¿Qué altura debe tener una almohada cervical?

Se recomienda una almohada de una altura de 10 a 13 centímetros. La función del cojín será evitar que la cabeza se caiga hacia atrás, sin que suponga generar mucha presión sobre la musculatura de la parte posterior del cuello.

Una almohada para el cuello demasiado alto puede colocar el cuello en una posición que cause tensión muscular en la espalda y los hombros. Si dormimos boca arriba es recomendable colocar una pequeña almohada debajo de las rodillas para apoyar la curva natural en la zona lumbar.

Para un colchón blando es mejor usar una almohada más alta, para no hundir el cuerpo provocando tensión cervical, y en los casos de que usemos un colchón duro debemos usar una almohada baja para evitar malas posturas.

Coloca una almohada entre las rodillas: Colocar la almohada entre las rodillas resulta de gran ayuda para adoptar la postura correcta, lo que te prevendrá de sufrir dolores en el cuello, pero también a descansar mejor cuando duermas de costado.

Para evitar el dolor cervical es muy aconsejable adoptar una buena postura al dormir y comprobar el colchón y la almohada. Lo más aconsejable es dormir en posición fetal, consiste en acostarse de lado, con las piernas y los brazos semiflexionados, manteniendo la espalda recta y apoyando una rodilla sobre la otra.

Se recomienda una almohada de altura media (10-13 cm). Si duerme de lado, la almohada debe tener un mayor grosor y densidad (hasta 15 cm) para dar soporte a la cabeza y que ésta repose alineada. Cuanto más ancho sea de hombros, más gruesa deberá ser.

Una buena almohada es aquella que nos sostiene la cabeza y el cuello y nos permite permanecer en una posición neutra mientras dormimos. Mientras que las que están hechas de látex o plumón suelen durar más, las de materiales como la espuma viscoelástica necesitan reemplazarse con más frecuencia.

La altura correcta de la almohada puede ser la diferencia entre apagar y contar ovejas hasta el amanecer. Si bien la mayoría de las personas prefieren una altura de almohada de entre 4 y 6 centímetros para un apoyo saludable de la cabeza y el cuello, la altura de una almohada depende de los gustos de cada uno.

A la hora de elegir almohada, debemos tener en cuenta que su anchura debe siempre superar la de tus hombros. En cambio, su altura o grosor varía según la postura del durmiente. Una almohada baja (10 cm), es adecuada para quienes duermen boca abajo, y también para los niños pequeños.

Mantén la espalda recta y cambia de postura con frecuencia.

Para evitar molestias como el dolor cervical, es importante adoptar una postura correcta. La ideal es la denominada posición fetal que consiste en acostarse de lado con los brazos y las rodillas semiflexionadas. Se puede alternar el lado con el que nos apoyamos en la cama.

Si duermes de lado o boca abajo, una almohada dura puede ofrecer el soporte necesario para mantener una postura adecuada. Si duermes boca arriba y prefieres una superficie más suave, una almohada blanda puede ser la opción adecuada para ti.

Si te pasas toda la noche bocabajo (postura que se desaconseja), entonces lo mejor es escoger una de fibras que sea suave y blanda. Si duermes de lado, tu mejor opción es el látex, ya que favorece una buena sujeción del cuello. Y si descansas casi siempre boca arriba, entonces tu almohada perfecta es de viscoelástica.

Para aquellas personas que sufren dolores de cuello ocasional o frecuentemente es recomendable el uso de una almohada cervical. Las almohadas cervicales además de dar soporte, sujetan la espina dorsal y se ajustan perfectamente al cuello, esto evita que se produzcan tensiones musculares a la hora de dormir.

Las almohadas viscoelásticas de 10 cm de alto son recomendadas para niños pequeños y adultos que duermen boca abajo. En cambio, las de 12-13 cm son más adecuadas para los que descansan boca arriba. En cambio, las de 15 cm se adaptan mejor a aquellos que se acuestan de lado.

En el caso concreto de las cervicales, los ejercicios de peso que más peligro pueden acarrear son los de barra, pues cuando el peso sobrepasa tus posibilidades al elevarlo por encima de los hombros, la zona de tu cuerpo donde se focaliza el esfuerzo extra es la zona cervical.

Una de las mejores maneras de aflojar los músculos rígidos del cuello es con calor suave. Puede envolver una almohadilla térmica en una toalla y colocársela sobre el cuello. O puede pararse bajo una ducha tibia durante unos minutos para aflojar los músculos tensos del cuello.

A veces se trata de un dolor localizado en el cuello mismo y otras es un dolor que se extiende a los brazos, a la cabeza o a la espalda. Se puede sentir hormigueo y adormecimiento en los dedos de la mano, dolor en la nuca o notar mareo y náuseas.

-Si la almohada es demasiado baja: hará que los músculos del cuello se hundan y la columna vertebral se curve hacia abajo en la parte superior. Esto causará dolor de cuello, rigidez y dolores de cabeza.

Si desea un colchón que sea más fresco para dormir por la noche, te aconsejamos un híbrido de viscoelástico o látex teniendo en cuenta que el látex siempre retiene más calor que la viscoelástica.

Los colchones de espuma son más baratos, pero no son tan buenos para proporcionar soporte para la columna vertebral. Por otro lado, los colchones híbridos viscoelásticos son más caros, pero ofrecen un gran soporte para la columna vertebral y los músculos.

Tener una almohada de material visco en buen estado facilita a que durmamos mejor, pero ¿cuándo debemos cambiar la almohada viscoelástica? Distintos expertos apuntan a que la frecuencia ideal gira en torno a los tres años de resistencia, debido a las cualidades del material siempre que se le den cuidados óptimos.

Por lo general las almohadas viscoelásticas suelen durar entre 2 y 3 años según la national sleep foundation, aunque en algunos casos, si se lleva un correcto mantenimiento, puede llegar a durar hasta 4 años.

No cargar con gran peso, y sobretodo si esta acción se realiza por encima de los hombros. Evitar movimientos bruscos de la columna cervical, como por ejemplo, al realizar la natación al estilo de braza. Evitar los movimientos que produzcan tensión en el cuello.

La natación es un excelente ejercicio de bajo impacto que puede ayudar a fortalecer los músculos del cuello y la espalda sin ejercer demasiada presión en la columna vertebral. Además, el agua proporciona un soporte natural que puede reducir el dolor y la rigidez.

Los analgésicos podrían incluir antiinflamatorios no esteroides, como ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros), naproxeno sódico (Aleve) o acetaminofén (Tylenol u otros). Toma estos medicamentos solo según las indicaciones.