¿Por qué los aviones vuelan tan alto?

¿Qué es la altitud de crucero? Es la altitud a la que el aire ofrece una menor resistencia, por lo que los aviones pueden viajar más rápido con menos combustible. Generalmente, la altitud de crucero se ubica entre los diez y los doce mil metros.

La fuerza del viento a 10.000 metros de altitud es muy alta, y la rotura de una ventana resultaría en una corriente de aire frío y extremadamente fuerte que entraría a la cabina.

En un avión, a 12.000 metros de altura, la temperatura del aire puede alcanzar los -50 ºC, de modo que ¿cómo lo hacen para que no notemos ni una pizca de frío?

Los aviones de nueva generación, cuentan con una autonomía (tiempo que un avión puede pasar en el aire sin repostar) cada vez más amplia, permitiendo realizar así distancias sin escalas de hasta 16h y 23 min.

Los aviones no viajan en línea recta. Al asumir la altura máxima, siempre mantienen un ángulo de 5 a 15 grados. Además, la atmósfera de la Tierra lo mantiene con presión hacia el centro, por lo que los aviones viajarán con la curvatura de la Tierra. La mayor parte del vuelo lo hacen en piloto automático.

Durante un vuelo resultaría físicamente imposible abrir la puerta pues la diferencia de presión con el exterior es tal, que para abrirlas haría se necesitaría una fuerza equivalente para levantar con los brazos una tonelada.

Si alguien lograr abrir la puerta de un avión, se produciría una enorme descompresión dentro de la cabina que la podría hacer hasta añicos. Algunos de los accidentes más importantes de la historia ha sido principalmente causados por una descompresión lenta o rápida de la cabina.

Los grandes aviones, con plena carga de combustible y de pasajeros, como el Boeing 747 o el Airbus 340 requieren de pistas de al menos 2,5 km para despegar y para aterrizar de forma segura. Por el contrario, aviones de pasajeros pequeños necesitan pistas que no superan un kilómetro.

Hablamos de entre unos 10.500 metros y los 12.000 metros.

Cabe destacar que suelen alcanzar su altitud de crucero en los primeros 10 minutos de vuelo (por encima de las nubes).

Temperatura de la cabina

La temperatura a bordo se mantiene a 23–25 °C.

El vuelo entre las islas Westray y Papa Westray no toma más de dos minutos, lo que lo convierte en el más corto del mundo. Esta pequeña ruta está a cargo de la aerolinea local Loganair.

Para los que sientan curiosidad acerca de cuál es el vuelo comercial más largo con salida desde un aeropuerto español, este es el operado por Iberia y que conecta Madrid y Santiago de Chile, la capital chilena. La distancia que recorre es de 6.656 kilómetros y su duración es de “tan solo” 14 horas de viaje.

Los vuelos más largos del mundo

Singapur – Nueva York (JFK), de Singapore Airlines: 15.349 km. 18 horas y 50 minutos.

Moviéndose contra un fondo monótono

Un punto de referencia es una forma de medir la velocidad del avión. si no hay estelas o las nubes que lo rodean, el avión se mueve contra un cielo azul completamente uniforme. Esto puede hacer que sea muy difícil percibir qué tan rápido se mueve un avión.

Debido al giro de rotación de la Tierra, se genera el efecto Coriolis, por el que los vientos soplan, principalmente, de oeste a este, en el hemisferio norte. Ademas, cuanta más altitud, más se incrementa la velocidad en las corrientes de chorro, facilitando así, los viajes hacia el este.

Como norma general, los aviones comerciales vuelan en torno a M. 77, lo que equivale a unos 860 km/h o 14 kilómetros por minuto. Una excepción era el Concorde, el avión de pasajeros más rápido que ha existido, que alcanzaba velocidades en crucero de hasta 2.35 Mach o lo que equivale a 41 kilómetros por minuto.

¿Qué objetos están prohibidos en el avión? Todo lo referente a imitaciones, artefactos como bombas, explosivos incluyendo los cartuchos para fiesta y chinampinas. Las baterías de litio únicamente se permiten dentro de los dispositivos electrónicos; también queda prohibido las patinetas eléctricas.

La cabina del avión está presurizada para que los pasajeros y la tripulación puedan respirar cómodamente a altitudes elevadas, y cualquier rotura en la estructura del avión podría resultar en una pérdida de presión.

Las largas líneas que deja el paso de un avión se forman a partir de las emisiones de sus motores. Estos expulsan vapor de agua, dióxido de carbono, pequeñas cantidades de óxidos de nitrógeno, hidrocarburos, monóxido de carbono, gases de azufre y partículas de hollín y metal.

Cuando el avión está en el aire, el empuje se realiza hacia atrás, con el fin de impulsar el aparato hacia delante. Sin embargo, cuando está en tierra, este dispositivo (que varía según cada modelo) revierte el empuje hacia delante, consiguiendo con ello disminuir la velocidad y el frenado definitivo.

No, los aviones en el aire no necesitan frenos porque no hay una fricción significativa para detenerlos en el aire. Además, los sistemas de frenado de los aviones están diseñados para funcionar en el suelo y no en el aire.

Esta fuerza contraria da lugar, como se ha visto, a que el paso del ala a través del aire produzca una corriente de aire descendente, la cual compensa el impulso ascendente proporcionado al ala. Concluyendo, un avión consigue volar generando una fuerza que supera a su peso, y que le mantiene suspendido en el aire.

La orografía norte de Melilla hace que el umbral de la pista 15 (norte) esta desplazado 235 metros resultando en una distancia disponible de aterrizaje de tan sólo 1.198 metros.

¿Cuáles son los aeropuertos más grandes del mundo? Los aeropuertos más grandes del mundo, medidos por volumen de pasajeros, son: Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta (EE. UU.)

2. El aeropuerto de Qamdo Bamda, en el Tíbet, tiene la pista de aterrizaje más larga del mundo: ¡unos impresionantes 5 500 metros! 3. En el Aeropuerto Internacional de Austin-Bergstrom de Texas podrás disfrutar de conciertos en directo en el Music In The Air, con seis escenarios repartidos por la terminal.

Con avionetas, por ejemplo, es suficiente si alcanzan una velocidad de entre 80 y 150 km/h para despegar debido en gran medida a su flotabilidad. Para que algo tan pesado como un avión de pasajeros despegue, debe haber suficiente viento en contra para que las alas se deslicen hacia el cielo.

En un extremo podemos encontrar el Boeing 747-8, que necesita unos 3.090 metros para el despegue, mientras que el Airbus A380-900 precisa 3.100 metros.