¿Por qué mi yegua no quiere comer?

Si un caballo no come, puede ser porque no le gusta su comida, porque tiene un problema de salud, por estrés, por un problema social etc. Ante ciertos problemas de salud, ya le puedes dar el alimento que sea que, ¡El PROBLEMA ES SU SALUD!...

Puede ser algo infeccioso, traumatológico, cólicos, cargas parasitarias, alteraciones en el sistema músculo esquelético o simplemente por estrés. La mayoría de los caballos comen mejor en grupo. Nunca lo obligues a consumir un alimento que rechaza. Intenta que la mayoría de su ingesta sea en forraje.

Un caballo puede vivir varias semanas sin comida, pero dos o tres días sin agua pueden provocar graves complicaciones e incluso la muerte. Por término medio, un caballo de 500 kg consume entre 20 y 30 litros de agua al día.

10 consejos para recuperar el peso ideal:

Tanto las yeguas en gestación como los caballos adultos tienen un consumo de alimento diario de entre el 1.5% y el 2.0% de su peso. En las yeguas lactantes y los potros el consumo puede oscilar entre el 2.0% y el 2.5% de su peso.

Darle de comer pequeñas cantidades. Si cambias de alimento, introdúcelo poco a poco. Si se aburre con la ración, busca algo con un aporte nutricional similar pero con una presentación diferente (granulado, chaff, multi-partícula o papilla).

Asegurar un forraje de buena calidad

En el caso de un caballo que necesite aumentar de peso se le debe proporcionar heno o henolaje de calidad y nutritivo, evitando el forraje vasto, grosero y lignificado porque es muy difícil de digerir.

Cuidar al caballo de carreras o deporte dándole algún alimento muy apetente como fibra cortada y equilibrada tipo chaff, por ejemplo, Pavo DailyPlus con heno de alfalfa. La utilización de manzanas y zanahorias también puede ayudar a abrir el apetito y estimular el consumo.

Síntomas de que el caballo está enfermo:

Deben comer muchos carbohidratos estructurales

Es fundamental que la mayor parte de la alimentación de caballos sea forraje, es decir, heno, alfalfa, paja o pasto. Estos son carbohidratos esenciales para su organismo.

Si tiene las costillas marcadas y los flancos hundidos nos indica, muy probablemente, una deficiencia de forraje. Si puedes ver sus costillas y los cuartos traseros con una apariencia hueca (las protuberancias de los huesos de la cadera son claramente visibles), claramente tu caballo está demasiado delgado.

Lo mejor es utilizar aceite de canola, que es el más fácil de asimilar. Además de favorecer el aumento de peso, el aceite da brillo al pelaje y aporta ácidos grasos y vitaminas esenciales para la buena salud del caballo. También favorece la digestión de otros alimentos.

Se puede engordar el caballo muy fácilmente con forraje seco, es decir heno, alfalfa y paja, que además es lo más parecido a una dieta natural de pasto. Hay que elegir el forraje seco con el perfil más adecuado para su caballo.

Para ello, hay muchos piensos formulados para yeguas de cría que recomiendan una ración diaria de entre 4,5 y 6,5 Kg. Si la cantidad diaria de pienso o cereales enriquecidos es superior a 4,5 Kg., se recomienda alimentar a la yegua tres veces al día, ya que cada toma no debe exceder de 2,2 Kg.

El sistema digestivo de los caballos necesita una alta cantidad de fibra, por eso se alimentan principalmente de hierba, forraje, heno y paja. Pero en su dieta también se pueden incorporar los cereales, las frutas y las verduras.

Consejos de uso: mezclado con los alimentos habituales. Para caballos adultos: 3 a 4 cucharadas/30 ml del vaso dosificador al día. Para ponis y potros: 2 a 3 cucharadas/20 ml del vaso medidor al día.

¿Notas síntomas de dolor o malestar en tu caballo? Lo más recomendable es verificar si tiene parásitos. Y es que, la presencia de lombrices o parásitos intestinales en el equino puede provocar cólicos, diarrea, pérdida de peso, úlceras, llagas en el hocico e hinchazón del estómago.

Es fundamental que la mayor parte de la alimentación de caballos sea forraje, es decir, heno, alfalfa, paja o pasto.

Los caballos pueden pasarse más de 15 horas pastando. Cuando están al aire libre comen poco a poco, razón por la cual una sola ingesta al día puede trastocar su sistema digestivo. Dale raciones pequeñas 3 o 4 veces al día. Y, si puedes aumentar las tomas, hazlo: el animal te lo agradecerá.

¿Cómo saber si un caballo tiene fiebre? En primer lugar, debes saber que la temperatura normal de un caballo adulto oscila entre 37° y 38,2°. Si la temperatura de tu caballo supera los 38,5°, tendrá fiebre.

Alimentar con una dieta rica en aceites o grasas.

El aceite es una gran fuente de energía e incrementa el nivel de energía del caballo sin provocar calentamiento. Opta por un pienso con un contenido en aceites alto, por ejemplo, para un caballo de deporte; Pavo SportsFit, Pavo EnergyControl o Pavo TopSport.

Introducir aceite en la ración de su caballo para engordarlo

Lo mejor es utilizar aceite de canola, que es el más fácil de asimilar. Además de favorecer el aumento de peso, el aceite da brillo al pelaje y aporta ácidos grasos y vitaminas esenciales para la buena salud del caballo.

Cuidados diarios

Proporcionar agua limpia y fresca de forma abundante o continua, de manera que nunca falte. Facilitar el acceso a pasto, forraje y piensos concentrados adecuadamente. Si la alimentación es a base de heno, el caballo debe comer aproximadamente entre el 2% y 3% de su peso corporal cada día.

Hay que proporcionar al caballo heno para entretenerlo y un pienso bajo en energía (para prevenir cólicos y laminitis) pero alto en vitaminas que aseguren una correcta regeneración del tejido.

- Orina oscura: si el equino no orina durante mucho tiempo o cuando lo hace tiene un aspecto especialmente oscuro es que está deshidratado. - Aspecto de las membranas mucosas: si están congestionadas y tienen un aspecto rojizo es síntoma de deshidratación del caballo.

Los caballos más severamente afectados pueden debilitarse, deprimirse y permanecer inapetentes, con signos adicionales tales como ictericia, taquipnea, taquicardia, edema con fóvea ventral, trombocitopenia, petequias en las membranas mucosas, epistaxis o heces sanguinolentas.

Resumiendo, no hay problema en alimentar con pan, si lo hacemos en pequeñas dosis, porque no es tóxico, pero no se debe usar como producto único a combinar con el forraje.