¿Por qué el vino mejora con los años?

El vino mejora con los años debido a la evolución de su sabor, la oxigenación controlada, el almacenamiento adecuado y la influencia de la variedad de uva. Este proceso fascinante hace que el vino sea una bebida única y valiosa que puede ser apreciada en su máxima expresión con el tiempo.

El vino sabe mejor con la edad debido a una compleja reacción química que ocurre entre azúcares, ácidos y sustancias conocidas como compuestos fenólicos. Con el tiempo, esta reacción química puede afectar el sabor del vino de una manera que le da un sabor agradable.

“Mejoras con los años, como el buen vino” es un dicho español que se emplea para alabar la madurez de una persona.

'Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos' (Marco Tulio Cicerón)

Los vinos reserva son aquellos cuya crianza, en el caso de los vinos tintos, requiere, como mínimo, un periodo de 3 años. Al menos 12 meses el vino permanece en barricas de roble. Para blancos y rosados la cifra sería de 24 meses totales de guarda, con un mínimo de 6 que deben transcurrir en barrica.

El mito: "un vino, entre más viejo, mejor" sigue latente entre muchos de los consumidores de vino. Es necesario entender un hecho muy importante: alrededor del 90% del vino que se produce en el mundo no está hecho para envejecer más de 5 años.

Que si los vinos caducan. Pues no, no caducan. Dicho en el sentido de que haya una fecha a partir de la cual su consumo ponga en peligro vuestra salud. Otra cosa es que el líquido resultante por el paso del tiempo sea más o menos agradable.

Para la categoría más prestigiosa del vino quedan reservados los largos periodos de envejecimiento, que deben ser de unos cinco años (60 meses). De ellos, en la mayoría de regiones españolas, al menos 18 meses deben transcurrir en barrica y el resto en botella.

Estos vinos tintos envejecen durante 5 años en bodega, de los cuales permanecen 18 meses en barrica de roble y el resto en botella. En el caso del vino blanco y el rosado será de 48 meses de envejecimiento total, que deberán de ser como mínimo de 6 meses en barrica de roble.

Los vinos de Crianza se pueden guardar entre cuatro a cinco años, los vinos de Reserva puedes entre ocho a diez años. Y los que más los vinos de Gran Reserva que se guardan 15 años o más.

3- Selección de refranes del vino

«El vino agrada y el agua enfada». «En invierno no hay mal abrigo con una copa de buen vino». «El que un buen vino bebe, a beberlo vuelve». «Clases de vino sólo hay dos: el buen vino y el mejor vino«.

Todos alguna ves hemos escuchado –o usado- el refrán “… como el buen vino, entre más viejo más bueno”, y esto se ha convertido en una creencia que algunos catadores de vino afirman.

10 y le dice: "Todo hombre pone primero el buen vino, y cuando están ya bebidos, pone el peor; tú has reservado el vino bueno hasta ahora. 11 Este que fué el principio de los milagros hízolo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria y creyeron en él sus discípulos.

La principal diferencia entre ambas regiones es el clima. Los vinos de la Ribera del Duero suelen ser más potentes y tánicos que los de La Rioja. Esto se debe en parte al clima más extremo de la Ribera del Duero, que se caracteriza por veranos calurosos y secos e inviernos fríos.

Conclusión. La diferencia de calidad entre un vino de crianza o de reserva reside en el tiempo de envejecimiento. En el caso de los tintos blancos y rosados de cada denominación, el tiempo es menor a los tintos. Está claro: los vinos Reserva son de mayor calidad que los de Crianza.

¿QUÉ ES MEJOR VINO CRIANZA O RESERVA? Esta pregunta es habitual entre los consumidores. Los vinos reserva, por lo general, son considerados de mayor calidad que los vinos crianza, precisamente, porque su tiempo de envejecimiento es mayor y por las propias características de la uva con la que se ha elaborado.

Un buen vino debe tener una textura suave y aterciopelada, con un equilibrio adecuado entre los taninos, la acidez y el alcohol. Luego, debes evaluar el sabor del vino. Un buen vino debe tener un sabor intenso y complejo, con matices de frutas, especias u otros sabores distintivos.

El color del vino es extraño (café sobre todo), turbio o sin brillo (a excepción de los vinos naturales). El vino huele o sabe a: vinagre, corcho, huevo podrido, acetona, barniz de uñas, ajo, cebolla, fruta en descomposición, cartón mojado, azufre, pegamento, jabón, moho, establo (sí, literal a establo de caballo).

Para saber si un vino está picado fíjate en el corcho. Si está manchado más allá de la base significa que ha habido una “fuga” de vino a través de él. Lo que ya ha comprometido el contenido a una oxidación. También en el momento de manipularlo, si se rompe o tiene grietas antes de abrirlo es señal de deterioro.

Una pregunta típica es en qué se diferencia un vino joven, un crianza y un reserva. A priori, se podría decir que la diferencia es que un vino joven no permanece en barrica mientras que el reserva tiene más asiento en roble que el crianza.

¿Cuál es la diferencia entre un vino roble y un vino de crianza? Como siempre, el tiempo. Los vinos que llamamos roble han pasado por barrica un tiempo inferior a seis meses, mientras que, si han estado más tiempo, los consideraremos vinos de crianza. En total, estos vino acumulan un envejecimiento mínimo de 24 meses.

Entre las propiedades del vino tinto queremos destacar que es realmente bueno para la piel y, de hecho, previene su envejecimiento. El vino tinto está lleno de antioxidantes como el flavonoide, el resveratrol y el tanino que nos ayudan a combatir el envejecimiento, a restaurar el colágeno y las fibras elásticas.

Así que ya puedes imaginar la potencia de sabor y aroma de un amontillado de 100 años. En cuanto al vino dulce de más de 100 años es como si te tomases una uva pasa líquida pero a su vez tiene sabor y aroma a chocolate negro, a café y a higo.

Entre los vinos italianos que mejor soportan el envejecimiento en botella encontramos importantes tintos como el Barolo, el Montepulciano d'Abruzzo, el Brunello di Montalcino, el Chianti Classico o el Amarone della Valpolicella.

Botella de vino tinto: Si el vino es joven, su conservación puede ser de dos años desde su embotellado. Si se trata de un vino con crianza esta conservación se alarga entre dos y cinco años y si estamos ante un reserva este periodo se amplía entre seis y diez años.

Los hallazgos arqueológicos indican que las primeras cervezas fueron elaboradas hace unos 10.000 años en la región de Mesopotamia, en la actual Irak. Por otro lado, se sabe que la producción de vino se inició en el Cáucaso hace alrededor de 8.000 años.