¿Qué color brilla un diamante?

Los diamantes pueden generar fluorescencia en una variedad de colores: azul, amarillo, verde, naranja y blanco - siendo el azul el más común. Se estima que alrededor del 50% de todos los diamantes tienen fluorescencia que se puede ver en condiciones especiales, por ejemplo, bajo una lámpara UV de onda larga.

Una vez tengas colocada la piedra debes observar atentamente como la luz se refleja en la piedra. Si observas un extraordinario brillo reflejado en la joya probablemente se trate de un diamante verdadero. Los destellos que proporcionan los diamantes son de un tono grisáceo, lo que te garantizará que es una joya real.

Media: diamantes que exhiben un ligero grado de fluorescencia y emiten un fulgor azul más fuerte bajo la luz ultravioleta (UV); suele ser imperceptible a simple vista, pero puede otorgar a la gema una apariencia ligeramente turbia, blanquecina u opaca.

¿Cuál es el mejor color del diamante? Entre los diamantes blancos, los diamantes de color D son los que tienen el grado más alto. Los diamantes de grado de color D están en el rango de “incoloros” en la escala de color de diamantes, junto con grados de color E y F.

La primera medida del brillo de un diamante es el brillo, o qué tan bien refleja la luz blanca. Cuando ves un diamante que brilla en una habitación con poca luz o velas, lo que estás viendo es su brillo. Si un diamante no se corta correctamente, aparecerá opaco y opaco, incluso con una iluminación perfecta.

Por ejemplo, la gran parte de los diamantes transparentes son más baratos si presentan tonalidades amarillas, mientras que los diamantes rosas o azules (como el Hope) pueden ser notablemente más caros que sus homólogos transparentes. De todos los colores, los rojos son los más raros y valiosos.

Un diamante bien cortado tiene una mayor reflexión. Un diamante de talla brillante, con el número ideal de 58 facetas de su característica forma, tiene un brillo más intenso y un atractivo mayor.

Prepara un vaso con agua muy fría. Sujeta la joya con unas pinzas para evitar quemarte los dedos. Calienta el diamante durante unos 50 segundos y tras este tiempo, suelta la piedra dentro del agua fría. Si la piedra se resquebraja, no se trata de un diamante.

Un diamante real se hunde inmediatamente en un vaso de agua, mientras que un diamante falso flota o se hunde lentamente. Cuando un diamante se calienta durante 30 segundos (por ejemplo, con un mechero) y luego se coloca en un vaso de agua fría, no se romperá.

La manera en la que un diamante brilla es única. Uno verdadero tendrá tonos grises por dentro de la piedra, mientras que la superficie lanzará colores como el arcoiris. En el diamante falso solo se podrán ver colores del arcoiris dentro de la piedra.

Los brillantes son el resultado de tallar un diamante en talla brillante, luego es más caro el brillante porque hay un trabajo realizado y una merma al desperdiciarse parte del diamante al tallarlo.

Moissanita

A día de hoy, está considerada la mejor alternativa al diamante. Su dureza tiene una puntuación de 9,5 en la escala de Mohs, una cifra que le permite estar por encima de cualquier otra piedra preciosa, salvo el diamante.

Prueba de la luz ultravioleta, la más utilizada

Para realizarla, hay que colocar el diamante debajo de dicha luz. Después, el profesional observa si la pieza tiene un color azulado bajo la misma. En caso afirmativo, significa que la gema es real.

El color es una de las características más importantes de un diamante: cuanto más blanco (transparente), más bonito, escaso y valioso. Para determinar la claridad o transparencia de un diamante existe una escala de colores que divide los grados de color desde la D a la Z.

Para limpiar su anillo de diamantes, sumerja la joya en un recipiente con agua caliente y jabón durante 30 minutos. Luego, debe cepillarlo con un cepillo suave y límpielo con una tela suave. En vez de jabón puede utilizar un poco de bicarbonato de sodio, el resultado será el mismo.

En la naturaleza, la mayoría de los diamantes blancos tienen un tono ligero de color amarillo. Mientras más “incoloro” sea, un diamante es más raro.

Una manera fácil de distinguir entre piedras preciosas y semipreciosas es mirar su color. Las piedras preciosas suelen tener colores más vibrantes y saturados que las semipreciosas. Por ejemplo, un diamante suele tener un color blanco brillante, mientras que una amatista suele tener un color morado pálido.

Los simulantes de diamante más común son el vidrio al plomo y la zirconia cúbica (CZ), ambos materiales artificiales. Desde la década de 1950, han sido desarrollados una cantidad significativa de otros materiales artificiales, como el titanato de estroncio y el rutilo sintético, pero estos no son de uso común.

Un diamante verdadero pesa más que uno falso cuando estos dos tienen el mismo tamaño. Además, un diamante falso no tiene el mismo brillo que uno verdadero. Con el tiempo, el falso pasará a ser más mate que uno verdadero (que nunca perderá su brillo).

Cuando quieras comprobar su veracidad, debes verificar las siguientes características:

Una prueba que puedes hacer a simple vista, con la piedra a temperatura ambiente sin manioular, para que no coja ti temperatura, le das vaho bien cerca. Si es una roca el vaho tardará unos segundos en desaparecer y lo hace de forma lenta. Si es cristal o imitación suele desaparecer al instante.

Realiza una prueba casera.

Coloca la piedra frente a tu boca y emite vapor con tu boca, justo como lo harías con un espejo. Si se mantiene empañada por un par de segundos, probablemente se trate de una falsificación pues un diamante real dispersa el calor de tu aliento instantáneamente y no se empañará con facilidad.

Los diamantes de laboratorio son diamantes reales, sólo que proceden de un origen diferente. Son visual y químicamente idénticos, por lo que no se pueden diferenciar a simple vista, y se requiere un equipo especializado para diferenciarlos.

Al igual que los diamantes, también se formó en las profundidades de la corteza terrestre, pero los diamantes tienen una estructura cristalina, que se asemeja a la forma de una pirámide.

Estamos hablando del oro en su mejor clasificación de calidad y en una unidad mínima de comercio (1 g). Por otra parte, un diamante de la mejor calidad, teniendo en cuenta características de talla, peso, color y pureza, con un peso equivalente a 1 g (5 quilates), podría aproximarse a los USD 180.000.

Un brillante es un diamante u otra piedra preciosa, cortado en forma particular con múltiples facetas para tener un brillo excepcional. La forma se asemeja a la de un cono y proporciona máximo retorno de luz en la parte superior del diamante.