¿Qué combustible usan las calderas de vapor?

Estas utilizan el gas natural o el gas GLP para su funcionamiento, y en función de su potencia, en el mercado podemos encontrar calderas de pie o calderas murales.

Las calderas utilizan diversos combustibles, entre los más utilizados están el carbón, el gas y el gasoil. Sin embargo, en la actualidad y en función de evitar la contaminación ambiental y de utilizar calderas amigables, utilizar pellets o combustible sólidos se han constituido en una excelente opción.

Las calderas de vapor son máquinas que constan de un recipiente a presión cerrado en el que un líquido, generalmente agua, se calienta y/o vaporiza bajo presión o vacío mediante la aplicación de calor derivado de la combustión de combustibles fósiles o electricidad.

Una caldera de condensación genera calor quemando combustibles como el gas o el petróleo. El calor producido se introduce en un intercambiador de calor primario y luego es utilizado por los radiadores.

Hoy en día el combustible más utilizado para las calderas industriales es el petróleo y el gas. El gas se envía a través de un tubo, directamente a la caldera, mientras que el aceite se envía a través de un tanque a presión.

Tipos de calderas

Según el combustible utilizado

Las calderas para combustibles de gas, que dependiendo de sus características podrían usar gas propano, gas butano y gas natural.

Básicamente, las calderas funcionan calentando el agua o produciendo vapor que luego se utiliza para calentar un lugar o para que un equipo use ese calor para algún tipo de tarea en específico como una secadora de lavandería.

El vapor es un gas invisible generado mediante la adición de energía (calor) al agua en el interior de una caldera. Se debe añadir suficiente calor para elevar la temperatura del agua hasta la temperatura de ebullición.

Los principales sectores en los que se utilizan las calderas de vapor industriales son: Alimentario, en panaderías industriales o comida para bebés (a modo de ejemplo) Textil, en secadores rotativos. Quimico, para reactores o almacenaje.

Lo más fácil es buscar la etiqueta de clasificación energética. En ella debería aparecer indicada la eficiencia energética de la caldera, así como si es estanca o de condensación. Si no encuentras la etiqueta, otra forma de identificar el tipo de caldera es a través de la salida de humos.

Tiempo medio de duración

Aunque habitualmente la duración de una caldera sea de media entre 10 y 12 años, la verdad es que pueden llegar a durar mucho más. De hecho, algunas alcanzan unos 20 años. Incluso hay excepciones de calderas que han llegado a los 30 años de longevidad.

La principal ventaja que ofrecen las calderas de condensación frente a las calderas tradicionales de gas es un mayor rendimiento con un menor consumo de combustibles fósiles; lo que se traduce en menos emisiones de CO2 y un ahorro significativo en la factura de gas.

La UE ha instado a retirar los aparatos de calefacción de diésel y gas a partir de 2035. ​Existen subvenciones y ayudas para sustituir estos sistemas. Estas son las alternativas a las calderas de gas y diésel.

Se dividen en:

Pueden ser:

Las calderas de condensación a gas son las calderas más eficientes. Permiten ahorrar hasta un 30% de energía si las comparamos con las calderas convencionales, y reducen un 70% las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2).

En las calderas estancas, el humo se expulsa caliente, perdiendo todo su potencial. En las de condensación se utiliza el calor latente del humo para precalentar las tuberías, de forma que el humo cede su calor antes de ser expulsado, consiguiendo un rendimiento hasta un 30% superior que el de las calderas de bajo NOx.

Calderas de condensación: Una caldera de condensación es un aparato capaz de recuperar el calor que se escapa por los humos en forma de vapor de agua en las calderas convencionales para devolverlo al sistema y así consumir menos gas y generar al mismo tiempo menos CO2.

Lo más fácil es buscar la etiqueta de clasificación energética. En ella debería aparecer indicada la eficiencia energética de la caldera, así como si es estanca o de condensación. Si no encuentras la etiqueta, otra forma de identificar el tipo de caldera es a través de la salida de humos.

Las calderas de condensación son las más eficientes, al tener un rendimiento superior al 100% (respecto del PCI) y del 98% (respecto del PCS).

El gas natural, el gas propano y el gas butano. Ya sea por suministro general a través de las calderas de tu hogar o comercio, o a través de las bombonas que puedes encontrar en nuestras estaciones de servicio, el gas nos facilita mucho la vida y el día a día.

Algunas calderas utilizan la misma agua caliente, mientras que otras se basan en el agua convertida en vapor. Dentro de la caldera, los quemadores o las bobinas eléctricas generan calor que se transfiere al agua mediante el intercambiador de calor.

Una caldera de vapor a carbón de 20 toneladas consume alrededor de 3600 kg de carbón por hora.

La generación de vapor de agua se produce mediante la transferencia de calor del proceso de combustión que ocurre en el interior de la caldera hacia el agua, elevando de esta manera su temperatura, presión y convirtiéndola en vapor.

En las calderas de vapor y agua sobrecalentada, la temperatura ideal del agua de alimentación debe estar comprendida entre 102 y 105 ºC y nunca por debajo de 60 ºC.

Las características que debe tener el agua destinada a calderas y generación de vapor deben ser: Cero dureza. Ph del 10.5-11.5 (rango normal). Valor máximo permisible de 12.5.