¿El amontillado se sirve frío?

Para poder apreciar los matices únicos de un buen vino generoso, como un Fino, Manzanilla o los más complejos, Amontillado, Palo Cortado y Oloroso, es preferible servirlos ligeramente fríos, entre 8 y 10 grados centígrados.

Para amontillados, palo cortados y olorosos mi recomendación es servirlos a una temperatura de entre 12 y 15 grados, más caliente el vino se mostrará desequilibrado y potencialmente demasiado alcohólico. Con los vinos dulces también recomendaría servirlos fresquitos, cuanto más dulce y joven, más frio.

Para disfrutar del vino amontillado en todo su esplendor, hay que servirlo a su temperatura ideal, la cual oscila entre 12 y los 14 grados. Una temperatura más baja no nos permitirá sentir todos los matices, mientras que una más alta hará que el sabor del alcohol opaque todo lo demás.

A modo de orientación estos son los tipos de vinos que se deben tomar fríos: Vino espumoso entre 5 °C y 8 °C. Vino blanco dulce entre 6 °C y 10 °C. Vino blanco joven seco entre 6 °C y 10 °C.

¿Cuál es temperatura ambiente ideal para el correcto funcionamiento de la cava? Las cavas Vondom están diseñadas para funcionar correctamente en ambientes cuya temperatura varíe entre 10ºC y 26ºC.

Con el resto de vinos, como olorosos, amontillados, palo cortados o dulces, aguantan perfectamente mucho más tiempo, ya que su evolución es más lenta pudiendo permanecer en la nevera de 2 a 3 meses.

Si te preguntan, ¿qué es un amontillado? Es un vino con un marcado carácter jerezano, a pesar del origen de su nombre que lo encontramos en la vecina localidad de Montilla Moriles a cuyos vinos se asemejaban estos. En una copa se combinan en perfecto equilibrio, la crianza biológica y la oxidativa.

Amontillado: cuando el Jerez se oxida, se dice que se amontilló, significa que cambia de color, pasa de un color pálido a ámbar, pierde el aroma punzante a levadura y adquiere aroma a avellana.

Un Fino que comienza su camino hacia el Amontillado, uno de esos vinos que bodegueros y conocedores siempre han llamado Fino Amontillado, aunque las normas vigentes parezcan no tengan en cuenta esta antiquísima categoría de vinos.

Puede acompañar una comida completa, especialmente se toma con frutos secos, quesos muy curados, jamón, consomés y guisos de carne gelatinosa.

Contrariamente, si un vino está «frío«, apenas notaremos los aromas porque estarán enmascarados y además notaremos más la percepción de acidez.

Un vino blanco con un grado alto de acidez debe servirse fresco, mientras que uno dulce mejora a menor temperatura cuanto más azúcar contenga. Por otro lado, uno seco no debería servirse por debajo de 8ºC ni por encima de 10ºC, ya que se verían afectados sus sutiles aromas y su alcohol.

Los vinos tintos que tengan atributos moderados pueden beberse con una temperatura entre 12 o 14 grados. Mientras que los de máxima calidad se han de consumir sobre los 16 o 18 grados. A temperatura algo más elevada, sus propiedades se acentúan y se liberan.

Para enfriar correctamente una botella de cava, lo mejor es ponerla 24 horas antes de servirla en la nevera, a una temperatura bien fría. En el momento de servirla, nos será de gran utilidad disponer de una cubitera con hielo y agua.

Mantenga una temperatura fija en su CoolBot y evite fluctuaciones grandes de temperatura. Asegúrese que la cava de vino no reciba luz del sol de manera directa. Utilice estantes como este para mantener la botella de vino almacenada de lado.

Vino blanco: como sucede con el tinto, varía entre sus dos vertientes, aunque en menor cantidad. 10 ºC es la temperatura para el vino blanco seco y 12 ºC para el vino blanco dulce. Vino espumoso: todos los vinos espumosos (como el cava o el champán) se toman más fríos.

El Amontillado es un vino muy singular, ya que combinada la crianza bajo velo de flor, propia del Fino y la Manzanilla, con un período posterior en el que el velo de flor desaparece y el vino se expone a la oxidación.

En cuanto a su conservación, estos vinos suelen tener larga vida; incluso, una vez abierta la botella, mantendrá sus características organolépticas durante uno o dos meses si lo tienes bien tapado y en el frigorífico.

Una vez abiertas, guárdalas con el tapón bien cerrado, y en el caso de Finos y Manzanillas siempre dentro del frigorífico. Para que disfrutes de todas las cualidades del vino de Jerez es importante que lo consumas dentro de un periodo de tiempo prudencial.

El amontillado es un vino generoso propio de Montilla y del Marco de Jerez, Andalucía (España). Por sus características enológicas se halla entre el fino y el oloroso.

El palo cortado es un vino de jerez de crianza oxidativa que se caracteriza por su finura y elegancia en nariz, parecida a la de los amontillados, y por su estructura y potencia en boca típica de los olorosos.

De hecho, la manzanilla evoluciona bajo un velo de flor algo más grueso, debido a la cercanía del mar, suavizando su sabor ligeramente salino y dándole toques dorados a la vista. El fino, sin embargo, alcanza tonos de oro pálido y en nariz toques más almendrados y punzantes.

Durante la época andalusí (711-1264), la ciudad de Jerez de la Frontera fue conocida como Sherish, y fue una urbe de gran importancia​ dentro de la cora de Sidueña.​ Durante los siglos XII y XIII Jerez vivió una etapa de gran desarrollo: se construyó su sistema defensivo y se configuró el trazado urbanístico del actual ...

El oloroso es un vino que definimos como de crianza Oxidativa porque el vino entra en contacto con el oxígeno desde el origen, el contacto con el oxígeno ocurre por la falta del velo mágico llamado “Flor”.

A partir de ahí surgen los distintos tipos de Vino de Jerez.

El fino es un vino generoso, propio del Marco de Jerez y de Montilla-Moriles, en Andalucía (España).

La principal diferencia es la ubicación de la bodega, pues si se trata de un vino que ha sido envejecido en Sanlúcar de Barrameda, se etiquetará bajo la Denominación de Origen Manzanilla Sanlúcar de Barrameda, y si ha sido criado en una bodega en Jerez, se etiqueta bajo la DO Jerez.