¿Dónde se creó el baño?

Un breve recorrido por la historia del retrete La historia del retrete se remonta 4.000 años. Fue en la isla de Creta, en el palacio real de Cnosos, donde se ha encontrado vestigios de lo que podría haber sido el primer inodoro de la historia.

Alexander Cummings patentó en 1775 el inodoro moderno, que incorporaba un sifón en el desagüe. El ebanista Joseph Bramah presentó varias mejoras en 1778 que mejoraron su funcionamiento y su aislamiento. La imagen sobre estas líneas muestra un retrete de 1880 con el mecanismo ideado por Bramah.

En la antigüedad, los hombres primitivos empleaban la postura de cuclillas para defecar al aire libre, lo cual, dicho sea de paso, es lo más natural y más efectivo, ya que la capacidad de la cavidad intestinal se ve reducida y, al aumentar la presión del abdomen, se estimula la expulsión de las heces.

al II d. C.), las personas utilizaban el tersorium o xylospongium para limpiarse la zona circundante al ano. Consistía en un varita con una esponja vegetal en uno de sus extremos. Luego de la limpieza personal, era depositado en un recipiente que contenía agua con sal o vinagre.

Los primeros sistemas de eliminación de desechos humanos eran muy primitivos y consistían en simplemente excavar hoyos en el suelo, letrinas o pozos ciegos. El inodoro moderno con una taza de cerámica y un sistema de descarga fue desarrollado en el siglo XIX.

De hecho, quizá no te lo hayas preguntado antes, pero la evidencia sugiere que los primeros baños hicieron su 'debut' alrededor del 3.000 a.C, y en ellos quizá no te habrías relajado tanto puesto que eran espacios comunes: baños de vapor en Europa o fríos en Asia.

En esta etapa, se distinguían básicamente tres modalidades de baño: 'Frigidarium' (baño frio), 'Tepiraium' (baño tibio) y 'Caldarium' (baño caliente o de vapor). También los árabes ejercitaron y difundieron (en ocasiones como rito purificador) el baño común y colectivo.

Se creyó que los baños eran un punto de propagación de enfermedades como la peste o la sífilis. Pensaban que entraban con más facilidad al abrirse los poros de la piel con el agua caliente y el vapor.

El baño se efectuaba metiéndose en el agua cogida a una maroma, que era sujetada por unos mozos a los que se llamaba «maromos». La hora de baño debía ser con marea alta porque el agua estaba más caliente, limpia y próxima a las casetas, lo que venía a ser entre las diez de la mañana y las cinco de la tarde.

Un baño de piedra construido hace unos 500 años para el Inca fue descubierto por un grupo arqueólogos en los Andes de Perú, en una infraestructura que además de prestar servicios higiénicos tenía principalmente una función religiosa, dijeron expertos el viernes.

El hedor del cuerpo humano era amortiguado con perfumes persistentes. Durante la Edad Media (siglos XV – XVI), la clase alta se tomaba un baño al menos una vez cada pocos meses, pero para el siglo XVIII ya había desaparecido por completo.

La reina Isabel estaba orgullosa de su falta de higiene

La reina Isabel I de Castilla presumía de haberse bañado sólo dos veces en su vida. Ella creía que bañarse era una debilidad y que el olor a suciedad demostraba santidad.

El baño en la antigua Grecia era para los ricos

Únicamente los ricos tenían acceso a grandes baños públicos con agua corriente. Para el resto, el baño significaba frotarse el cuerpo con aceite de oliva y usar una especie de raspado para quitar la suciedad.

Durante la mayor parte de la historia la ropa se ha lavado en el río, arroyo o charca más cercana. Básicamente, se sumergía la ropa, se frotaba con una tabla o una piedra para arrancar la suciedad (primero con cenizas y luego jabón) y después se enjuagaba en el agua y se dejaba secar en la orilla.

Los baños de un castillo generalmente se construían en las paredes de modo que se proyectaran sobre ménsulas y cualquier desperdicio cayera debajo y en el foso del castillo. Aún mejor, los desechos de los castillos iban directamente a un río, mientras que otros colgaban convenientemente sobre un acantilado.

El antiguo inodoro que usaban los romanos era similar a una plancha o placa agujereada apoyada sobre dos soportes de mampostería; en otras ocasiones era un simple agujero en el suelo. Otra opción pasaba por la utilización de utensilios con formas de bote y de palangana a modo de orinal.

Los baños se tomaban en una sola bañera enorme llena de agua caliente. El jefe de la familia tenía el privilegio del primer baño en agua limpia. Luego, sin cambiar el agua, llegaban los demás en la casa, en orden de edad, mujeres, también por edad y, finalmente, niños. Los bebés eran los últimos en bañarse.

La higiene pública fue completamente descuidada durante la colonia: las escasas medidas que se tomaban cuando había alguna epidemia, eran olvidadas apenas pasaba el peligro (...) la primera medida de aseo data de 1550, en que el Cabildo ordenó la limpieza de las calles, por los indios o esclavos de cada casa”.

Tipos de baños y sus utilidades

Aunque el uso del anglicismo está plenamente asentado en España y en algunos países de América, no deben olvidarse otras denominaciones más propiamente españolas, como inodoro, poceta Ven. o taza, para el primer sentido; y (cuarto de) baño, lavabo, aseo o servicio, para el segundo.

En la edad moderna no existían hábitos de higiene propiamente dichos. En las clases más acomodadas se exigía cierto nivel de acicalamiento para una presentación optima en sociedad, que era al mismo tiempo una forma de demostrar estatus social.

Baño de 1920

El baño moderno floreció en el siglo XX, al igual que el modernismo, el diseño de interiores y el consumismo. Los diseñadores y fabricantes inventaron innumerables accesorios como toalleros, cepillos de dientes y jaboneras en barra, tocador, fundas para asientos y alfombrillas y cortinas de ducha.

En Europa la gente se baña menos que en Latinoamérica. Los motivos de las diferencias en la higiene personal, dicen los expertos, tienen origen cultural, pero influyen los climas fríos y también la tipología de piel, que puede verse afectada por ducharse todos los días.

Los europeos se limpiaban los dientes con trapos envueltos en sal u hollín. Lo creas o no, a principios del siglo XVIII, un médico francés llamado Pierre Fauchard le dijo a la gente que no se cepillara los dientes.

En la Edad Media, los hogares se calentaban con hogueras, que también eran empleadas para cocinar, en un sistema llamado “fuego a cielo abierto”. Más tarde se inventó la chimenea, que reemplazó al fuego a cielo abierto, y que permitía que el humo saliera al exterior.

Retretes y letrinas

Primero, los nobles contaban con pequeñas letrinas apostadas en las paredes de los castillos, el retrete tenía un agujero que daba directamente al vacío, así los excrementos caían o quedaban embarrados en la pared del castillo.

Las playas se hacen populares

Sin embargo, fue en el siglo XIX cuando el baño en las playas se popularizó en España. Durante esta época, se produjo un cambio en la mentalidad de la sociedad, que comenzó a ver el mar como un lugar de recreo y descanso.