¿Por qué los árboles reducen el calor?

“El árbol al momento de que capta la radiación solar absorbe los fotones (energía luminosa y calórica) de tal manera que se convierten en termorreguladores, es por eso la expresión de calor a la sombra y calor a la luz del sol es muy diferente, un árbol nos puede reducir la insolación más del 50 por ciento”, describió.

En primer lugar, las plantas y los árboles absorben el dióxido de carbono y liberan oxígeno, lo que ayuda a purificar el aire. Además, las hojas y las ramas de las plantas proporcionan sombra y reducen la radiación solar directa, lo que ayuda a mantener las temperaturas más frescas.

Los árboles pueden reducir unos 10 grados la temperatura mediante la evapotranspiración, captando CO2 y emitiendo vapor de agua. Además, nos proporcionan más zonas de sombra, ayudan a limpiar el aire y hacen las ciudades lugares más agradables.

Los bosques son los principales almacenadores de carbono de nuestro planeta. Sin embargo, cuando se talan los árboles por razones agrícolas o para construir infraestructura se emiten a la atmósfera grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático.

Además de generar aire limpio, los gigantes verdes pueden favorecer también a la salud mental al reducir el estrés. Con su sombra, los árboles se convierten en refrescantes oasis en los que la temperatura ambiental se reduce entre 8 y 10ºC.

Aunque parezca contrario a nuestra intuición, la temperatura del aire al sol y a la sombra es la misma.

El efecto de enfriamiento de los árboles proviene principalmente de la sombra y la transpiración, que es cuando el agua que encontramos en el interior del árbol se libera como vapor de agua a través de sus hojas.

Reducen la temperatura entre 2 y 8 grados centígrados. En ciudades de clima caliente, esto representa un ahorro económico en el consumo de energía. Estudios han demostrado que un árbol puede producir el mismo efecto de enfriamiento que el aire acondicionado en una habitación.

Las fuentes, los estanques, los lagos y los jardines en tejados en las zonas urbanas también moderan los extremos de temperatura y reducen el efecto urbano de isla térmica, lo que ahorra energía y mejora la calidad del clima en las ciudades.

La Palmera Areca, también conocida como Palma de Bambú, es otra excelente opción para absorber el calor en espacios interiores. Esta planta tropical es conocida por su elegancia y su capacidad para eliminar toxinas del aire.

Coníferas urbanas, las mejores aliadas contra la polución

"Las coníferas generalmente absorbieron más HAP gaseosos que los árboles de hoja ancha. Otra ventaja de las coníferas es que además actúan como purificadores del aire en invierno, cuando la contaminación del aire suele ser más alta”.

Los árboles proporcionan servicios ambientales como la captación de agua y producción de oxígeno; contribuyen a evitar la erosión del suelo y a disminuir los escurrimientos e inundaciones; capturan y almacenan dióxido de carbono (CO2), con lo que contribuyen a mitigar el cambio climático; también proporcionan alimento.

La cubierta vegetal previene la erosión del suelo y garantiza la fertilidad del suelo mediante procesos biológicos naturales como la fijación del nitrógeno.

En este sentido, los árboles ayudan especialmente en áreas boscosas y con vegetación densa, ayudan a mitigar las inundaciones al actuar como barreras naturales que absorben y retienen parte del agua de lluvia.

«Este verano está lloviendo muy poco y el árbol ahorra nutrientes, así que deja caer algunas hojas. Es algo que pasa en muchas especies vegetales», sostiene la experta. En tiempos de sequía, las plantas reducen su superficie. De este modo, regulan mejor el agua que captan a través de las raíces.

un árbol absorbe aproximadamente entre 10kg y 30 Kg de CO2 al año. Se requieren 22 árboles para suplir la demanda de oxígeno de una persona al día. 0,41 hectáreas con árboles (el equivalente a tres campos de futbol) produce suficiente oxígeno al día para 18 personas.

“Cubrir de vegetación y promover la presencia de agua son claramente las medidas más efectivas” para refrescar una ciudad, explica Fallot al periódico 24 heures. Además de brindar sombra, los árboles y las áreas verdes comportan una mayor evapotranspiración, un proceso físico con efecto refrescante.

El mediodía solar se define como el momento cuando el Sol está en lo más alto en el cielo y cruza el meridiano local, haciendo así la sombra más corta.

Al estar en la sombra, nos protegemos de la radiación directa del sol, lo que disminuye la cantidad de calor que recibimos. Además, la sombra permite que el calor se disipe más fácilmente, ya que no hay una fuente continua de radiación solar calentando el área.

La realidad es que justo después del amanecer es cuando los termómetros suelen marcar los dígitos más fríos. Concretamente suele ocurrir entre 30 y 60 minutos después de la salida del sol. Esto se debe a que durante la noche irradia energía, pero no recibe ninguna del exterior.

Algunas especies arbóreas están consideradas como árboles de invierno debido a su gran capacidad para resistir muy bajas temperaturas entre las que destacan el fresno y el castaño de Indias. También el árbol del amor, el roble, el álamo o el arce entre otros, son especies que aguantan bien los duros inviernos.

La savia ya no sube por sus ramas, su crecimiento se detiene, sus hojas se caen. Poco a poco, su metabolismo entra en letargo. La latencia es un poco como la hibernación para los animales. Y sí, en invierno los árboles duermen…

Los árboles están en su máximo esplendor durante el verano: sus hojas, totalmente desarrolladas, ofrecen una sombra agradable. Y la mayoría del árboles frutales engordan sus frutos o inician su floración. Vamos a cuidarlos como se merecen para obtener todos sus beneficios en el huerto o el jardín.

Un árbol es igual a 8 aires acondicionados.

Al igual que los seres humanos, las plantas tienen una temperatura personal óptima. En los seres humanos es más o menos de 37°C, mientras que muchos árboles y plantas tienen una temperatura interna de unos 21°C, como indica un estudio de la Universidad de Pensilvania.