¿Por que meter las papas en agua fría?

Una vez peladas las patatas debes ponerlas en remojo. De esta forma soltarán el almidón y no será problema luego que queden crujientes y enteras. Lo más recomendable es dejarlas en agua fría durante una o dos horas. Comprobarás cómo el líquido se torna blanquecino al ir soltando el almidón que contienen.

El agua hirviendo puede dañar la pulpa de la papa e incluso provocar que se rompan en la olla. En tanto, el tiempo de cocción promedio es de 15 a 20 minutos, pero esto dependerá del tipo de papa con la que estemos trabajando.

"Al refrigerarlo, el almidón se vuelve resistente a la digestión, llegando entero al colon, y es más recomendable", explica la nutricionista de la Fundación Alícia Alba Coll. Es así porque no se transforma en glucosa, sino en fibra, el alimento favorito de las bacterias que pueblan la microbiota intestinal.

Las patatas se ponen a cocer con el agua fría, se añade la sal y, si es posible, una cucharada de vinagre ya que esto hace que no se abran, aunque también es importante controlar la temperatura. Las patatas cocidas se pueden utilizar para hacer innumerables recetas o acompañamientos.

Lo más recomendable es dejarlas en agua fría durante una o dos horas. Comprobarás cómo el líquido se torna blanquecino al ir soltando el almidón que contienen. Si estás muy apurado, puedes tenerlas 5 o 10 minutos, pero lo mejor es que las dejes más tiempo.

La mejor manera de conservar patatas peladas crudas es en la nevera con agua fría, porque si las metemos directamente, sin nada, se oxidarán.

Para evitar que se oxiden y pierdan propiedades y textura, deberemos introducirlas en un bol lleno de agua con un chorrito de limón o vinagre. Después las conservaremos en el frigorífico hasta el momento de su consumo. Es recomendable no mantenerlas más de dos días.

Las patatas prefieren un ambiente fresquito

Controla la temperatura porque estos tubérculos pierden agua, se oxidan y les salen brotes si no los conservamos en un lugar idóneo. Desde Aldi recomendamos que las almacenes en un lugar fresco, entre 7 y 11º.

En una olla grande agrega agua a temperatura ambienta e introduce las papas. Cerciorándote de que todas queden cubiertas para tener una cocción uniforme. Agrega una pizca de sal. Pon la olla fuego alto y cocina las papas entre 20 a 25 minutos.

Está demostrado que el almidón de la papa puede disminuir el índice glucémico de manera evidente mediante el enfriado de la papa una vez cocinada; el frío de la heladera produce en la papa hervida cambios en la estructura del almidón transformándolo en almidon RESISTENTE a la digestión.

El truco definitivo para asar patatas rápidamente

Herviremos las patatas hasta que estén bien cocidas, unos 15 o 20 minutos, aproximadamente (dependerá de su tamaño). Y al sacarlas las echaremos en un bol con agua y hielo para dejarlas enfriar entre 5 y 10 segundos.

Aporta una gran energía: debido a la cantidad de carbohidratos que contiene, es un gran alimento para consumir en aquellas personas deportistas. Favorecen la sensibilidad a la insulina y disminuyen las concentraciones de colesterol y triglicéridos. Son ricas en antioxidantes y una fuente importante de fibra.

Pelar las patatas para acortar su tiempo de preparación

En este caso, es tan sencillo como sumergirlas en agua fría, y si es posible incluso con hierro, en el momento de retirarlas del fuego.

Si vamos a cocer una patata de la forma tradicional, es decir, en una olla con agua, el tiempo de cocción va a variar en función del tamaño: una patata pequeña tardará aproximadamente 12 minutos de cocción, mientras que una patata grande puede tardar casi media hora.

Aunque muchos expertos recomiendan 45 minutos a fuego lento, son muchos los que prefieren unas patatas cocidas tras 20 o 30 minutos. Para conocer si el estado de la patata es correcto u óptimo, pincharemos la patata con un cuchillo o tenedor para saber si se encuentra lista para consumir.

Antes de cocinar las patatas conviene lavarlas con agua fría para eliminar el exceso de almidón y evitar que se enganchen. Hay quien prefiere dejarlas en remojo una vez cortadas. Esto facilita que las patatas sean más crujientes.

¿Cómo conservar patatas cocidas? Las patatas cocidas pueden guardarse en el frigorífico durante 3 o 4 días. Puedes reservarlas en un tuper hermético o bien en un plato cubiertas con un paño o un trozo de papel absorbente de cocina.

Cómo conservar las patatas peladas

Para evitar que se oxiden y pierdan propiedades y textura, deberemos introducirlas en un bol lleno de agua con un chorrito de limón o vinagre. Después las conservaremos en el frigorífico hasta el momento de su consumo. Es recomendable no mantenerlas más de dos días.

A pesar de este cambio de color, las patatas pardeadas por oxidación de polifenoles se pueden consumir de la forma habitual.

Cómo conservar papas peladas crudas

Agregar unas gotas de limón o vinagre ayuda para que las papas se conserven mejor, ya que, este tipo de ácidos previenen la oxidación. Otro consejo súper útil para guardar las papas es envolverlas en plástico.

Si la concentración de sal en la taza es más alta que la del interior de las células de la patata, el agua pasa de la patata a la taza. Esto lleva a que las células de la patata se contraigan, lo que explica por qué las tiras de patata se vuelven más pequeñas en longitud y diámetro.

Aunque las patatas que se oscurecen pueden parecer poco apetitosas, son seguras para comer. No hay de qué preocuparse. Ese oscurecimiento no indica que la patata esté contaminada o esté podrida. De hecho, ese color negro no afecta ni al sabor ni a la textura de la patata.

En condiciones adecuadas, las papas pueden ser almacenadas durante 3–6 meses o más.

Las patatas necesitan respirar para evitar la formación de humedad. Lo ideal es conservarlas en una bolsa de tela oscura, de rejilla o en una caja de madera y recubrirla con un paño.

En el caso de las patatas, no les gusta la luz, ni compartir espacio con las cebollas, como es habitual en muchas despensas. Lo más recomendable es almacenarlas en bolsas de tela o rejillas oscuras.

Congelarlas siempre peladas. Secarlas bien para evitar que se les cree una capa de hielo alrededor. Guardarlas en bolsas de congelado herméticas o al vacío para evitar la abrasión del frío.