se denominan aniones.

En la naturaleza, los iones positivos comúnmente se forman por fuertes vientos, polvo, humedad y contaminación . Están en sus niveles más altos justo antes de una tormenta eléctrica. En general, cualquier cosa que sea tóxica o tenga capacidades electromagnéticas generará iones positivos dañinos.

Nos cambia el estado de ánimo, nos pueden aparecer dolores de cabeza, depresión, irritabilidad, nerviosismo, enfermedades respiratorias como bronquitis o asma y malestar en general. Si por el contrario, estamos en ambientes donde hay una carga de iones negativos, esto influirá positivamente en nuestro cuerpo.

Un ion se representa mediante el símbolo del elemento del que procede, con un superíndice a la derecha, que indica la carga que posee mediante un número y el signo + o el signo -. Los cationes han perdido electrones en el número que indica la carga positiva.

El proceso de ionización logra extraer las sustancias tóxicas impregnadas en órganos excretorios tales como el riñón, la vejiga, el hígado, la vesícula, los genitales, los pulmones, la piel, etc. Esta depuración nos lleva a eliminar problemas de salud, que pueden irse agravando con el tiempo.

En el agua líquida hay una leve tendencia a que un átomo de hidrógeno salte del átomo de oxígeno al que está unido covalentemente, al otro átomo de oxígeno al que se encuentra unido por un puente de hidrógeno §. En esta reacción se producen dos iones: el ion hidronio (H₃O⁺) y el ion hidróxido (OH^-).

Existen dos tipos de iones, definidos en función de la carga eléctrica que contienen. Sus nombres son cationes y aniones.

Por tanto, el ion más grande es el ion S^2-.

Cuando el átomo cede o pierde electrones, se convierte en un ion positivo o catión del elemento de que se trate. En el caso contrario, cuando el átomo gana algún electrón en la última órbita, se convierte en un ion negativo o anión.

Los elementos forman iones para ganar estabilidad al alcanzar la configuración de gas noble . Pierden o ganan electrones para formar iones que conducen a una configuración de capa exterior completamente llena y, por lo tanto, a la estabilidad.

Los minerales de mayor importancia en la nutrición humana son: calcio, hierro, yodo, flúor y zinc, y únicamente éstos se tratan en detalle aquí. Algunos elementos minerales son necesarios en cantidades muy pequeñas en las dietas humanas pero son vitales para fines metabólicos; se denominan «elementos traza esenciales».

Los compuestos formados por iones se denominan compuestos iónicos (o sales), y sus iones constituyentes se mantienen unidos por enlaces iónicos: fuerzas electrostáticas de atracción entre cationes y aniones de carga opuesta.

El agua transporta los nutrientes a las células del cuerpo y se encarga de retirar de las mismas los residuos o sustancias de desecho. También ayuda a regular la temperatura corporal mediante la redistribución del calor desde tejidos activos hasta la piel y mediante el enfriamiento del cuerpo a través del sudor.

Cuando una molécula de agua (H₂O) es bombardeada por partículas cargadas (iones), o por fotones de suficiente energía, pierde uno de sus electrones, formando una especie con carga positiva: el ion H₂O⁺. Este es el proceso que se conoce como ionización.