¿Qué debemos hacer para cultivar la humildad en nuestras vidas?

Cómo ser más humildes

La humildad se puede cultivar y desarrollar, casi como una habilidad, si estás dispuesto a esforzarte.

La humildad es una actitud de modestia espiritual que surge de comprender nuestro lugar en el orden más amplio de las cosas . Implica no tomar demasiado en serio nuestros deseos, éxitos o fracasos. En particular, en la última década, los psicólogos han redescubierto la importancia de la humildad.

La humildad es la mejor fórmula para ganarse la confianza de los demás. No es el carisma lo que hace al líder, sino el carácter. La razón por la que la humildad nos lleva al éxito es sencilla: capacidad de aprendizaje. El aprendizaje es un acto de humildad.

La humildad es el reconocimiento de que nuestras aptitudes y talentos son dones de Dios; no es señal de debilidad, de timidez ni de temor, sino una indicación de que sabemos de dónde proviene nuestra verdadera fortaleza. Puedes ser humilde y, a la vez, ser audaz y valiente.

Humildad Intrapersonal . Humildad interpersonal (persona a persona) Humildad comunitaria (intergrupo) Humildad ecológica (p. ej., interespecies)

Del Honor, Nohria dijo que deberíamos pensar en el honor como un verbo. Dijo que está poniendo acción a nuestros compromisos. Discutió la Humildad como tres tipos: intelectual, moral y personal . Al dividir la humildad en tres tipos, el autor dice que podría ayudarnos a nutrir los comportamientos más plenamente en nuestras propias vidas.

Las personas humildes toman responsabilidad por sus acciones, corrigen sus errores, escuchan las ideas de los demás y no sobrestiman sus capacidades.

La humildad es una virtud humana que implica conocer y aceptar las propias debilidades y cualidades, y obrar en consecuencia. Por ejemplo: admitir una equivocación, compartir los conocimientos aprendidos, ser agradecido.

Veamos algunos consejos para que los niños sean capaces de no ver a nadie por encima del hombro:

No se trata de negar tus talentos y dones, sino de reconocerlos y estar a la altura de tu valor y de algo más grande. Es en el servicio a los demás donde se encuentra la mayor forma de humildad.

La fanfarronería humilde , definida como “fanfarronear enmascarada por una queja o humildad”, en realidad hace que agradarle a las personas sea menos que una simple autopromoción, según la investigación. Los hallazgos fueron publicados recientemente en el Journal of Personality and Social Psychology. “Es un fenómeno muy común.

“La pregunta que debes hacerte, entonces, cuando sientes orgullo, es esta: ¿Qué me falta en este momento que una persona más humilde pueda ver? ¿Qué estoy evitando o huyendo con mis fanfarronerías, mi frenesí y mis adornos? Es mucho mejor formular y responder estas preguntas ahora, cuando todavía hay poco en juego, que hacerlo más tarde”.

La humildad es una virtud humana atribuida a quien ha desarrollado conciencia de sus pro- pias limitaciones y debilidades, y obra en consecuencia. La humildad es un valor opuesto a la soberbia. La humildad está relacionada con la aceptación de nuestros defectos, debilida- des y limitaciones.

La tercera humildad es el autosacrificio sin importar el costo : malestar, pobreza, ridículo o muerte. Así, la tercera humildad comprende la obediencia, la libertad interior y el autosacrificio.

“… aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29). En muchas ocasiones, el Salvador empleó sólo unas pocas palabras o un acto sencillo para hacer hincapié en un maravilloso principio eterno. Por ejemplo, tras alimentar a los 5.000, dijo a Sus discípulos.

Los humildes son raros

Es irónico que la gente de hoy dedique tanto tiempo a declarar que es única. Quieren destacarse entre la multitud y hacerse notar. Lamentablemente eso se está convirtiendo en una mayoría. La humildad es verdaderamente única.

En Persiguiendo la humildad, le ayuda a explorar ocho aspectos esenciales de la humildad en la vida de un cristiano: autenticidad, confianza, gratitud, amor, alabanza, empoderamiento, tutoría y ruptura de barreras .

Dejar que alguien esté delante de ti en la fila cuando ves que tiene prisa es un acto de humildad. Limpiar el baño de tu oficina, aunque seas dueño de la empresa, es un ejemplo de humildad.

La humildad ayuda a uno a extender más compasión y empatía a los demás . 2 Quienes practican la humildad tienen más probabilidades de considerar las creencias y opiniones de los demás. 3 Esto probablemente se debe a que la humildad ofrece la oportunidad de involucrarse menos en uno mismo y estar más en sintonía con los sentimientos de los demás.

A menudo se piensa que la humildad es debilidad porque la gente la ve como una falta de confianza o de autoestima. Sin embargo, la humildad es en realidad una fortaleza . Se necesita una persona fuerte para ser humilde y anteponer a los demás a sí mismo. La verdadera humildad no es pensar menos en uno mismo, sino pensar menos en uno mismo.

¿Cómo cultivar y ser ejemplo de humildad como padre o madre?

Las personas humildes ponen a los demás al frente de sus pensamientos . La gente humilde se jacta de los demás, mientras que la gente orgullosa se jacta de sí misma. Las personas humildes no sólo son receptivas a las críticas constructivas sino que las buscan activamente porque saben que la retroalimentación es un camino hacia la mejora.

Mientras que las personas soberbias buscan ser halagadas, reconocidas, les gusta alardear, ostentar y exagerar en estas actitudes; las almas humildes tienen claras sus capacidades y también sus limitaciones. No las desvelan lo que otros piensen, como tampoco sienten que están por encima de los demás.

La primera acepción de «humilde» es 'que tiene humildad'. Esto se refiere a esa virtud que hace que las personas obren con modestia y sencillez. Es sinónimo de llano, sencillo, modesto, sin presunción. Es lo contrario a soberbio, altivo, presumido, vanidoso.

En la vida de cualquier creyente puede existir un gran obstáculo para la humildad: el orgullo. Pensar en uno como superior a los demás es lo opuesto a la humildad de corazón que Dios nos pide que demostremos (Fil 2.3). El orgullo es engañoso, pues es posible que no lo reconozcamos.

Es decir, aceptar que somos seres humanos con defectos y cualidades y que tenemos que actuar en consecuencia y en coherencia con esas características y esa es la humildad, aceptarnos tal como somos.