¿Por qué fue quemada Juana de Arco?

Así, con el veredicto decidido de antemano, los ingleses llevaron a Juana ante un tribunal eclesiástico formado por teólogos contrarios al rey francés. Juana fue acusada de setenta cargos, que incluían brujería, herejía, travestismo, y tenencia de armas.

El tribunal la declaró culpable de herejía y fue quemada en la hoguera. El veredicto del juicio fue posteriormente revocado en apelación por Jean Bréhal, el Inquisidor General en 1456, exonerándola por completo. Considerada una heroína nacional de Francia, fue declarada santa por la Iglesia Católica en 1920.

Y es que eso fue considerada para quienes la juzgaron: una hereje, una bruja, un ser maligno. Juana de Arco, una mujer traicionada por su rey, Carlos VII, quien no movió un solo dedo para evitar su muerte.

Según la leyenda, las cenizas de la doncella de Orleans, la heroína francesa que se resistió a la invasión inglesa y acabó quemada viva por hereje a los 19 años, fueron arrojadas al río Sena el 30 de mayo de 1431 en Ruán y sólo su corazón permaneció milagrosamente intacto.

Luego induce al rey a ir Reims para su consagración. Juana es hecha prisionera en Compiègne por los borgoñones, que la venden a los ingleses. En Ruan, un tribunal de la Iglesia condena a Juana por herejía; es ejecutada el día 30 de mayo.

Incluso cuando fue quemada, Joan no se retractó. Hasta el final, continuó afirmando que las voces que había escuchado toda su vida eran de naturaleza divina. Pidió ayuda a sus tres santos favoritos mientras ardía. Justo antes de perder el conocimiento, gritó: "¡Jesús!"

La leyenda asegura que los restos de la santa fueron arrojados al río Sena, pero otro cuento popular dice que se recuperaron de entre los leños quemados; estas reliquias las ha conservado el arzobispado de Tours.

Respuesta y explicación: La traición y posterior muerte de Juana de Arco podría atribuirse al monarca francés reinante o a algunos de sus hombres que la dejaron sola durante una escaramuza nocturna . El 24 de mayo de 1430, sin saberlo, quedó desprotegida fuera de las murallas de Compiegne.

Calcinada en la hoguera

Respetada, creída y seguida por el rey y sus discípulos, la suerte de Juana dio un giro brusco poco tiempo después. En mayo de 1430 fue capturada por soldados franceses aliados a Inglaterra, vendida a los ingleses y condenada por herejía a la hoguera, en la que murió calcinada.

Juana de Arco (Jeanne D'Arc, c. 1412-1431) fue una campesina medieval que, afirmando recibir visiones de Dios, cambió las tornas de la guerra de los Cien Años a favor de la victoria francesa. Fue martirizada por sostener su afirmación de inspiración divina y posteriormente canonizada como santa.

En su esfuerzo por defender el pueblo y sus habitantes, la arrojaron de su caballo y la dejaron afuera de las puertas del pueblo cuando se cerraron. Los borgoñones la tomaron cautiva y la llevaron entre mucha fanfarria al castillo de Bouvreuil, ocupado por el comandante inglés en Rouen.

Mientras las tropas asolaban el país, la pequeña Juana, de tan solo trece años, se enfrentó a una serie de visiones divinas que cambiarían su vida para siempre. Según sus declaraciones, San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita le aconsejaron llevar una vida devota y piadosa.

No, Juana de Arco no tuvo hijos . Tenía sólo 16 años cuando dejó su casa para luchar contra los ingleses en Orleans.

Los doctores parisinos se referían a Juana de Arco, capturada unos meses antes y que acababa de ser entregada a los ingleses. La acusaban de provocar «escándalo» en Francia por haberse puesto al frente de un ejército con la pretensión de ser una enviada de Dios; ella, que no era más que una campesina de 18 años.

Juana de Arco nació en Domremy, una pequeña ciudad del noreste de Francia, en 1412, una de los cinco hijos de Jacques e Isabelle. Joan creció en una familia de agricultores pobres y no fue a la escuela, sino que se hizo cargo de los animales de la granja. Su madre también le enseñó a hilar y coser.

Primeros años de vida

Juana de Arco, también conocida como la Doncella de Orleans, nació en Domremy, Francia, alrededor del 6 de enero de 1412. Los miembros de su familia eran campesinos. Cuidaba a los animales de la granja y era buena cosiendo e hilando. Joan nunca fue a la escuela y era muy religiosa.

Su padre era Jacques de Arco y su madre era Isabelle Romee. Joan tenía tres hermanos: Jacquemin, Pierre y Jean. También tenía una hermana, Catalina , que murió antes de que Juana partiera en su misión de ayudar al Delfín en 1429. La familia de Juana, y la mayor parte de Domrémy, apoyaron al Delfín.

Juana de Arco, la Doncella de Orleans, fue acusada de hereje, reincidente, apóstata e idólatra y sentenciada a morir en la hoguera, en Ruán, en el noroeste de Francia.

El genealogista Michel de Sachy de Fourdrinoy escribió en el Bulletin de l'Alliance française de octubre de 1973: "ya no se conocen descendientes de los hermanos de la Doncella". El erudito François de Bouteiller determinó que el tatarabuelo de Juana, Charles du Lys (muerto en 1632), era el "último varón restante de la línea".

Isabelle Romée, también conocida como Isabelle de Vouthon e Isabelle d'Arc (1377-1458) e Ysabeau Romee, fue la madre de Juana de Arco .

Juana de Arco tuvo muchos amigos y compañeros durante su vida que variaban desde los simples campesinos con los que vivía en su ciudad natal de Domremy hasta los líderes de Francia que incluían a Carlos VII, el rey de Francia, así como aquellos que lucharon contra ella por los ingleses. .

Catalina de Arco de Lys

También se sabe muy poco sobre Catalina, ya que se casó con Colin, el hijo del alcalde de Greux, y murió joven al dar a luz a finales de 1429.

1 Joan nació como la menor de una familia de cinco . Su padre era un campesino que tenía poco dinero. Ella nunca aprendió a leer ni a escribir. Sin embargo, en su corta vida, se convirtió en una de las personas más famosas de la historia.

Incluso si no hubiera habido nada más inusual en el noble bretón Gilles de Rais (1404-1440), su destacada carrera como soldado en la Guerra de los Cien Años y como compañero de armas de Juana de Arco habría sido suficiente para garantizar su lugar en la historia.

Incluso cuando fue quemada, Joan no se retractó. Hasta el final, continuó afirmando que las voces que había escuchado toda su vida eran de naturaleza divina. Pidió ayuda a sus tres santos favoritos mientras ardía. Justo antes de perder el conocimiento, gritó: "¡Jesús!"